Luis de Pauloba -con su apoderado Jose Luís Cazalla- regresó a los toros tras la cornada en el ojo derecho
Jesús Ramírez “El Tato”
Las heridas en el rostro de los toreros dejan huellas más profundas e inolvidables. La gravísima cornada de Juan José Padilla nos hace revivir la historia de hechos similares que guarda la historia.
Se recuerda a Manuel Domínguez “Desperdicios” que salvó la vida el 1 de junio de 1.857 en el Puerto de Santa María. El toro “Barrabás” de Concha y Sierra le vació el ojo izquierdo que quedó colgando. El torero se arrancó el ojo y lo lanzó a la arena diciendo: “Fuera desperdicios”.
La mas grave fue la sufrida por Manuel Granero el 7 de mayo de 1.922 en Madrid cuando el toro “Pocapena” de Veragua le corneó mortalmente en la cabeza contra el estribo.
Pepe Luís Vásquez el 25 de julio de 1.943 sufrió una grave cornada en la cara actuando en la plaza de Santander, que le dejó enormes secuelas. Lucio Sandín el 13 de junio de 1.986 en la maestranza de Sevilla sufrió herida en el globo ocular derecho, perdiendo la visión por dicho ojo.
Luís de Pauloba el 31 de marzo de 1.991 en Cuenca un novillo del Conde de Mayalde le metió el pitón por la boca con fractura de maxilares y perdida completa de la visión del ojo izquierdo. Sandín como Pauloba siguieron activos en el toreo.
Impactante fue el de Franco Cardeño en Sevilla en 1.997 con un toro de Prieto de la Cal con los músculos de la cara al descubierto y perforación de fosa nasal. Padilla había sufrido una grave en el cuello en Pamplona en 2001. Dramática fue la de Julio Aparicio en mayo del pasad año en Madrid. El pitón entro por el cuello y salió por la boca. Ese mismo año logró reaparecer.
Javier Vásquez y “El Niño de la Taurina” también perdieron la visión por un ojo esta vez por culpa de una banderilla. Pero en el rostro quedaron para siempre huellas de pitones en César Girón, “El Juli”, “Niño de la Capea”, “Joselito”, Manuel Díaz “El Cordobés”, Miguel Abellán y Sergio Aguilar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario