Publicado por Juan Lamarca/ Del toro al infinito
Cosas de José Tomás
Por Álvaro R. del Moral
Otro vendrá que bueno te hará…
¿Dónde está Salvador Boix? La confirmación de su salida del particular Soviet Supremo de José Tomás ha coincidido con el ridículo cruce de comunicados que ha dejado al descubierto la pastora imperio que exigía el galapagarino en la plaza mexicana de Aguascalientes. Si Tomás está en su derecho de pedir la Luna, los empresarios aztecas también están en el suyo -pretendían ganar un dinerillo, los tíos- de echar sus propias cuentas, afrontar riesgos asumibles y levantarse finalmente de una mesa de negociación en la que las partes no se han puesto de acuerdo. Tan fácil, tan sencillo y tan legítimo. Pero no es de extrañar que más de uno ande echando de menos al ínclito músico catalán, que además de tocar la flauta sabía templar algunas gaitas que ahora han sonado destempladas: las gentes de Tomás parecen haber enfurecido al airearse esas cifras -870.000 euros, impuestos incluidos- que había que apoquinar para contratar al esperado torero en el ruedo en el que resultó gravísimamente herido hace casi tres años.
Mi reino no es de este mundo…
La verdad es que el estreno del hermanísimo como representante del torero -Andrés Román es su gracia- ha competido muy de cerca con las dudosas habilidades de un elefante en una cacharrería. El famoso comunicado, que ha dado la vuelta al mundo taurino, ha hecho un flaco favor a un torero que ha usado y abusado de una hipotética inviolabilidad moral que se topa de frente con sus altas -y legítimas- aspiraciones dinerarias. Y aunque no sabemos si el nombre del peculiar torero se baraja en los conciliábulos del cónclave de Roma, la lectura del comunicado destila una excepcionalidad que a estas alturas comienzan a hartar.
¿Es un deber moral contratar a José Tomás? Cada uno que saque sus propias conclusiones pero sobre todo sus propias cuentas. No son pocos los tomasistas más irredentos que han dicho en público y en privado que lo del “desinterés, informalidad y falta de voluntad” sobraban en ese papelito que sólo ha servido para confirmar el caché del Genio en 2013. Ya se lo dijo Juncal al limpiabotas después de encontrarse con su mujer: “Búfalo, lo peor fueron los adornos”. Pues eso.
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