JUAN JOSÉ PADILLA: «Guardaré mi reaparición en el fondo de mi alma»

Tras una noche de emociones y celebraciones por su glorioso regreso, el Ciclón de Jerez se muestra «feliz por esta vuelta maravillosa»


Apenas dos horas después de la corrida, el crítico taurino de ABC, Andrés Amorós, se puso en contacto con Juan José Padilla para conocer de cerca sus impresiones tras una reaparición que ha dado la vuelta al mundo. De su boca no se desprendía una palabra: «Gracias». Feliz y emocionado, aseguraba que le había «sorprendido tanto cariño de la gente».

La guinda fue cuando sus compañeros, figuras como El Juli, Alejandro Talavante o Miguel Abellán, quisieron aupar a hombros al héroe de la temporada. «Fue muy especial que mis compañeros me sacasen por la puerta grande. No lo olvidaré nunca. Guardaré esta tarde en el fondo de mi alma».

No solo los matadores le izaron en volandas. El primero en hacerlo fue su gran amigo Adolfo Suárez Illana, siempre a su vera desde la dramática cornada. Suárez ha vivido todo el proceso de recuperación, la lucha y el coraje de un torero de manoletinas a montera. Mientras cenaban juntos en el hotel Herederos de Olivenza, contaba que para él también había sido una tarde muy especial. Tampoco ocultaban la emoción la mujer y la hija de Padilla, Paloma, la fan número uno de su padre.

«Me tiraban del traje»
El diestro gaditano rememoraba la salida por la puerta grande: «Fue maravillosa. Todos querían un recuerdo del traje y me tiraban». Mientras abandonaba la plaza en procesión, Padilla miraba al cielo dando «gracias a Dios» por sentirse así de vivo.

Tras una noche de celebración y emociones, esta mañana el torero que resucitó ayer en los ruedos continuaba radiante. «Estoy muy contento. He sido fiel a mis valores y a lo que mi corazón me dictaba».

Padilla se entregó y se mostró al cien por cien. No quería que el público sintiese «compasión ni pena» por él. Y nadie las tuvo, porque, de no ser por ese parche en el ojo a lo John Ford, nadie hubiese apreciado ni una sola secuela de su terrible percance maño. El Ciclón de Jerez exhibió una seguridad y un aplomo increíbles. Volvió con todas las de la ley. Con valor de esperanza y oro.