sábado, 14 de julio de 2012

Quedar bien con todo el mundo



Kike Rosales


La modalidad utilizada para seleccionar la empresa taurina que organizará la feria de San Sebastián levantó polvo; todo por detalles, ya que dentro de la llamada licitación se incluyeron, entre otros requisitos, clases prácticas para quienes cursan en la escuela taurina. El tratar de que los muchachos de la escuela no toreen más el viento, ha sido la materia tomada, por algunos, como algo negativo. Se espera que  en lo taurino la FISS nos deje algo.
La exigencia para quienes liciten se manejó de la siguiente forma: dos novilladas, cuatro corridas, un festival a beneficio de la escuela, cinco clases prácticas y un festival de encuentros de escuelas taurinas del país.
Veamos: paradójicamente el error del primer festival a beneficio de la escuela taurina estuvo en que fue económicamente todo un éxito, ello llevó a que se generaran opiniones en relación al manejo de los fondos, pues se alegó que los directores de la misma se estaban llenando de dinero… La verdad es que se compran los novillos a un estimado de 6 mil por cada uno, se pagan las cuadrillas nacionales y las que vienen del extranjero, además de los honorarios de todo el personal.  A lo anterior se le añade el hecho de que las empresas conversaban con sus figuras del toreo para que no participaran en el mismo, esto fue disminuyendo el interés de los aficionados y por tanto la asistencia a la plaza, lo que ha influido, como es obvio, en las ganancias. Así las cosas, la escuela solo ha venido produciendo lo de pagarle al maestro.
En esta licitación se “asocian” la escuela y la empresa: 30 por ciento de la venta de boletería en el festival para la escuela y  el resto para la empresa; todo por aquello de ganar - ganar, así se ve incluida la empresa y pondrá al menos a dos de las figuras contratadas. Se obliga a que el cincuenta por ciento sea de ganaderías nacionales, para fortalecer algo que está tan débil, y las clases prácticas son tentaderos que se darán en la plaza con vacas alquiladas, eso va como parte del impuesto de solidaridad que por ley deben dar las empresas; o sea, en vez de tomar un dinero que se va entre las manos, se hará algo directamente con lo taurino porque al paso que vamos en tres años no tendremos un torero o un aspirante que lo quiera ser; y como dijo alguien por allí: “lo primero es antes”.
En la licitación hubo  empresas que manifestaron no poder estar en la misma, su análisis económico no lo permite; otras solo dijeron “toco tierrita y no juego más” sin mayores explicaciones. Lo cierto es que se trata de brindar un futuro promisorio en lo taurino. Los rumores malsanos salieron de las bocas agrias de la frustración.
Quizá la mejor manera de ilustrar este hecho es citando a Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, quien en una entrevista de la que fuera objeto, expresó no conocer el secreto del éxito pero que sí muy bien  el del fracaso: querer quedar bien con todo el mundo.
Como verán, esta licitación no está destinada al fracaso…

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