domingo, 4 de diciembre de 2011

GRAN ÉXITO DE DIEGO SILVETI EN SU PRESENTACIÓN EN QUITO


Quito Especial
A LOS TOROS

Después de la magnífica actuación que el pasado año tuvo como novillero Diego Silveti en la feria de Quito (Ecuador), hoy, domingo 4 de diciembre, el diestro mexicano ha hecho su presentación como matador de toros en ese importante coso. Y lo ha conseguido con un gran éxito, pues Diego saldó su actuación con el corte de tres orejas de un lote de toros de Huagrahuasi, propiedad del ganadero José Luis Cobo. Esta corrida, además, le sirvió a Silveti para confirmar su alternativa en la capital de Ecuador.

Con casi lleno en los tendidos se han lidiado toros de Huagraguasi, lidiados por SEBASTIÁN CASTELLA (dos orejas y oreja), DIEGO RIVAS (ovación y dos orejas) y DIEGO SILVETI (dos orejas y oreja). Al final del festejo los tres diestros salieron en hombros por la puerta grande.


Diego Silveti ha dado en Quito un nuevo paso adelante dentro de su carrera como matador de toros, pues además de las tres orejas que consiguió conquistar, lo más importante ha sido la sensación de torero capaz y más cuajado que ha sido capaz de dar. Silveti confirmó su alternativa con el toro GOBERNADITO, número 143, de 450 kilos, negro zaíno, un toro que se hizo esperar casi diez minutos, en una larguísima tardanza en aparecer en el ruedo. El diestro mexicano lo saludó bien de capa, para después del puyazo cuajar un gran quite por gaoneras de compás abierto, cargando la suerte y llevando muy toreado al animal. Tras la cesión de trastos realizada por Sebastián Catella en presencia de Diego Rivas, Silveti entendió a la perfección al animal, noble y de buena condición, pero al que había que medirle y hacerle las cosas despacio y con pulso para administralo.

Así lo hizo Silveti desde el inicio, tras brindar la lidia del toro al público, que casi llenaba los tendido de la Plaza Iñaquito. Muy pulseado y templado el inicio, la primera tanda en redondo tuvo esa misma suavidad y templanza, rematando con un gran pase de pecho. Desde ese momento, el torero tomó perfectamente la medida del ejemplar de Huagrahuasi. La faena ganó en intensidad por el magnífico concepto del toreo que supo aplicarle Silveti. Dándole sitio y espacio tras las dos primeras tandas, volvió a pasarlo en redondo por el pitón derecho en una serie muy sentida y despaciosa, volviendo a demostrar un gran pulso para empujar al toro hacia adelante.

Los naturales que llegaron después tuvieron un extraordinario trazo, largos y profundos y, sobre todo, una soberbia templanza, columna vertebral de tan importante faena. La gente se volcó con el mexicano, rematando el trasteo con varios molinetes ligados y muy toreros. Al final, el toro quiso rajarse, y más metido en terrenos de tablas, Silveti apuró las últimas embestidas con la misma torería que tuvo toda la faena. Tras simular la suerte de matar, consiguió dos orejas que fueron paseadas con la unanimidad del público.

Con la puerta grande asegurada desde el primer toro, Silveti no se conformó, y al sexto, un toro noble pero de poca fuerza, también le cortó otra oreja. Volvió a torear muy bien con el capote, tanto a la verónica como en un buen quite por saltilleras. Con la muleta estuvo por encima de la condición del toro, al que cuajó muletazos templados en una faena que siempre tuvo que ir construyedo a pesar de que en ocasiones el toro perdió las manos. El final de faena, con varias dosantinas y circulares llegó mucho al público. Variado y aprovechando al toro, Silveti apuró hasta el final su gran tarde.

Le acompañaron en triunfo sus dos compañeros de cartel, el francés Sebastián Castella, que tuvo una redonda actuación con sus dos toros, cuajando su mejor faena al segundo toro de la tarde. Cortó tres merecidas orejas y salió en hombros. El diestro Diego Rivas, representante de la torería ecuatoriana, no paseó ningún trofeo del tercero, para cortarle las dos orejas al quinto, un buen toro del que cortó las dos orejas.



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