lunes, 12 de diciembre de 2011

PARA EL DIARIO ESTO: La tarde fue para Diego Silveti, que puso en erupción a la plaza México.


LAS gaoneras de Diego fueron ajustadas y templadas en grado superior.

FOTO: ALEJANDRO VILLA
12 de diciembre de 2011


HORACIO SOTO CASTRO



ENTRE estruendosos gritos de ¡Torero, torero! Pasearon y sacaron a hombros de la plaza México al joven matador de toros Diego Silveti, quien había obtenido un triunfo consagratorio al cortar las orejas y el rabo al número 72, Charro Cantor, con 510 kilos de la ganadería de Los Encinos, luego de una hermosa obra de arte, una bella pieza torera, que había realizado entre el delirio de la concurrencia, que no se cansó de corear de pie al diestro de la dinastía Silveti en esta sexta corrida de la temporada.

Diego ingresó al selecto grupo de matadores de toros que han cortado rabos en el coso de Insurgentes, y se colocó en el lugar 126 de la enorme placa que aparece en la parte posterior de la entrada principal de la plaza. Además, cortó el segundo rabo de la temporada, pues previamente ya había cortado uno Arturo Saldívar.

El que haya cortado el rabo 126 no pasa de ser un lugar en las estadísticas y un lugar en la historia, lo que en verdad importa es que Diego se sublimó y dejó al descubierto sin dobleces su capacidad torera, si es que alguien dudaba de lo que ha venido haciendo en su carrera, tanto de novillero como de matador.

Pudiera ser coincidencia, pero la Virgen de Guadalupe le tendió la mano por ser un guadalupano hasta la médula, igual que su señor padre El Rey David, quien fue fervoroso creyente en la Virgen del Tepeyac. Diego había dicho que la fecha para regresar a la México era ideal y todo salió a pedir de boca. Salió con el capote de paseo con la Virgen de Guadalupe bordada, que fue de su padre.

Desde que se abrió de capa, Diego dejó ver lo que iba a suceder y arrancó las primeras ovaciones al torear a la verónica, con tersura, con faenas llenas de calidad y en quites. Estuvo enorme al torear por tafalleras y rematar con lucida revolera.

Ya con la muleta en la diestra se dio a torear por ayudados enormes, largos, templados y emotivos, con lo que se inició el concierto de ovaciones, incluyendo el cambio de mano y el desdén.

Posteriormente, ofreció una sinfonía de naturales con hondura, con temple, de gran calidad, rematando con el desdén. Siguió sobre esa línea e hizo que estallara con grito de ¡Torero, torero! Al combinar el ayudado, pase cambiado por la espalda, el de pecho y el desdén. Ya estaba muy avanzado ese faenón, y entre el éxtasis de la gente por lo que veían en el ruedo, empezaron a solicitar el indulto de Charro Cantor, pero él siguió en su bella labor con muletazos de todas marcas: El de trinchera, el desdén. El Juez Roberto Andrade le indicó que se tirara a matar y Diego no sabía qué hacer y finalmente se decidió, se fue por derecho y dejó tres cuartos de acero en todo lo alto para que rodara el toro, al que le dieron vuelta al ruedo por sus cualidades, y Diego, con los máximos trofeos en la mano, dio la vuelta al ruedo una de ellas con el ganadero Eduardo Martínez Urquidi.

El juez consideró que el toro no merecía que se le perdonara la vida, por que le falto raza y manseó un tanto al ir al caballo, pero sin marginar lo bueno que fue.

Diego apostó y gano. Se jugó el albur, pues bien pudo haber pinchado y se le escapaba todo lo ganado.

La actuación de Diego se marcó que iba camino al triunfo, pues en su primero, 45, El Mayor, con 508 kilos ya le había tejido una faena de altura iniciando un quite por gaoneras, echándose el capote gallardamente a la espalda, para que le resultaran muy ajustadas y templadas abriendo apenas el compás y rematando con una revolera. Faena sin la intensidad de la otra, pero fue muy buena y pudo haber cortado una oreja, de no fallar con el acero hasta escuchar un aviso.

Sin lugar a dudas, la tarde fue para Diego Silveti, que puso en erupción a la plaza México.



EL FESTEJO

La plaza registró una buena entrada sin igualar a las anteriores, pero con buen ambiente y clima. Se mascaba que iba a ser una buena tarde, pues las tres primeras faenas así lo apuntaron, con los toros de Los Encinos, que resultaron buenos, decayeron con el cuarto y quinto, y en el sexto fue de escándalo.

El encierro estuvo ejemplarmente bien presentado y todos acudieron al caballo, peleando unos más que otros, pero sobresaliendo los tres primeros y el sexto. Y el séptimo de regalo dejó mucho que desear.



LOS ALTERNANTES

Guillermo Capetillo dejó ver su temple y arte y su personal estilo de hacer el toreo en su primero, al que le hizo una faena muy de él, con arte, temple y pases de calidad. Fue una faena de mucha clase. Bien con el capote en verónicas y con la muleta, faena básicamente por naturales. Toreo muy vertical y sobrio, pero con clase. Dejo una estocada apenas desprendida, el toro tardó en doblar y escuchó un aviso. Tuvo leve petición de oreja y saludó en el tercio. En el toro, muy desacompasado, poco le pudo hacer; mal a la hora de matar y otro aviso. Abucheo injusto para él y pitos al toro.



TALAVANTE

Alejandro Talavante buscó afanosamente el triunfo, y cuando lo tuvo en sus manos vino el desencanto al fallar en la suerte suprema, y es la segunda ocasión que deja escapar el rabo. En su primero hizo una gran faena que pudo ser de dos orejas cuando menos. y si le dan el rabo se lo aceptan de buen grado. Combinó su toreo variado, de inventiva y de valor. Primero estuvo soberbio al torear a la verónica y rematar con la revolera de gran calidad y con la franela su toreo variado y fresco, que entusiasma al público con pases por la espalda e hizo que se cayera la plaza al ejecutar tres arrucinas soberbias.. Y dejó libre su magin para hacer su toreo exponiendo en verdad y aguantando horrores, pero después hizo el toreo vertical, templando y mandando. Una faena de menos a más. Talavante se jugó el triunfo con la espada, pues citó a recibir, y en las dos ocasiones que lo hizo, falló y surgió el desencanto. Dejó media estocada, se precipitó al descabellar y escucho un aviso. Aplausos al toro, y él saludó en el tercio en medio de grandes ovaciones.

En su segundo estuvo tesonero, sin lograr el objetivo, y en el de regaló poco pudo hacer, pues rodaba constantemente.



CARTEL PARA LA SÉPTIMA

Rivera, Luque y Aguilar

SE dio a conocer el cartel para la séptima corrida de la temporada, con las presentaciones en la actual campaña de Fermín Rivera y el español Daniel Luque y repetirá el aguascalentense Mario Aguilar, quien ya lleva una oreja en la espuerta con un encierro de Villa Carmela. Un cartel sin muchas pretensiones, pero que encierra ángulos muy interesantes.

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