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Íñigo Crespo
Periodista
“El toro bravo es el gran desconocido de la
sociedad. Debemos dar a conocer su singularidad y recordar que es el animal con
mayor diversidad genética de cuantos habitan sobre la tierra”. De este modo
defendió el periodista Iñigo Crespo las claves de la tauromaquia, situada en
las virtudes del toro bravo, en la lectura del Pregón Taurino de la Feria de
San Pedro de Burgos".
“La fiesta de los toros es sensibilidad, belleza, creación, emoción, triunfo y muerte. A diferencia de otros espectáculos, la tauromaquia tiene la intensidad y la emoción que crea el saber que el juego de vida y muerte es tan real como la vida misma”
“Llegada esta época, la ciudad de Burgos siempre se ha prestado a correr toros. La tauromaquia ha permanecido fiel a esta tierra, una tauromaquia que ha sobrevivido a los tiempos por sus valores y su esencia”, explicó, antes de subrayar: “El toreo no es patrimonio de nadie porque es patrimonio de todos; Debemos ser un hilo conductor más de cara a las futuras generaciones, a los que debemos mostrarles una tauromaquia en plenitud”.
Con la Sala Capitular del Monasterio de San Juan como marco, Iñigo Crespo repasó algunos de los hitos más destacados de la feria burgalesa, recordó los diestros que a lo largo del tiempo más han actuado en el ciclo y puso en valor las virtudes del toro bravo que se lidia hoy en las plazas de toros. “Cada vez se le pide más al toro, un animal que es bravo por naturaleza, aunque basado en la bravura de este siglo XXI, impuesta por una embestida asentada en la duración, la entrega, el ritmo y la profundidad”, apuntó.
Al acto asistieron representantes del Ayuntamiento, de la empresa arrendataria del coso de El Plantío, un numeroso grupo de aficionados y la Banda de Música ‘Ciudad de Burgos’ que interpretó una selección de variados pasodobles taurinos al comienzo y al final.
“La fiesta de los toros es sensibilidad, belleza, creación, emoción, triunfo y muerte. A diferencia de otros espectáculos, la tauromaquia tiene la intensidad y la emoción que crea el saber que el juego de vida y muerte es tan real como la vida misma”
“Llegada esta época, la ciudad de Burgos siempre se ha prestado a correr toros. La tauromaquia ha permanecido fiel a esta tierra, una tauromaquia que ha sobrevivido a los tiempos por sus valores y su esencia”, explicó, antes de subrayar: “El toreo no es patrimonio de nadie porque es patrimonio de todos; Debemos ser un hilo conductor más de cara a las futuras generaciones, a los que debemos mostrarles una tauromaquia en plenitud”.
Con la Sala Capitular del Monasterio de San Juan como marco, Iñigo Crespo repasó algunos de los hitos más destacados de la feria burgalesa, recordó los diestros que a lo largo del tiempo más han actuado en el ciclo y puso en valor las virtudes del toro bravo que se lidia hoy en las plazas de toros. “Cada vez se le pide más al toro, un animal que es bravo por naturaleza, aunque basado en la bravura de este siglo XXI, impuesta por una embestida asentada en la duración, la entrega, el ritmo y la profundidad”, apuntó.
Al acto asistieron representantes del Ayuntamiento, de la empresa arrendataria del coso de El Plantío, un numeroso grupo de aficionados y la Banda de Música ‘Ciudad de Burgos’ que interpretó una selección de variados pasodobles taurinos al comienzo y al final.
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