6ª corrida de la Temporada Grande de
la Plaza “México”. Tarde soleada. Se llenó
numerado y parte de general.
Mónica Serrano (Rejoneó a un
novillo, sin pena ni gloria). Pistache y negro. Pitos.
Julián
López “El Juli”. Grana y oro. Dos orejas / Algún
pañuelo blanco.
Arturo
SaldÍvar. Azul marino y plata. Dos orejas / Aviso,
división.
Diego
Silveti. Azul rey y oro. Aviso, Dos orejas / Palmas.
Al final los
tres matadores salieron en hombros por la Puerta Grande.
1 NOVILLO DE SANTIAGO alegre y codicioso
y 6 TOROS DE LOS ENCINOS. Los tres primeros
magníficos, aunque con sus diferencias.
Los tres últimos sin clase ni fuerza. El primero reúne condiciones para
ser considerado uno de los mejores toros de la temporada. Recibieron arrastre lento esas tres
reses. Pesos: 400, 513, 508, 550,
490, 560 Y 520 kilos.
Se dijo hoy,
al terminar la corrida, que hacía muchos años que en la Plaza “México” no se
había vivido tanta emoción y belleza en una hora, como en la de hoy de las 5 a las 6 de la
tarde. En efecto, se plasmaron
tres faenas de indiscutible calidad, diferentes por la técnica y la experiencia
de cada uno de los tres toreros, pero en todas ellas brilló el arte, la
emoción, la belleza y la entrega y
en la suerte de matar en su más
apasionada expresión. Sin duda que
para ello colaboraron tres pupilos de Don Eduardo Martínez Urquidi, quien ha
refrescado su sangre con el Saltillo español, consiguiendo una mezcla, que vimos formidable, cuando se acierta.
En el cartel
más rematado de los anunciados por la empresa, volvió el maestro madrileño para
encontrar a su vera a dos toreros que en una y en otra forma se van
consagrando, no solo como las mejores cartas mexicanas –con Juan Pablo Sánchez
y ahora El Payo- sino que
constituyen la baraja
mexicana que va a pelear todos los sitiales con las figuras españolas, primero
aquí y después algunos de ellos
desde Las Fallas, Sevilla y Madrid, donde seguramente tendrán cabida, como la
que genero$amente se les ofrece
aquí, en todos los carteles de todas las plazas de México.
Julián se
enfrentó primero a “Huizache”, negro, entrepelado, alto, largo y cornivuelto,
de muy buena presencia, fijeza y calidad.
El madrileño lo recibió sin titubear con hermosas verónicas desmayadas,
rematando con una media que le mereció aplausos. Fue bien castigado y la res peleó. En los medios, unas chicuelinas muy ceñidas, rematando con
una larga que encendió al respetable.
Ya con la muleta le dio un cambiado por abajo y se dobló confirmando que
había tela de donde cortar. Con la
derecha instrumentó bellos pases con la mano abajo, la res muy humillada y él
mostrando su enorme clase. También
probó por la izquierda y allí llegó a grandes alturas por la lentitud y la
maestría desplegadas. El maestro
encontró la embestida y se significó con un molinete y otro pase de pecho que
puso de pié al público. Quizá allí
lo mejor. Luego derechazos coreados
con la cabeza de la res rozando el suelo, salió el profundo “OLE” de la Plaza
“México”, repitió por naturales y aquello parecía un manicomio. Comprendiendo
perfectamente la lidia del animal que se empezaba a quedar, lo toreó por alto
por dosantinas y remató con el del desdén. Técnicamente una faena perfecta, desde las alturas se oyó el
“torero” que consagra. Pinchó sin
soltar y después dejó un soberbio estoconazo y la res tuvo muerte de bravo. El
juez que parece no saber qué hacer
en el biombo, titubeó y al fin soltó un pañuelo, cuando debieron ser dos de un
jalón, y a insistencia del “matador” –que no es lo correcto- se le dio arrastre
lento. Con el segundo “Sauz”,
negro, bragado, entrepelado y vuelto, le dio un farol de rodillas, pero pronto
descubrió que no cumplía ni remotamente con las excelencias del primero. Una vara, como en casa, y un brindis justificado
a sus alternantes. El toro
rebrincaba, pero a base de insistencia le dejó la muleta abajo con buenos
pases. Algo dibujó con la
izquierda y ya sometida la res, le
dio un gran derechazo. Vimos dos
lasernistas. Lidia de maestro
porfiado que ofició con una entera al volapié, matando al segundo
descabello. Salió a los
medios. Quizá tengamos la fortuna
de ver en 2013 con más frecuencia a Julián a la disolución del G-10.
Arturo
Saldivar, quien dio la mejor faena del año pasado, se enfrentó a “Garambullo”,
berrendo en cárdeno, bragado, meano, cornivuelto y astifino que también mostró
de inmediato buenas maneras que no pudo aprovechar Saldívar con la capa. El toro empujó duro en el caballo y
ahora sí Arturo en los medios instrumentó una hermosa tanda variada de chicuelinas,
tafalleras y luego verónicas que el público entusiasmado agradeció con fuertes
aplausos. Inició con dos cambiados
por la espalda y un pase de pecho bien rematado, otra tanda por el lado derecho
donde el animal mostró codicia y Saldivar destreza, un cambio por la cara y uno
de pecho, llegando allí a la cúspide con majeza y templanza aprovechando su noble animal. No era el izquierdo el mejor lado, se
colaba, por lo que volvió a la diestra toreando en redondo y confirmando su
éxito. El toro se iba quedando y
recurrió a bernadinas justísimas y uno de pecho y entró a matar cuando en la
plaza se oía el “torero” que consagra, dejando una estocada ligeramente
tendenciosa. El juez, cegatón, se rehusaba a dar la segunda
oreja y tardíamente concedió el arrastre lento. Con el 5°, “Granjero”, otro animalón, bajo, negro, bragado,
vuelto, Saldivar intentó torear de rodillas y mostró su punto débil, luego
quitó por navarras y tafalleras y una rebolera un tanto apresurada. Brindó a
ganaderos y le dio varios pases por alto pero el toro se frenaba y sólo pasaba
a media altura. Ni tardo ni
perezoso entró a matar y pinchó hasta tres veces, recibiendo un aviso y luego
mató con una entera. Nótanse sus progresos después de su campaña española.
No acababan
de humear las palmas del respetable cuando salió “Ocote”, alto, cárdeno
obscuro, astinegro, nevado con el que Silveti no se acomodó inicialmente con el capote, saliendo el toro
suelto. Se compuso con unas
saltilleras y al tomar la muleta inició con ayudados por alto, el toro iba
mejorando y mostrando bravura. Al
cambiar de mano, instrumentó majestuosos naturales que entusiasmaron
enormemente al público, anotamos trincheras superiores, un pase cambiado y uno
del desdén que puso otra vez de pie a la clientela. Se ciñó con la derecha y terminó por alto con estrujantes
dosantinas y todavía más emocionantes bernadinas –no del total agrado del que esto
escribe- pero llegó a su apogeo para la clientela con una arrucina y el pase
del desdén. Cuando alargaba se le
recomendó concluir, dejando una estocada entera, tendida y desprendida, la res
se amorcilló, él sacó el estoque, recibió un aviso y se entregó el animal. El entusiasmo era tal que le cayó la
segunda oreja y al toro, en consecuencia le cayó el arrastre lento. En su segundo, “Fresno”, cárdeno,
obscuro, bragado, bello de lámina, nada pudo hacer con la capa, Diego dio
varias gaoneras, también atrabancadas y la res rascaba a más de mostrar poca
fuerza. En tales condiciones y
pese a su voluntad entró a matar, dejando una entera caída que el puntillero
levantó para luego entregarse y aprestarse Diego, convaleciente, a la
justificada salida en hombros.
HOMENAJE A PEPE ALAMEDA
A un personaje que nos trajo el exilio republicano y que aquí dio lecciones de sabiduría en tauromaquia y conocimiento pleno de las letras castellanas: PEPE ALAMEDA, se le rendirá homenaje en el Centenario de su Nacimiento en el Auditorio “Silverio Pérez” de la Asociación Mexicana de Matadores, el próximo día 8 de diciembre a las 12:00 hrs. Participarán: Heriberto Murrieta, Julio Téllez, José Francisco Coello –quien presentará un libro sobre él-, Bibliófilos Taurinos de México y el que esto escribe.
HOMENAJE A PEPE ALAMEDA
A un personaje que nos trajo el exilio republicano y que aquí dio lecciones de sabiduría en tauromaquia y conocimiento pleno de las letras castellanas: PEPE ALAMEDA, se le rendirá homenaje en el Centenario de su Nacimiento en el Auditorio “Silverio Pérez” de la Asociación Mexicana de Matadores, el próximo día 8 de diciembre a las 12:00 hrs. Participarán: Heriberto Murrieta, Julio Téllez, José Francisco Coello –quien presentará un libro sobre él-, Bibliófilos Taurinos de México y el que esto escribe.
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