viernes, 10 de agosto de 2012

OREJA A SILVETI EN GIJÓN A UN DURO TORO DE 617 KILOS DE ALCURRUCÉN

DIEGO SILVETI, CASTA Y ENTREGA

 Esta tarde, 10 de agosto, en su vuelta a la plaza de toros de Gijón, donde el pasado año se convirtió en matador de toros de manos de José Tomás, el matador Diego Silveti ha conseguido cuajar una buena actuación al cortar una oreja de mucho mérito a su segundo ejemplar de su lote, perteneciente, como toda la corrida, al hierro de Alcurrucén. Con tres cuartos de entrada en los tendidos del llamado coso de El Bibio, se han lidiado seis toros de Alcurrucén, pertenecientes a la familia Lozano, en el que han destacado los lidiados en segundo y quinto lugar de lidia ordinaria. Para abrir festejo se lidió un toro de Los Bayones, con el que el rejoneador Sergio Vegas escuchó palmas. El resultado del festejo fue el siguiente: Iván Fandiño, ovación y oreja; David Mora, oreja y oreja, salió en hombros; y Diego Silveti, silencio y oreja.
Después de sortear el toro más deslucido del encierro, el lidiado en tercer lugar, Diego Silveti le cortó la oreja a su segundo ejemplar. Con ese primer toro deslucido, por manso y aquerenciado, Silveti estuvo muy por encima. Ya con el capote Diego respondió a un buen quite realizado por Iván Fandiño por gaoneras, al que replicó con brillantez el mexicano con otro por delantales. Con el público muy metido en la labor de Silveti, todo quedó en el esfuerzo que tuvo que hacer con ese toro, vacio y de nula raza, que apenas le posibilitó al torero lucimiento. A pesar de ello, Diego nunca tiró las cartas y se esforzó hasta robarle lo poco que tenía el animal. Manejó la espada con autoridad en la suerte suprema.
Por suerte, pudo resarcirse con el último, un toro de gran cuajo, que pesó 617 kilos, y al que Diego se enfrentó con soltura y gran disposición desde el capote. Un gran quite por gaoneras fue el preámbulo de una faena de mucho contenido, pues auque el toro se movió, siempre lo hizo sin clase y sin terminar de demostrar entrega. Nada de ello pareció importar al mexicano, que le plantó cara con firmeza, manejando con autoridad la muleta. Por el pitón izquierdo el toro estuvo a punto de arrollarle en un par de ocasiones. Silveti le robó muletazos por los dos pitones, con buena técnica y gusto, demostrando su enorme disposición de triunfo. En la suerte de matar colocó a la espada de manera perfecta y le cortó una merecida oreja, premio que le vale la ratificación ante una afición en la que tiene gran cartel desde que debutó como novillero.
El que sí abrió la puerta grande fue David Mora, que sorteó el lote más completo del encierro, y con el que el diestro madrileño, que se encuentra en un gran estado de forma, consiguió momentos muy brillantes. A cada ejamplar le cortó una oreja. Otra más paseó Iván Fandiño de su primer toro, con el que el torero vasco también ejecutó una buena faena. Con su segundo toro fue ovacionado. Lo mismo que el rejoneador vallisoletano Sergio Vegas, que abrió el festejo.

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