miércoles, 14 de septiembre de 2011

LOS AMIGOS DEL TORO y el tema Nuevo Circo de Caracas

El Nuevo Circo es demasiado caraqueño, tiene tanta tradición y sería un crimen dejarlo en manos de ineptos e irresponsables que pretenden borrar del mapa el sentido venezolano de nuestra capital

EL VITO

La situación del Nuevo Circo de Caracas, tal y cómo se ventiló el pasado martes en la reunión del grupo Los Amigos del Toro, en El Caserío de Sabana Grande, es mucho más compleja de lo que aparenta ser por el manto de corrupción con el que se ha envuelto el caso de la plaza de toros de Caracas por las autoridades municipales del régimen imperante.
En primer lugar está el despojo por parte de la Alcaldía del Municipio Libertador, de su alcalde Jorge Rodríguez que apoyándose en el gobierno central, sus fuerzas militares y grupos de choque le quitaron su administración al alcalde Antonio Ledezma, Alcalde Mayor de la Ciudad de Caracas elegido por el pueblo de la capital en incuestionable ejercicio electoral.
Luego, en manos de una Asamblea Municipal sumisa, obediente al mandato de “su” presidente comandante, sin tener autoridad para ello han convertido el recinto de la Plaza de Toros en una guarida de malvivientes, traficantes y consumidores de estupefacientes, amparados por la fuerza y disposición de un gobierno autocrático.
El despojo a la ciudadanía del recinto viene desde su fundación, ya que el Nuevo Circo de Caracas (1919) fue construido en terrenos municipales, donde funcionaba el antiguo matadero de la ciudad, en la esquinas de San Martín, San Roque, Sucre y Urdaneta de la Parroquia San Agustín, Municipio Libertador del Distrito Federal.
Más tarde, a la muerte del general Juan Vicente Gómez, la plaza, su solar e inmueble, le fueron vendidos junto a otras propiedades de la familia Gómez por una suma irrisoria despojándole a Caracas de una propiedad que le pertenecía al pueblo caraqueño.
Así y por más de setenta años, la plaza de toros de Caracas estuvo en manos de la familia Branger, don Rafael, don Luis y los sucesores cuyos bienes fueron administrados al principio por don Juan Vicente Ladera, hijo de Juan Vicente Gómez.
Antonio Ledezma propuso la compra del inmueble cuando fue Gobernador del Distrito Federal, sin que sus ofertas llegaran a satisfacer a los hermanos Rafael y Leopoldo Branger en esos momentos representantes de la Sucesión.
Siendo Juan Barreto alcalde de Caracas, encargó la restauración del Nuevo Circo al Instituto de Patrimonio, restauración que supervisaría en su condición de presidenta de IMPCC la arquitecto Fabiola Velasco, muy ligada sentimentalmente al burgomaestre. Caído en desgracia política Barreto, elegido por el pueblo Ledezma, e impuesto por Chávez Jorge Rodríguez, ocurrió el despojo de la plaza al pueblo de Venezuela.
Hoy otro arquitecto provoca otro desastre en contra del Nuevo Circo.
Juan Pedro Posani, profesor de la UCV, hombre muy ligado al maestro Villanueva, es el mensajero del presidente Chávez en otra acción contra la ciudad de Caracas al erigir un mamotreto con destino a convertirse en Museo Nacional de la Arquitectura. Posani llega a la vera de Chávez luego que Fruto Vivas dejara el puesto afectivo de aprobar los sueños reformistas del presidente, verdaderas pesadillas urbanas. El carapacho del Museo, violando todas las ordenanzas, destruye el equilibrio urbanístico y esconde al Nuevo Circo tras una caricatura espantosa.

Tal y como lo señalaron el abogado Miguel Ángel Guía, Vicepresidente del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida (CTB) y el doctor Fortunato García, ex presidente de la peña taurina Aficionados de Caracas, ambas organizaciones han tocado las más diversas puertas de la legalidad con el firme propósito de rescatar para la ciudad y el pueblo de Caracas un centro para espectáculos diversos que desde mucho antes de su fundación le pertenece a la capital y a sus habitantes. Lamentablemente, tanto el CTB como la Peña Caracas han sido timados en su buena fe y sanos propósitos por los áulicos del poder central que les engañan, burlan y mofan sirviéndoles, quien sabe con qué propósitos, a grupos del animalismo contemplativos que han sido representados en el Foro por la actual Defensora del Pueblo María Gabriela Ramírez, la misma persona que le impidió al general García Carneiro, gobernador de Vargas, prohibiéndole la realización de dos corridas de toros en La Guaira.
Sin entrar en estos detalles que evidencian el propósito del proceso de acabar con la fiesta de los toros, el arquitecto Ricardo Pérez Quintero presentó ante Los Amigos del Toro el sustento legal que impide lo que Posani realiza, en acción desequilibrante de la armonía urbanística, ofreciendo presentarlos ante los colegios profesionales correspondientes, como son el Colegio de Ingenieros de Venezuela y el Colegio de Arquitectos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario