domingo, 2 de septiembre de 2012

Morante de la Puebla abre la Puerta Grande con su toreo mágico, y El Juli y Perera le acompañan en San Sebastián de los Reyes

Desde San Sebastián Vitico Ramírez
 nos cuenta en hermosa crónica la reseña
de una tarde histórica (Foto Ana García)


  Víctor Ramírez “Vitico” (Enviado Especial).- Morante de la Puebla había tirado las tres cartas con el noblón toro que abrió la tercera corrida de la feria de San Sebastián de los Reyes. Sin inmutarse, el de la Puebla le dio algún muletazo suelto y lo despachó de fea manera al marrar con el descabello. La bronca fue de las gordas. Pero salió el cuarto, y el genio destapó el frasco, con una serie de verónicas extraordinarias por su belleza, hondura, empaque y clase, rematadas con una media de pintura. Estaba inspirado el sevillano y le hizo al astado un quite por chicuelinas primoroso, alado, angelical. Ya embalado, el diestro abrió la faena con barrocos ayudados por alto y estéticos muletazos por bajo. No fueron mas de quince pases los que de verdad contaron en la faena del torero, unos seis o siete derechazos, excelentes por hondos, rotos y embraguetados y algunos naturales preciosos. Con estos fogonazos y una estocada cortó las dos orejas y dejó al público roto por la emoción de un toreo sobrenatural, que pocas veces se tiene la suerte de ver en directo. Naturalmente se fue a hombros por la puerta grande.

El Juli es un grandioso torero que actualmente se plantea cada faena como una especie de laboratorio en el que sigue buscando matices para su riquísima tauromaquia. Al segundo lo lanceó con hondura a la verónica, llevándolo de forma soberbia al caballo,  y en el posterior quite, ligó de forma sorprendente chicuelinas a cordobinas de manos bajísimas,  perfectamente rematadas. Sobrado de oficio y forma, Julián toreó con infinito mando, grandiosa hondura y con la muleta a rastras, llevando muy largo, ligado y por abajo al toro, que aunque embistió con clase, en un descuido del diestro le entrampillo llegando a derribarle. Se levanto encorajinado el maestro que le endilgó una poderosa serie con la mano derecha. Tras un pinchazo hondo trasero y un descabello le concedieron por aclamación popular el par de orejas. Se la jugó sin trampa ni cartón con el áspero quinto, un toro pegajoso, que hacia hilo con violencia. No fue una faena lucida pero la honradez del diestro fue recompensada con una gran ovación.

Miguel Ángel Perera sorteó un primer toro desconcertante por sus desacompasadas arrancadas en los primeros tercios, sin que nadie lograra fijarle, pero de eso se encargó sobradamente el diestro extremeño, al cuajarle una soberbia serie con la mano derecha, de muletazos largos y profundos, en la que el toro respondió bien, aunque al sentirse podido el animal fue a menos. Perera le pudo en  varias tandas de mano baja.

Al sexto lo recibió con dos ceñidos pases cambiados por la espalda sin moverse del sitio, para luego no dejarse tropezar el engaño por un toro rebrincado, que se defendía con la cara suelta y pegando derrotes. Sobrado Perera le trenzó varias con la muleta siempre puesta por delante para ligar. Una estocada que tardó en hacer efecto y un descabello dieron paso a partes iguales a dos avisos y a una oreja.
FICHA DE LA CORRIDA.-  Sábado 1 de septiembre. Tercera corrida de feria. Casi lleno en tarde agradable. Cuatro toros de Victoriano del Río y dos de Toros del Cortés (cuarto y sexto), correctamente presentados y de juego desigual. Noble el primero, encastado el segundo, complicado el tercero, noble pero algo rebrincado el cuarto, áspero el quinto y difícil  el sexto. Morante de la Puebla (verde esmeralda y oro) Bronca y dos orejas. El Juli (azul marino y oro) Dos orejas y ovación. Miguel Ángel Perera (corinto y oro) Oreja y oreja tras dos avisos. Los tres toreros salieron a hombros.

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