domingo, 27 de febrero de 2011

PACO CAMINO: " ZAPATERO ES UN SINVERGÜENZA"



Toros
Paco Camino: «Zapatero y Rubalcaba son los culpables de los problemas de España»
Paco Camino con Andrés Amorós El Niño Sabio de Camas repasa su carrera y la actualidad en un brillante «mano a mano» con Andrés Amorós


ROSARIO PÉREZ / MADRID




Cincuenta años después de su confirmación en Las Ventas, Paco Camino volvió ayer a la plaza donde protagonizó tardes monumentales. Lo hizo en un brillante mano a mano con el crítico taurino de ABC, Andrés Amorós, organizado por la peña «Los de José y Juan». El escritor y catedrático hizo un exhaustivo recorrido por la irrepetible carrera del Niño Sabio de Camas y subrayó su «facilidad y dominio absoluto». «Me viene de naturaleza —respondió el maestro—. He sido capaz de pensar delante del toro en milésimas de segundo. Eso de que el toro embista o no es cuento. Hay que estar bien siempre».

Barbilampiño aún, Camino —«el Mozart del Toreo», como lo bautizó Carlos Abella— creó su propia vereda desde la nada hasta auparse en la cima del toreo. Habló emocionado de sus tardes mágicas en Madrid, como aquella encerrona en la Beneficencia de 1970 en la que cortó ocho orejas. «¿Podía haber llegado más lejos?», preguntó Amorós durante una entrevista que embelesó a todos los que colmaban el Aula Bienvenida. «Mi mentalidad no era mandar, sino durar —contestó el torero—. Nadie me ha impuesto su ley, sino que he tenido la mía propia y he hecho lo que me dio la gana».
Los besos de los toreros

Genio y figura, Camino evocó su época del toreo, aquella en la que la rivalidad era afilada como un puñal. «Ahora se llevan demasiado bien. ¿Dónde se ha visto eso de darse besosy preguntar por la mujer y los hijos en el patio de cuadrillas? Antes, con tíos como Luis Miguel Dominguín, decíamos un hola a secas y nos mirábamos con cara de perros. En la plaza hay que tener carácter». Rememoranzas del histórico trío de Puerta, Camino y El Viti: «Los tres estábamos en un sitio privilegiado y muy picados. Estábamos esperando a que el otro se durmiera para darle leña en el ruedo».

Hicieron también el «paseíllo» por otras plazas clave en su trayectoria, como Zaragoza y Barcelona. Al hablar de la Ciudad Condal la mirada se nubla. Afloran sentimientos: «Debuté en 1959 en Las Arenas, corté una oreja y al repetí al domingo siguiente. Logré un rabo y de ahí fui a la Monumental. La recuerdo llena, aquello era pura gloria, había mucha afición y se veían los duros. Por entonces, toreábamos doce o catorce corrida al año en Barcelona».
Prohibición en Cataluña

Indignado por la prohibición, espetó: «Zapatero es el primer culpable, el más sinvergüenza de todos. Y luego tuvo la desfachatez de decir que él no hubiese prohibido los toros. Cualquiera se fía... La culpa de todo lo que pasa en España la tiene él. ¡Miren cómo está la economía!» Sin pelos en la lengua, también tuvo palabras para el vicepresidente y ministro del Interior: «Rubalcaba es el otro gran sinvergüenza».
Reducción de la velocidad

¿Qué le parece la medida de poner freno para ahorrar? «Eso de reducir la velocidad a 110 kilómetros para ahorrar es la mayor tontería que he oído nunca». ¿Saldremos de la crisis? «Ahora está la tormenta, luego escampará. Esperemos...»

Pese a las críticas en política a la «izquierda» actual, la mano del tenedor fue siempre su predilecta frente al toro: «Aunque es más difícil, me gustaba mucho más torear al natural, con más profundidad y largura», dijo.
«Lo de Cultura es un camelo»

Respecto al trasvase de la Fiesta de Interior a Cultura, manifestó: «Eso de Cultura es un camelo. Yo creo que hace falta una persona que nos encamine a llevar el tema y a cantar a los políticos las verdades».
Devolución de la Medalla

El catedrático preguntó también sobre el episodio de su devolución de la Medalla de Bellas Artes. «Pasó lo siguiente: estábamos José Tomas y yo en la finca y nos cuentan que le han dado la Medalla a Rivera Ordóñez, cuando hay toreros como Puerta, Pepín Martín Vázquez u Ojeda que la merecen mucho más. Yo dije que tiraba la mía, y José Tomás, también». Con tono jocoso y entre las risas del nutrido público, remató: «Además, esa Medalla ni es de oro ni “ná”. Por no ser no es ni de plata, con lo que ni para tabaco me hubiesen dado por ella». Habló el escritor, catedrático y crítico de ABC sobre la posibilidad de que los toreros premiados con dicho galardón se hubiesen presentado en la puerta del Ministerio de Cultura antes de la abolición catalana: «Algunos no sueltan la Medalla ni de broma».
Su hijo Rafi

Claro y contundente fue al hablar de su hijo Rafi Camino como torero: «Aquí, al que no vale, lo echan rápido. Si tienes condiciones, pero ahora te vas para arriba, luego para abajo... ¿cuándo te entrenas? Así no se puede ser torero. Hay que estar metido todo el día en el toro. A mí nadie me ha visto bailando y cantando de madrugada...»

«¿Y si no hubieses sido torero?» «Hubiese sido algo, a lo mejor me hubiese metido en el Partido Socialista y hubiese sido un maleante —comentó con sorna—. La verdad es que lo que más me gusta es que cuando alguien me vea, diga: “Ése fue un buen torero”». «Muy buen torero», remató Amorós entre una estruendosa ovación de la afición madrileña.

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