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| Adios de un gran torero, aunque seguirá soñando |
Eduardo Fernández-Guillén
Mérida, Venezuela.-
El sueño de cruzar el charco para abrirse camino en la difícil
profesión del toreo es, sin lugar a dudas, un anhelo que desean
conquistar numerosos jóvenes americanos que se inician en el medio.
Pero, aunque ello sea un claro objetivo que a muchos quita el sueño, no
todos son capaces de lograrlo, sea cual fuere la circunstancia.
Sin embargo, éste no fue el caso del venezolano
Antonio Briceño “El Valor”, quien sí cumplió ese sueño de cruzar el
Atlántico con la ilusión de ser torero, buscando un rumbo en la Madre
Patria que, con determinación, oficio y madurez profesional, le condujo a
describir una trayectoria cercana a los 40 años de servicio a la Fiesta
de los Toros como torero de plata.
Después de más de tres décadas siendo un destacado
peón de brega, el pasado sábado 29 de septiembre Antonio Briceño “El
Valor” dijo adiós a los ruedos, poniendo así el punto y final a su
carrera como subalterno. En la localidad de Mayorga, municipio de la
provincia de Valladolid, tuvo lugar la ceremonia del corte de coleta,
llevada a cabo al término de una gran tarde por el rejoneador catalán
Curro Bedoya, con quién “El Valor” actuó durante los últimos ocho años,
llegando a ser su hombre de confianza y banderillero principal de la
cuadrilla.
La emotividad del momento envolvió a los presentes
tras la despedida de un venezolano ejemplar, quien pasó por momentos muy
difíciles pero siguió adelante, pues menester es recordar que en 1981
casi perdía la vida a consecuencia de varias cornadas recibas en
Valdemoro, provincia y comunidad de Madrid.
Desde la patria y hasta Antonio Briceño “El Valor”
vaya el recuerdo, el reconocimiento y una ovación cerrada de la afición
taurina de su natal Venezuela, puesta de pie para despedirle allende los
mares.

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