
Conchita Moreno, injustamente olvidada fue grande entre los próceres de la fiesta en Venezuela
EL VITO
Se reanudó las reunión semanal de la Tertulia Los Amigos del Toro en La Quintana de Sabana Grande, con temas muy variados algunos de ellos entrañables.
Se comentaron los reportajes del periodista Rafael Cardona aparecidos en este Blog A los Toros y en Oído en la Chara, este último con el sugestivo título de “El toreo como pretexto” donde hace un descarnado análisis del conflicto político de Cataluña, conflicto que por dejar de parecerse a España los políticos catalanes pisan las arenas movedizas de la historia y de las tradiciones y enfilan sus cargas en contra de la Fiesta de los Toros. Concluye Cardona con una anécdota personal, cuando se refiere a su México y a la salud de la Fiesta en México:-“ Hace unos días un reportero de quién sabe cuál estación de radio me llamó y me pidió mi opinión sobre el veto taurino en Cataluña. Me preguntó si en mi opinión los toros se podrían acabar también en México. Con toda sinceridad le dije, claro, si ya de eso se ha encargado la empresa dirigida por Rafael Herrerías, cuya plaza vacía es muestra evidente del desinterés cada vez mayor por una agónica tradición.” Una situación muy parecida a la que vivimos en Venezuela, pues entre los gremios y las empresas preparan la puntilla a los toros en nuestro medio.
Cardona se refiere a Conchita Cintrón, una entrevista que le encargara Mariano Palacios, diplomático y político cuando era Gobernador de Querétaro. Relevante trabajo del género el de Carona en A los toros (http://elvitoalostoros.blogspot.com) que provocó la pregunta que nos hace Aura Cecilia Colmenares sobre Conchita Moreno, nuestra olvidada rerjoneadora.
En la tertulia tanto Alberto Ramírez Avendaño como Tobías Uribe exaltaron los méritos de la Diosa Rubia, Conchita Cintrón, y recordaron el ejemplar y hasta heroico paso de Conchita Moreno por las arenas del mundo.
Aprovechando la presencia en la tertulia de Manases Capriles Domínguez recordamos a un personaje muy querido que en el 2011 nos dijera adiós, y que para nuestras vidas fuera muy importante en nuestra formación taurina. Nos referimos a Sarita Lazo.
Sarita Domínguez de Veer de Lazo, su nombre completo, fue una aficionada de tendido que aportó mucho a la fiesta. Casada con Henrique Lazo Graells, quien con sus hermanos Carlos, Rafael Ernesto y Antonio José formaron más que una peña taurina una piña polémica y apasionada, donde se analizaba el toreo con desmedida pasión y en la que los nombres de Arruza, Andrés Blando, Procuna se mezclaron con los de Manolete, Parrita y Escudero cuando saltaban las crónicas de las amarillentas páginas de La Lidia y La Fiesta de México, páginas escritas por Roque Solares Tacubac, El Hombre que no Cree en Nadie, Carlos Fernández Valdemoro, Carlos Cuesta, Paco Malgesto, Rafael Solana, genios del periodismo taurino.
Sarita Lazo era “diamantista y sadelista”, como no tuvieron par entre sus fans Luis Sánchez y Alfredo Sadel. Iba sola a la plaza, cuando no encontraba quien le acompañara a Maracay y se presentaba en el Nuevo Circo, y como admiradora del “Tenor” logró una memorabilia que seguros estamos ni los propios herederos del recordado Alfredo Sadel deben de tener.
Jesús Nieves Luque enfatiza estos recuerdos trayendo al tema de la tertulia el del “aficionado sacrificado”, tomando como ejemplo a Sarita Lazo, recordada con cariño, dándonos un paseo por los caminos de aquellos aficionados prácticos, tema que surge cuando Ramírez Avendaño nos cuenta sus vivencias en tentaderos del Perú, en la ganadería de Rafael Puga y nos habla –no sin admiración- de la fiesta de los toros en el Perú, más no sólo de Acho, su afuición y su plaza, sino de la sierra y de los desiertos donde en los oasis surgen milagros, milagros que llevan sellos de fiesta de toros.
Un capítulo, emocionante y sangriento de esta fiesta de sangre, seda y sol lo trajo a la tertulia Tobías Uribe, el recordar aquella rivalidad entre Esteban García y Carmelo Pérez (El loco Armando de Texcoco) En especial la anécdota, espeluznantemente narrada por Uribe de Esteban muriéndose en la enfermería de la plaza de Morelia, blasfemando al destino que lo hundía en la muerte mientras "aquel hijo de su chingada madre va a tomar la alternativa el domingo".
Se refería Uribe al enfurecido Esteban García, que moribundo protestaba la suerte de su rival Carmelo, al que más tarde un toro de San Diego de los Padres, "Michín" convertiría su toreo de susto y de terror en historia entrelazada con leyenda, para que surgiera la pasión solferina de Silverio, cantada por muchos pero magistralmente relatada por El bardo de la taurina.
El viernes, en la edición semanal de la revista ZETA, usted podrá conocer esta historia del gran duelo entre Esteban García y Carmelo Pérez
Ha vuelto la tertulia, esperamos que también la Fiesta
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