El
periodista y editor de 'Cuadernos de Tauromaquia' analizó en Alfaro la
estructura de la fiesta y el periodismo taurino
PABLO GARCÍA MANCHA
Diario La Rioja
Álvaro Acevedo
protagonizó este pasado viernes 8 de febrero en Alfaro la última de las
ponencias del ciclo del Club Taurino gracias a una conferencia en la que el
periodista sevillano hizo gala de su ya legendaria independencia y de esa forma
suya tan peculiar de hablar sin pelos en la lengua:
«No quiero ser apocalíptico», avisó al comienzo; y si es verdad que no lo fue, el caso es que se
entretuvo en ir detallando una por una las principales amenazas que vive el
toreo (como dato conviene señalar que no se habló de ningún enemigo externo ni
ninguna conspiración universal antitaurina).
Y en esta imaginaria cúspide del despropósito,
Acevedo situó a las cuatro familias que monopolizan
el mercado taurino (Matilla, Casas, Choperita y Chopera):
«Yo no los llamaría exactamente
empresarios; de hecho controlan las principales plazas, pero además a
muchísimos toreos (varias de las principales figuras), son ganaderos y en su
defecto compran camadas de muchas divisas incluso desde añojos. Estas cuatro
familias controlan el 95% de los festejos y tanto poder es muy dañino porque su
interés va mucho más allá de que se llenen las plazas de toros, lo que
funcionan son las comisiones, que la plaza esté vacía les da lo mismo».
Y puso un ejemplo, el de Toño Matilla, que puede facturar cada temporada una cantidad no inferior a las
cuatrocientas comisiones: «Apodera directamente a José María Manzanares,
Diego Ventura, Juan José Padilla, y El Fandi, e indirectamente a otros diestros
y rejoneadores. Tiene ganaderías, plazas, participa en la confección de muchos
carteles en los que tienen la capacidad de influir en los empresarios de estos
cosos y no permitir la entrada de otro tipo de toreros que no están en el
sistema. Además, tres de esas empresas: Matilla-Casas-Choperita se han unido en
una especie de 'tridente' con el que dirigen la plaza de Madrid ahondando con
más fuerza en la actual perversión del modelo».
Y Acevedo quiso
dotar de actualidad a esta opinión argumentándolo con los recién conocidos
carteles de Sevilla: «Es increíble que toreros tan mediocres como El
Fandi o El Cordobés actúen en la feria y se queden fuera diestros con mucho más
méritos. El empresario de Sevilla no hace esto pensando en el aficionado de La
Maestranza, lo hace para defender sus intereses».
El
periodismo taurino
El panorama que dibujó en el periodismo taurino
tampoco fue mucho más positivo: «Es imposible seguir la actualidad
taurina a través de un medio generalista, en los que se cubren algunas ferias
perdiendo el sentido lineal de las temporadas. En Internet los portales tienen
que mantener como sea la publicidad, que en la mayoría de los casos es del
sector y eso genera una pérdida sustancial de la credibilidad. Además, se paga
muy mal y prolifera el cronista amateur».
Álvaro Acevedo
habló también de su versión como editor en la revista 'Cuadernos de Tauromaquia', una publicación absolutamente exquisita en la que se cuidan tanto los
textos como la puesta en página y las fotografías:
«De momento sé que voy a seguir todo
2013. No sé si voy a ser capaz de aguantar. Estoy muy orgulloso del trabajo,
aunque es tan duro que hace poco tiempo una gran figura me dijo que si no era
rentable publicarla por qué no había tomado la decisión de cerrarla».
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