lunes, 14 de mayo de 2012

MANZANARES EN VALLALDOLID, CON CORROCHANO Y CAYETANO EN EL RECUERDO

El Juli, -el excluido-, junto a Manzanares  abren la Puerta Grande de Valladolid



EL VITO

Cuentan que cuando Niño de la Palma llegó a Madrid, con titular de Gregorio Corrochano como carta de presentación, Cayetano pe ponía mucho cuidado y empeño a  los integrantes de su cuadrilla. Ordóñez había encargado un traje manzana para su debut y ordenó a sus banderilleros vestir de manzana y plata para la ocasión. Corrochano lanzó aquel heraldo de "Es de Ronda y se llama Cayetano" en
el titular de su crónica, la que creo terminaba con aquella sentencia de "el toreo será lo que  quieras tu que sea". Palabras más, palabras menos, pero los hechos se engrandecen en la distancia y lejos de los acontecimientos se reverdecen cuando vemos en Valladolid a José María Manzanares y  a su cuadrilla formar una granítica unidad que resalta entre todos los maestros del toreo actual.
Vayamos por parte en el relato de los hechos.
El 13 de este mayo, mes muy taurino en Madrid, mes de la primera parte de San Isidro, se anunció un atractivo cartel en Valladolid con "el excluido" Julián López "El Juli", el esperado José Antonio "Morante de la Puebla" y José María Manzanares con toros de García Jiménez, en principio, que fueron rechazados y sustituidos por una corrida de Victoriano del Río.
El cartel, atractivo e irrepetible en Madrid por los conflictos que se han ventilado entre Roberto Domínguez y Javier Martínez y su hijo Manolo, restó público a Madrid, y un buen grupo de venezolanos nos trasladamos a la hermosa Valladolid para asistir en la Plaza de la Calle de Zorrilla a esta corrida que se nos antojaba en el papel "tarde de acontecimiento", sobre todo por la forma de cómo viene rodando la temporada de San Isidro. Muy aburrida. Y así fue, pues fue tarde de acontecimiento porque no hubo decepción. Al final El Juli y Manzanares, abrieron la Puerta Grande. El Juli cortó dos orejas, una en cada toro; y Manzanares,  las dos del tercero. Morante aclamado cruzó la arena al final de la corrida.
Al principio de esta narración recordábamos que Cayetano Ordóñez vestía su cuadrilla sedas del color de su traje, con la clara intención de uniformar al equipo que lideraba. Eran sus banderilleros y picadores un equipo, una unidad que como el de ahora de José Marí Manzanares es un plus más allá de la excelencia del maestro.
En sus dos toros José María Manzanares brilló en excelencia, porque además de su lidia, de arte en plenitud, los espacios que para otros resultan vacuos, vacíos de contendido, por su equipo de banderilleros y de picadores en Manzanares se llena de emoción con un contenido rico en expresión y competencia. Sí, porque Alfonso Barroso compite con Chocolate en varas, y Truillo de Málaga lo hace en banderillas con Javi. Estos, los banderilleros, no se si con intención, vistieron en Valladolid de rioja y azabache y cuebrieron el tercio maravillosamente.



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