martes, 14 de junio de 2011

Sabor a Manzanares

Con su padre, el maestro José María



MAURICE BERHOMUNDOTORO.COM

Nîmes (Francia). Otra mañana nimense en la cual ha brotado la magia tan especial de los acontecimientos en el coliseo romano. Esta plaza desde luego tiene una idiosincrasia distinta. Aquí lo que cuenta es el envoltorio o dicho de otro modo, las genialidades de Casas. El planteamiento de la alternativa de Manuel Manzanares sólo podía caber en una mañana nimense. Fue puro sentimiento pero todo es de reconocer, sin exceso. Desde ayer por la noche se sabía que Manzanares padre estaría presente en el festejo, pero sólo entró en el escenario cuando José María hijo le brindó la muerte de su segundo toro y se desató en la plaza una de las ovaciones más importantes de lo que va de feria. A llorar todo el mundo…

En lo puramente taurino se podía ya adelantar que Manzanares hijo ha reventado la feria. Vini, Vidi, Vinci en el coliseo nimeño. Otra obra maestra del joven alicantino en lo que va de temporada, una mañana en la que ni el viento pudo con el insolente talento del diestro. Dos faenas muy parecidas con mucha hondura y más maestría pero también algo de fantasía, lo cual demuestra que lejos de haber tocado techo está José María. Para efeméride nos quedarán cuatro orejas y un rabo; podían haber sido más, podían haber sido menos…importa poco. Y fiel a su concepto de que antes de todo está disfrutar y compartir, en vez de salir por las Puerta de los Cónsules, acompañó a su joven hermano que salía de la plaza llorando. Y salieron los dos abrazados por la puerta de cuadrillas.

Manuel Manzanares ha tomado la alternativa de manos del número uno actual, Hermoso de Mendoza, y lejos de estar atenazado por los nervios de un día tan señalado, demostró que puede ser gente a lomos de un caballo. Ha construido dos faenas vibrantes, siempre ejecutando los embroques por delante y conectando con los tendidos. Sólo el rejón de muerte le privó de cortar más trofeos.

Hermoso en Hermoso, es decir, cuasi perfecto, bordándolo con Chenel de costado, encandilando a la gente con Ícaro, para rematar siempre de forma espectacular con Pirata. Tampoco acertó con los aceros y cortó sólo un trofeo.

Nîmes. Cuarta de Pentecostés. Tres cuartos de aforo. Toros de San Mateo, para rejones y Garcigrande, para la lidia a pie. Hermoso de Mendoza, oreja y ovación; José Maria Manzanares, dos orejas y dos orejas y rabo; Manuel Manzanares, que tomaba la alternativa: oreja y palmas.

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