Otto, al igual que Leonardo, saldrán a no dar cuartel
EL VITO
Los amigos de la Dinastía Bienvenida han publicado, en el interesante Blog"El toro del Infinito",espacio informativo y de opinión que dirige con acierto nuestro querido amigo Juan Lamarca, un reportaje sobre el intenso entrenamiento de Manolo Escribano y de Oliva Soto en la ganadería de Partido de Resina, para estar a tono para su compromiso en Tovar en la primera corrida de la Feria de Nuestra Señora de Regla.
Muy en serio se lo han tomado los diestros ibéricos, como con mucha seriedad les espera en El Coliseo el caraqueño Leonardo Benítez, que los ha de recibir en viernes 9 de septiembre en las arenas de La Sultana del Mocotíes con una corrida de Paispamba.
Todo esto dice mucho, y bien, de estos toreros. Situación que ha de reflejarse en la competencia que a la postre le dará riqueza a los espectáculos serranos.
Sin embargo no todo se ha dicho. Posiblemente para nosotros lo más importante es la reunión pactada para el 11 de septiembre, tercer festejo del Abono de Tovar, en el que con toros de La Ahumada han de reunirse los dos toreros más importantes de la actual baraja taurina nacional: Leonardo Benítez y Otto Rodríguez, quien regresa a Venezuela como triunfador en Huamanlta y con cinco contratos muy importantes escriturados a raíz de este éxito en aquella plaza de Tlaxcala como consecuencia de su éxito.
Venezuela, hace ya tiempo, necesitaba con urgencia la confrontación de toreros nacionales; pero no en combinaciones o retos traídos por los cabellos, sino como ahora surge esta competencia no decretada entre Leonardo y Otto, que de entenderla las empresas será la gran inyección al toreo nacional.
¿Y porqué, se preguntará el amable lector de estas líneas? Pues sencillamente porque estoy seguro que él, el lector, de ser aficionado a la fiesta de los toros habrá percibido la reacción de los públicos cuando los toreros nacionales tienen éxitos. Esta reacción se entiende qumo la disposición de tener partido por lo propio, y no hay nada que nos pertenezca más auténticamente que el torero nacional.
La competencia entre estos dos toreros sólo crecerá con la voluntad de ellos mismos, Leonardo y Otto, y con el apoyo paciente y decidido de las empresas. El apoyo lo darán los públicos, siempre y cuando los espadas respondan
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