jueves, 10 de noviembre de 2011

Para mi amigo Juan Silveti Reynoso con mi admiración y cariño.





DIEGO, DAVID, DIEGO



Quise publicar esta crónica aparte por el gran respeto y admiración que representa la DINASTÍA SILVETI y porque en estas sencillas y agiles palabras, mis favoritas, encontré una lectura que hizo se me formara un nudo en la garganta una vez que profundicé en todo el sentimiento que produce su contenido... Bienvenido a tu peña querido JOSÉ LUIS QUESADA...

Por: José Luis Quesada Morán



Que generosos han sido Dios y la fiesta de toros conmigo. Me dieron una
afición , y más que afición, el gusto por disfrutar tanta cultura y arte. La aprendí de mi padre y mi abuelo, que fueron regalados al compartir conmigo ese amor que le tenían y sus conocimientos; mirando corridas de toros desde cualquier barrera y en cualquier plaza. Toda una vida que ya se me hizo vieja, de ver toros y toreros, haciendo amigos y disfrutando con ellos charlas taurinas, botaneadas y tequileadas.

Hoy se apareció en mi sueño David, mi amigo David Silveti, hijo de Juan, nieto de Juan, los dos Tigres y padre de Diego. Caminábamos los dos un potrero de bravo y conversábamos de toros bravos y toreros artistas, andábamos mucho entre mezquites y garabatillos, pisando matojos de zacate y limoncillo que aromaban nuestro caminar. Salimos a un claro en una mesetita y detuvimos el andar al descubrir un muchachito de bella presencia recargado en un mezquite, con la gorra ladeada dando sombra a su reposo y su mirar, ese tranquilo mirar que tenía puesto en un rebaño de toros bravos que pastaban pacíficamente, y de vez en vez alguno compartía la visteada con el torerillo. ¡seguro que era torero!

Yo volteo a ver a David, él me mira, me toma del brazo y dice: ¡es Diego, es mi hijo Diego y es torero! Vuelvo la mirada hacia el chiquillo que ya no es Diego, es David o Diego David, o es el aire, o es David enredado en el aire. Es que te vas y no te quieres ir, o te quieres ir y no te vas del todo querido David, o es que ya estás aquí querido Diego.

Para mi amigo Juan Silveti Reynoso con mi admiración y cariño.

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