LLENO de felicidad, Angelino muestra las orejas que cortó. FOTO: ALEJANDRO VILLA
HORACIO SOTO CASTRO
LOS más veteranos de la comarca no recuerdan que un novillero saliera con tres orejas en las manos como lo hizo el tlaxcalteca Angelino de Arriaga en su presentación en la Plaza México, luego de una deslumbrante actuación con dos soberbias faenas que hicieron estremecer a la macroplaza y los asistentes se desgañitaron, puestos de pie, con los olés que retumbaban como bombas en el espacio.
Parecía increíble lo que Angelino de Arriaga estaba haciendo en el ruedo, pues se disparó al infinito con esas obras maestras que salieron de sus mágicas muletas, engendradas en su espíritu y corazón. Y brotaron alegremente para invadir el coso de Insurgentes como hace mucho tiempo no lo hacía y se hacía en ese escenario y los presentes llegaron al éxtasis, estaban locos de lo que estaban presenciando.
La tarde fue desapacible, con lluvia, grisácea y con unos nubarrones que colgaban del cielo y Angelino de Arriaga se encargó de iluminar y embellecer el escenario y en forma por demás agradable y un tanto sorpresiva fue tejiendo sus faenas que hicieron que los aficionados lo levantaran a hombros y así lo sacaron del coso hasta la avenida Insurgentes regando con lágrimas de emoción el novillero el camino por donde lo llevaban.
Fue una agradable sorpresa la que brindó Angelino con dos faenas que bien las puede firmar la figura del toreo más refulgente del momento. Y esas obras perdurarán en las mentes de los que las vieron, pues no tuvieron desperdicio alguno.
Angelino de Arriaga reúne todas las cualidades que debe tener una figura del toreo y todos los calificativos que se le pongan son insuficientes para el joven novillero. Así fue y desde un principio captó la atención de los aficionados.
¿Estaremos presenciando el nacimiento de una figura del toreo de altos vuelos?
Enfundado en un terno lila y oro, moreno, espigado, alto, con una percha de torero que de ninguna forma puede pasar inadvertida. Personalidad, valor y sobre todo temple y mucho arte y algo que no se compra, el estilo y la personalidad que irradia.
Se podría decir que de golpe y porrazo se colocó en un primerísimo lugar, pero atrás de él son años de preparación, afición y deseos de ser alguien. Su carrera la ha forjado en cosos españoles y mexicanos y respaldado por aficionados como el español Ricardo González.
Desde que se abrió de capa para torear a Tunero se vio que había algo en él. Bregó con atingencia y después veroniqueó con suavidad y después de las orticinas de Salvador López, Arriaga toreó por chicuelinas ajustadas. Ya con la muleta se llevó al astado al centro del ruedo con pases de trinchera y de la firma y ahí se dio a torear sobre la mano derecha, deslumbrando con su temple, largueza y hondura que le imprimió a los pases. Fue un buen novillo que lo aprovechó al máximo. Intentó torear al natural, pero no hubo suerte por el astado que no se entregó y siguió por el lado derecho y los muletazos eran telegrafiados y terminó con pases de aliño de gran exposición. Pinchazo y luego un estocadón para petición de oreja que se concede y vuelta. Palmas al toro y ahí salió al tercio el subalterno Gilberto Aragón por gran par de banderillas.
Pero lo bueno fue en el que cerró plaza, Campeón, de la ganadería de La Punta, que sustituyó a Huitlacoche de la ganadería de Marco Garfias, por estar un tanto estragado. Campeón, de salida, hizo cosas extrañas, pero después de que Arriaga se doblara con él lo fue metiendo en el engaño y se dio a torear por la derecha en tandas largas hasta de siete muletazos, largos, templados arando con la muleta la arena del ruedo. Al principio tampoco se veía que iba a funcionar por el izquierdo pero Arriaga lo desengañó, el novillo se entregó y el diestro hizo su obra maestra. Muletazos con temple, calidad y hondura y siguió por ese tenor hasta que escuchó los gritos de torero... torero,... Dos molinetes, ayudados, de pecho, de trinchera y de la firma en esa combinación que apreció uno para que la gente explotara. Se fue por derecho y cobró un soberbio estoconazo para que se le entregaran las dos orejas. Y después todo era felicidad.
LOS ALTERNANTES
Después de ver lo que hizo Angelino de Arriaga, lo que hicieron los alternantes Salvador López y Lorenzo Gaona pasa a segundo término. Con todo respeto no queremos desmerecer su labor. Salvador realizó una estupenda faena a su primero que merecía una oreja, pero el juez se la robó a pesar de la fuerte petición que hubo. En el otro se desdibujó. Garza Gaona también realizó una faena magnífica a su primero sobre las dos manos, pero no acertó a matar y se retiró en silencio. En el otro toro anduvo sin plan y también se retiró en silencio. No se salvó de ser volteado feamente.
Los tres primeros novillos de Marco Garfias fueron aplaudidos en el arrastre y los otros dos se dejaron meter mano. Mejoró considerablemente la entrada a pesar de la lluvia que no cesó durante el festejo.
Habrá un paréntesis y el domingo no hay novilladas.
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