Alejandro Talavante, el joven de Extremadura que cual ´moderno Cortés ha conquistado México, exultante con el joven ganadero de Mimiahuapan hijo de Alberto Balleires |
*Le cuajó una brillante faena aunque dividió las opiniones cuando optó por el indulto.- Eulalio López “Zotoluco” y Diego Silveti, más que esforzados.- Cinco toros de Begoña, uno de San Miguel de Mimiahuápam y un regalo de Santa Teresa.- Tres cuartos de entrada en tarde fresca y con viento al principio
Por: ADIEL ARMANDO BOLIO
La faena de la que fue décima corrida de la Feria Nacional de San Marcos 2012, ante tres cuartos de entrada en el coso Monumental de Aguascalientes bajo un clima fresco y viento al principio del festejo, corrió a cargo del extremeño Alejandro Talavante cuando cuajó al estupendo toro “Santanito” de Begoña para terminar por indultarlo y dar vuelta al ruedo con el ganadero Juan Pablo Bailleres.
Se lidiaron ejemplares de tres hierros de la misma casa ganadera, cinco de ellos de la dehesa de Begoña, siendo muy bueno el segundo al que se le perdonó la vida; regulares fueron primero y tercero, y complicados el cuarto y el sexto. Uno de San Miguel de Miamiahuápam, lidiado en quinto, de regular a bueno pero débil y un séptimo de obsequio, de Santa Teresa, que se empleaba bien pero tenía poca fuerza.
Vestido de rosa mexicano y oro, faja y corbatín en negro, el defeño Eulalio López “Zotoluco” al ejemplar que abrió plaza únicamente lo bregó y con la muleta luchó contra el viento. Se le dificultaba acomodarse pero cuando amainaba la fuerza de “Eolo” le sacó buenas series derechistas. Por el izquierdo no se pudo pero siguió bien por el lado diestro a pesar de un par de desarmes. Labor de aliño para entrar a matar dejando una estocada entera efectiva, siendo aplaudido.
En su segundo instrumentó una larga cambiada de hinojos cerrado en tablas y de pie le paró con actitud a la verónica. Su quehacer muleteril fue de plena valentía y disposición, principalmente por el pitón derecho, pues el begoño no era fácil además de tener la tendencia de buscar el refugio de las tablas a manera de huida. Así lo anduvo persiguiendo por todo el ruedo para lograr otros momentos plausibles. Finiquitó de manera desatinada y tuvo división de opiniones.
De paja y oro, faja y corbatín en negro, el badajocense Alejandro Talavante en el primero de su lote, “Santanito”, de estupenda clase y nobleza, lanceó bien a la verónica y mejor los hizo por chicuelinas. Su faena de muleta fue sencillamente extraordinaria, plena de arte, temple, imaginación y de una inspirada mentalidad triunfadora, sabedor de lo que quiere. Ayudados por alto, cambiado por la espalda y un natural para empezar en los medios y después darse a torear por el lado diestro de manera estupenda, lo mismo que por naturales tersos, cadenciosos y de gran factura. Vinieron más derechazos intercalando arrucinas, pases por la espalda y en redondo teniendo como fondo musical “Pelea de Gallos”. Siguió la variedad de su toreo, se pidió el indulto y éste se otorgó en medio de otra polémica decisión. Finalmente dio vuelta al ruedo entre las opiniones divididas y acompañado del ganadero Juan Pablo Bailleres. Aun así ¡qué toro y qué faena!
A su segundo, de San Miguel de Mimiahuápam, lo veroniqueó con soltura a pies juntos y una chicuelina. Luego de brindar al empresario de la Monumental Plaza México, Rafael Herrerías, quien acompañaba en el palco principal al gobernador del estado, Carlos Lozano de la Torre, cuajó una faena de mucha exposición por ambos lados pero que le deslucía la falta de fuerza del toro, aunque cuando se empleaba lo hacía bien. Concluyó de estocada contraria y trasera, además de descabello para ser aplaudido.
El guanajuatense Diego Silveti, de nazareno y oro, faja y corbatín en negro, en el primero que le tocó lidiar jugó los brazos con voluntad, en tanto que con la muleta, luego de comenzar con pases vaciando por alto, ejecutó una faena de mucho empaque, torerismo y personalidad por los dos lados, haciéndolo todo con arte y clase de las buenas a pesar de la flojedad del “socio”. El público así lo entendió y se lo aplaudió. Ayudados por alto para terminar y desdeñoso pase por bajo. Acabó de tres pinchazos y media estocada para hacerse ovacionar.
En el segundo que le tocó en suerte, nada hizo con el capote. Buena vara de David Vázquez y con la sarga, Diego, ante la poca colaboración del astado abrevió no sin antes anunciar un séptimo de regalo, que fue el primer reserva, de Santa Teresa, al que veroniqueó con buen gusto y llevó al caballo de manera lucida y solvente. El astado acusaba ya mucha debilidad y por ello el varilarguero David Vázquez asestó otro buen y medido puyazo para que Silveti quitara vistosamente por gaoneras. En el segundo tercio ha tenido una brillantísima actuación el subalterno Gustavo Campos al cubrirlo él solo para ser ovacionado en el tercio por el público puesto de pie. La faena de Diego, previo brindis al primer mandatario del estado, Carlos Lozano de la Torres, fue más que torera y dispuesta por ambos lados pero la poca fuerza del burel era mucha. Falló de nuevo con el acero y se le despidió entre aplausos.
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