domingo, 5 de junio de 2011

«Diamante Negro»

Tres ases del toreo en tarde de toros de Guayabita. Íntegramente la fiesta venezolana en la arena de Maracay:Diamante Negro, Joselito Torres y César Girón

Carlos Maldonado-Bourgoin


Un ídolo nacional de auténticos méritos cumplió 50 años de dar el paso adelante de figura del toreo. Toma la alternativa el 20 de septiembre de 1948 en Granada, cediéndole Francisco Muñoz el toro Estornino, número 13, negro, de la vacada de Moreno Ardanuy, como testigo Manuel González.

A finales de ese año, regresa a la patria. Eran los días previos del derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos los que marcan su debut como matador en el Nuevo Circo de Caracas. Pasado el furor automovilístico, la notas de más caliente actualidad las protagonizaban en la prensa el ¨Diamante Negro¨ y el escritor Waldo Frank, sincero creyente de que ¨ya pasó la hora del Imperialismo opresivo¨, e informa de la futura escritura de un libro sobre el pueblo venezolano a propósito de Bolívar.

El sábado 13 de noviembre se anuncia el arribo del ídolo al Aeropuerto de Maiquetía. El 21 de noviembre esta previsto el mano a mano entre Raúl Acha ¨Rovira¨ (padre del futuro y famoso cantante Emmanuel) y el “Diamante Negro¨, con toros de la ganadería de Vista Hermosa de la sangre de Santa Coloma. La publicidad de productos ultramarinos tiene por enganche la metáfora diamantina de aceite de oliva, aceitunas, finos jereces y vinillos. En el Teatro Hollywood se proyecta un documental con la alternativa y pasajes de la vida de nuestro torero. La prensa capitalina a todo dar publica entrevistas, comentarios y reportajes del magno acontecimiento.

Había rumores de golpe, pero decían los cintillos de la prensa que eran ¨totalmente infundados¨. Por su lado, el ministro de la Defensa, Tte. Coronel Carlos Delgado Chalbaud afirma que ¨no hay nada nuevo¨. Hasta ese sábado la boletería de la corrida estaba casi vendida, sólo quedaban algunas entradas. Finalizando el sábado hay suspensión de las Garantías Constitucionales y, por supuesto, la corrida tuvo que ser suspendida. El día 23 de noviembre cae el gobierno del presidente Rómulo Gallegos sin propiciarse la más leve resistencia y sin echarse un solo disparo.

El ansiado mano a mano al fin se da el domingo 28 de noviembre. Había toque de queda después de las seis y la corrida debe adelantarse para que la gente pueda estar en sus casas a la hora cero; comienza a las 2.00 de la tarde. La plaza estaba llena hasta las banderas después del medio día, mientras que el público afuera sin entrada, rodeaba totalmente el coso agustino. Fue todo una marca de recaudación. Atípica tarde de buenas, valerosas y artísticas faenas. Ambos toreros resultaron lesionados, pero quedaron contentos. La crítica calificó a los matadores de: torero fino, delicado, gracioso, pleno de armonía al Diamante Negro y de torero de coraje estilizado, con valor de un amalgamado estilo peculiar a Rovira.

A la siguiente semana, se anuncian nuevamente a los dos triunfadores, unidos en terna con Eugenio Fernández Sánchez ¨Angelete¨, con toros de Clara Sierra. El festejo se suspende ese domingo 5 y se posterga para miércoles 8 de diciembre, el Día de la Concepción, en que van a ser lidiados y muertos a estoque 3 toros de la referida ganadería colombiana con 3 toros de la hoy prácticamente extinta ganadería criolla de casta de Guayabita. Tarde de percances en la que vuelve a ser triunfador Diamante Negro, cortando 2 orejas y es llevado nuevamente a la enfermería con una conmoción en el sexto toro. También hubo la cornada de un banderillero y el hundimiento de costillas de un picador.
Orígenes de un ídolo

Recordamos aquel torero que hacía poner de pie y con la piel de gallina al soberano, desde el momento mismo del paseíllo, para luego hacerlo rugir al abrirse con su pinturera capa de torero de inspiración ¨albaicinesca¨, torero artista con deje moruno y gitano. Un compañerito de colegio le puso ¨Diamante Negro¨. Quizás adivinó el amiguito la piedra preciosa que en bruto contenía el amigo, la que pulió a fuerza de valor y voluntad de triunfar.

Luis Sánchez Olivares nació en Ocumare del Tuy el 22 de febrero de 1927. Él abrió el Paso Real de los toreros venezolanos en la Península, camino hecho por la figuras pioneras de Eleazar Sananes ¨Rubito¨ y Julio Mendoza, los primeros toreros nativos que se doctoran. ¨Diamante Negro¨ retomó la senda del legendario José Cándido Expósito, el torero de Chiclana (México) del siglo XVIII, primer súbdito caribeño en la fiesta del toro, senda por la que transita dignamente y con creces nuestro carismático torero venezolano.

Algunos antecentes y recuerdos
Conoció la fiesta del toro de muchacho, cuando era repartidor de la Casa de Abastos ¨El Pájaro¨, cerca del Nuevo Circo, y Luisito se metía de mirón a la plaza. Se jubilaba y se iba a Ocumare del Tuy, a Charallave y a otros pueblos a ver toros coleados. Hizo su debut formal el 19 de abril de 1946 en el Circo Metropolitano (El Silencio), allí mató un novillo. La gente se sorprendió de cómo había toreado y le cortó las orejas, tirándole las zapatillas.
A partir de entonces, protagonizará un interesante momento del toro, con una carrera meteórica pero corta. Grandes tardes en plazas españolas como las de Sevilla, Granada, Barcelona y Valencia, sin embargo en Madrid no le fueron las cosas como hubiera querido y esperado. También grandes momentos en Bogotá y en México. En las plazas venezolanas se sintió muy a gusto, sobre todo en Maracay y en Caracas, en ambas toreó memorables tardes.

En la música y el arte

La rueda de la fortuna acompaña al ¨Diamante Negro¨, tras la confirmación de la alternativa en Madrid. Por ese tiempo conoce a Mary, que será su novia por un tiempo hasta que contraen matrimonio, unión de la que van a tener cuatro hijos, dos nacidos en España y dos nacidos en Venezuela. Mary va a ser el eje fundamental del torero artista, factor que le centra y le impulsa a administrarse lo mejor posible.

El venezolano va a torear a Mérida (México), tiene que hacer el visado en Portugal, por no haber relaciones diplomáticas entre ambos países después de la guerra civil. En México recibe una de las más aparatosas cornadas de su carrera, antes de venir a Caracas a torear en el Nuevo Circo una tarde de antología, corrida en la que alterna con Luis Miguel Dominguín y Antonio Velásquez, primeras figuras de España y México, respectivamente, tarde en la que el venezolano resulta ser el mejor. Después de ese delirante éxito, un desgraciado incidente va a frustrar y conspirar contra la solidificación de la carrera del torero con más duende de Venezuela, un intento de asesinato.

Al regreso al país del Diamante las emisoras caraqueñas radian una bella composición musical estupendamente interpretada: ¨Diamante cuando toreas tu capote mariposa¨ –dice la letra de pegajosa melodía-. Un ´hit´ recién salido del horno, el primer éxito de Alfredo Sadel ¨el tenor favorito de Venezuela¨, Diamante Negro, pasodoble de Luis Peraza (letra) y José Reyna (música), arreglo y dirección de Pedro J. Belisario. Con edición de 25.000 ejemplares, bajo el sello Rex y luego bajo el sello Rea, Diamante Negro fue el primer disco de 78 r.p.m., grabado y prensado totalmente en Venezuela. El éxito será tal, que el pasodoble va a tener una segunda versión de Sadel, y trasciende la fama nacional en las voces de Juan Arbizu, Alfonso Ortíz Tirado y Pedro Vargas.

En 1950, el fotógrafo y crítico de arte don Alfredo Boulton realiza una serie sobre el ¨Diamante Negro¨, que expone dos años más tarde en la Asociación de Escritores de Venezuela bajo el título “España y el Matador¨, fotografías que también publica con textos suyos el diario El Nacional.

Los percances y el intento de asesinato

Sus cornadas en México, en España y en Venezuela, las refiere Diamante Negro como gajes del oficio, pero lo que salta a su memoria es otra cornada que le dio la vida. La fama y el éxito de un hombre casi siempre van acompañados de la envidia, uno de los siete pecados capitales con mayor raíz entre nosotros. ¨Tenía toda la gloria en mis manos a la edad de veinte años – me dijo el torero-.

La estrella del momento, de paso por la plazoleta del Nuevo Circo, se vio involucrado en una discusión en la que le asestan una puñalada en el pecho que le compromete la pleura pulmonar. Recogido por gente de alrededor, fue llevado al Puesto de Salas. De inmediato la reacción popular no se dejó esperar. Desde la madrugada llegaban admiradores donantes de sangre a la emergencia. Voluntarios de las Fuerzas Armadas fueron enviados por la superioridad. Entre la vida y la muerte se debate el torero. Como consecuencia de ese intento de homicidio, el maestro ¨Diamante Negro¨ nunca fue el mismo. Física y anímicamente estaba traumatizado. En lo físico, no tenía fuelle y en lo psicológico quedó temeroso

Una oración musical al pueblo de Venezuela de Chucho Sanoja fue interpretada, causando estupor entre los bolivarianos: ...¨Oye escucha bien mi ruego/ Y sálvame al Diamante Negro/ Gloria taurina del Ruedo/ Del calibre de Bolívar/ Bravo, fuerte, sano,/ Bueno....¨

Luego del crimen, el matador tuvo otros tropiezos. En 1956, en el Nuevo Circo, ¨Diamante Negro¨ fue empitonado en el cuello por un toro mejicano y –tras angustiosa lucha por zafarse del asta– su cuerpo fue recogido moribundo en la arena. Camino a la emergencia, Diamante iba ahogándose con su propio sangre y gracias a la oportuna intervención del rejoneador Ángel Peralta que actuaba esa tarde, llegó con vida. Allí le fueron llevadas las orejas del toro.

En 1958 muere doña Luisa Sánchez, madre del torero, quien realmente disfrutó ver a su hijo en extraordinarias tardes. –Esta es quizás, la inevitable y más grave cornada que le dio el destino-.

Los grandes momentos y los grandes toros

Tuvo tardes de memorable solera taurina. ¨Diamante Negro¨ recuerda esos momentos y esos animales que le acompañaron a hacer su tipo de toreo, técnicamente imperfecto, pero un toreo que transmitía con hondura al público. El toro cárdeno de Sevilla, el toro de Bogotá, y aquel ejemplar ¨Tuyero¨ en tarde junto al difunto César Girón y Enrique Vera, los bravos toros con Luis Miguel Dominguín y aquellos selectos ejemplares de la ganadería mexicana de Saxai en el mano a mano con Luis Procuna.

Un caraqueño confirma y cierra su vida artística

El 18 de junio de 1950 confirma la alternativa en Madrid, estoqueando el toro Mellado, número 16, negro de Manuel Arranz, actua como padrino Antonio Bienvenida, figura antológica del toreo nacido en Caracas, y como testigo Pepín Martín Vásquez.

El retiro de ¨Diamante Negro¨ en el Nuevo Circo de Caracas fue una “memorable fecha”, la del 29 de septiembre de 1963. Por orden de antigüedad Antonio Bienvenida, el mexicano Félix Briones y el homenajeado. El padrino Bienvenida, que toreaba en Madrid ese mismo sábado, hizo el vuelo trasatlántico, vistió de luces con urgencia para torear junto al compadre y cortarle la coleta. Así se hizo en el centro del ruedo, en medio de la más inusitada manifestación popular que entre emociones llantos le gritaba: –¨Diamante eres un ídolo¨–. Esa tarde Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro” cortó tres orejas, siendo sacado por la puerta grande y llevado a la Plaza Bolívar por la afición. Hay placa conmemorativa de esa tarde en el coso agustino.

Al día siguiente.

Caracas. El domingo 29 de septiembre de 1963 era anunciado como "fecha memorable" por los promotores de una corrida de toros que tendría lugar en el Nuevo Circo de Caracas, a las 4 de la tarde. En ella se despediría Luis Sánchez, El Diamante Negro, quien había tomado la alternativa hacía 15 años en Granada, España.

Pero el titular principal de primera página de los periódicos venezolanos, el lunes 30, no se refería a lo ocurrido con los seis toros de la ganadería mexicana Xajay ni al papel jugado por Antonio Bienvenida (caraqueño) y Félix Briones (mexicano), los matadores que acompañaron al Diamante. El asalto a un tren de turismo que cubría la ruta Los Teques-El Encanto le robó protagonismo.

Toque de clarines

Singular fenómeno sociológico, artístico y popular fue el paso de Luis Sánchez Olivares por la fiesta del toro (1945-1963), un meteoro que se dejó ver más allá de nuestras fronteras antes de llegar a ellas con brillo. Un astro que pasó por el firmamento y dejó su sello tan personal. Fueron su duende torero, carisma y cualidades profesionales, adornadas por añadidura por valores humanos poco abundantes. Todos los que le fueron a ver, en las muchas y memorables tardes de gloria o de sangre, le recuerdan como un irremplazable ídolo, de la plaza y del Olimpo nacional. Diamante Negro con su deseo de brillar puso un pedacito de tierra venezolana en todos nuestros corazones, haciéndonos sentir orgullosos del gentilicio.

Artículo publicado por la revista Horizontes de la compañía aérea Avensa (1998).

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