Kike
Rosales
La modalidad utilizada para seleccionar la empresa taurina
que organizará la feria de San Sebastián levantó polvo; todo por detalles, ya
que dentro de la llamada licitación se incluyeron, entre otros requisitos, clases prácticas para quienes cursan
en la escuela taurina. El tratar de que los muchachos de la escuela no toreen
más el viento, ha sido la materia tomada, por algunos, como algo negativo. Se
espera que en lo taurino la FISS nos
deje algo.
La exigencia para quienes liciten se manejó de la siguiente
forma: dos novilladas, cuatro corridas, un festival a beneficio de la escuela,
cinco clases prácticas y un festival de encuentros de escuelas taurinas del
país.
Veamos: paradójicamente el error del primer
festival a beneficio de la escuela taurina estuvo en que fue económicamente
todo un éxito, ello llevó a que se generaran opiniones en relación al manejo de
los fondos, pues se alegó que los directores de la misma se estaban llenando de
dinero… La verdad es que se compran los novillos a un estimado de 6 mil por
cada uno, se pagan las cuadrillas nacionales y las que vienen del extranjero, además
de los honorarios de todo el personal. A
lo anterior se le añade el hecho de que las empresas conversaban con sus figuras
del toreo para que no participaran en el mismo, esto fue disminuyendo el
interés de los aficionados y por tanto la asistencia a la plaza, lo que ha
influido, como es obvio, en las ganancias. Así las cosas, la escuela solo ha
venido produciendo lo de pagarle al maestro.
En esta licitación se “asocian” la
escuela y la empresa: 30 por ciento de la venta de boletería en el festival
para la escuela y el resto para la
empresa; todo por aquello de ganar - ganar, así se ve incluida la empresa y
pondrá al menos a dos de las figuras contratadas. Se obliga a que el cincuenta
por ciento sea de ganaderías nacionales, para fortalecer algo que está tan
débil, y las clases prácticas son tentaderos que se darán en la plaza con vacas
alquiladas, eso va como parte del impuesto de solidaridad que por ley deben dar
las empresas; o sea, en vez de tomar un dinero que se va entre las manos, se
hará algo directamente con lo taurino porque al paso que vamos en tres años no
tendremos un torero o un aspirante que lo quiera ser; y como dijo alguien por
allí: “lo primero es antes”.
En la licitación hubo empresas que manifestaron no poder estar en la
misma, su análisis económico no lo permite; otras solo dijeron “toco tierrita y
no juego más” sin mayores explicaciones. Lo cierto es que se trata de brindar
un futuro promisorio en lo taurino. Los rumores malsanos salieron de las bocas
agrias de la frustración.
Quizá la mejor manera de ilustrar
este hecho es citando a Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, quien en una
entrevista de la que fuera objeto, expresó no conocer el secreto del éxito pero
que sí muy bien el del fracaso: querer
quedar bien con todo el mundo.
Como verán, esta licitación no está
destinada al fracaso…
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