jueves, 10 de noviembre de 2011

VICENTE LOZANO: La polémica antitaurina

De manera arbitraria algunos anti taurinos, se dispusieron a colocar unos letreros sobre la cartelería que anuncia el programa taurino de las Ferias de Valencia. Los papeles dicen “Clausurado por Crueldad”. Muchas personas se conmueven e incluso algunos se indignan con el anuncio de las corridas de toros; el sentimiento de compasión es una característica de los humanos, y una de las fuentes de moralidad; los aficionados taurinos somos también sensibles y creemos que asistir a una corrida de toros, no nos hace ser personas crueles, sin piedad y sin corazón. El aficionado no experimenta ningún placer por el sufrimiento de los animales. Hay anti taurinos que promueven la esterilización de las hembras (perras, gatas etc.) y lo hacen para lograr su comodidad, pero ignoran si el animal lo desea. Si ésta practica se generalizara se estaría promoviendo la extinción de la especie ¿Y esto sería lógico? El toro de lidia es algo distinto y en el fondo hay un gran desconocimiento sobre ésta especie animal. El toro sufre menos que muchos otros animales que por ser domésticos, sus dueños no creen que sufren. Si se prohibieran todas las actividades humanas que pudieran tener como efecto el sufrimiento de un animal, habría que prohibir muchos ritos religiosos, actividades deportivas, prácticas gastronómicas, incluyendo el consumo de pescado y carne. Si un toro fuera torturado huiría y ese no es el caso del toro de lidia, porque ésta especie se ha seleccionado por casi tres siglos para cumplir con una función protagónica de un espectáculo que nació con las prácticas ecuestres muchos siglos antes. Pasó del caballo, al toreo de a pie, y su papel protagónico ha sido el mismo, que no es otro de aquel de embestir basado en la bravura que lleva consigo. Si el toro en el campo donde vive cuatro años como un rey, toca una cerca eléctrica huye, se escapa, porque esa no es su función. En el ruedo el toro no huye, ataca, embiste porque su condición de toro bravo lo conduce a ello. La corrida se sostiene sobre dos aspectos: la lucha del toro y el compromiso del torero de conservar su vida burlando las embestidas para evitar su muerte. ¿Hay tortura en esto? Se ha demostrado científicamente que el toro no sufre, porque su condición neuro fisiológica evita el dolor. Las beta endorfinas, un opiáceo, juega un papel fundamental en ello. Pero el toro tiene que morir, los aficionados quieren que triunfe el ser humano, actuando limpiamente con sus herramientas y desarrollando con su técnica y estilo una lidia justa. Al toro se le respeta y al torero se le aplaude o se le reprocha. El público es el juez, premia o castiga. Ningún aficionado siente placer por el maltrato al toro. Más crueles son los anti taurinos que desean la muerte del torero. Deberían preguntarse cómo es posible que tantos artistas, escritores, filósofos, músicos, poetas, novelistas, dramaturgos, pintores y escultores que han dejado una huella profunda en la historia de las Bellas Artes, han tenido afición por las corridas de toros. ¿Podría alguien llamarlos bárbaros? O me pregunto, no es una barbaridad pintar un ser humano con una estocada y vomitando sangre y desear que eso pueda suceder, en lugar del toro de lidia que con honores muere en la arena? No existe placer taurino sin esa admiración por toro y torero, pero la fiesta no tendría sentido sin esas virtudes de la inteligencia humana. Cuando un toro sale al ruedo, se está sometiendo a una prueba de bravura, de modo que su integridad física y motora debe garantizarse. Detrás de esa evaluación hay un cúmulo de decisiones que su criador debe tomar. En ese sentido la raza también pasa por una prueba que permitirá garantizar la permanencia de la especie. En conclusión la corrida de toros tiene un significado mucho más serio que la opinión o calificación que otorgan los anti taurinos.

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