Rodolfo Rodríguez "El Pana", o como le llama el tendido de la plaza grande de México, "El brujo de apizaco" ya no llega en calesa a Insurgentes, ahora lo hizo en una limonsina blanca, al estilo Hollywood, como premonición al éxito de taquilla que será su biografía en el celuloide
Foto: Julián Herrera
Magia, sabor y arte
Rodolfo Ramírez, tomado del portal "toroestoro.com"
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Tan original como siempre llegó a la plaza Rodolfo Rodríguez El Pana en una limusina entre la algarabía de la gente que le esperó hasta antes de 15 minutos que empezara la corrida, ya en el paseíllo se sentía el enigma del torero romántico y al abrir el festejó se abrió de capa con agraciados quites que ilustraron una serpentina.
Cogió el engaño y metió a la muleta a su astado no fueron montones de pases los que sumó El Brujo de Apizaco esta tarde, pero sí de mucho peso pues la profundidad de los muletazos por el lado derecho conquistaron a media plaza y rompieron en ese trincherazo que fue tan monumental como el que luce afuera de la plaza que lleva su nombre, claro la de Apizaco.
De ahí que la gente haya exigido esa merecida oreja, pues querían premiar al torero que desata las emociones.
Con el segundo El Pana dominó el escenario pero no logró redondear su faena, así son los artistas cuando no se acomodan con el enemigo nada más no se inspiran para crear auténticas obras de arte, no importa, hay Pana pa’ rato.
Y qué decir del dinamismo taurino del español Alejandro Talavante que se inventó una faena de poder, estética e inspiración, bajando la mano y acompasando la embestida del cuadrúpedo con temple y cadencia, por eso el público de La México se le ha entregado y si no ha cortado los máximos trofeos es porque la espada se le puso pesada.
Con el segundo de su lote Talvante demostró el oficio con una tanda riñonuda por el lado derecho, y escalofriantes cambiados por la espalda, resultado del valor sereno que posee el diestro de Badajoz, lamentablemente no fue certero con el acero y su actuación fue reconocida con una ovación en la primera línea del tercio.
Su interés por quedar bien con el respetable le obligó a regalar un toro con el que no hubo materia prima para el buen torear, el coleta cayó en tremendismos que no valieron la pena, amén de fallar con el tranquillo.
Arturo Saldívar también peleó las palmas y con el sexto toro de la tarde confirmó que será un torero que vivirá bien de esto, pues se entregó con las gaoneras hechas con el envés del capote y después de un emotivo brindis al Pana vino otra propuesta artística interesante, donde la naturalidad de los pases por el lado izquierdo hicieron que el cónclave saboreara instantes pasionales, por ello la gente quería que el joven diestro triunfara y aunque su toro tardó en caer, con los gritos de ¡torero, torero! premiaron al hidrocálido, exigiendo al juez entregase la oreja, misma que fue paseada con clamor por Saldívar.
Al primero de su lote Arturo lo recibió con dos largas cambiadas de hinojos e inició con la sarga con un cambiado en los medios. Rescató agradables pases por ambos lados pero carentes de estructura, por eso su labor fue silenciada.
De esta forma se vivió la última corrida que ampara el derecho de apartado, donde el sabor y el arte de los tres toreros así como la magia del Pana hicieron que el festejo quedera en el recuerdo de los aficionados.
ficha de la corrida
El Pana y Saldívar cortaron un apéndice en la décima segunda corrida de la Temporada Grande, en la Monumental México. Talavante perdió el triunfo por fallar con la espada.
Con una entrada aproximada de 10.000 asistentes y con algunas ráfagas de viento se jugaron siete toros diferentes en presentación y juego de la dehesa de San Isidro, propiedad de don Juan Francisco Guerra. 1°Galán, manso. 2°Socio, con clase. 3°Bombacho, encastado. 4°Ma-jo, soso. 5°Inclán, bravucón. 6°Mueganito, con recorrido. 7°Gitanillo, sin transmisión.
Rodolfo Rodríguez El Pana: Oreja y pitos.
Alejandro Talavante: Al tercio tras aviso, al tercio y palmas en el de regalo.
Arturo Saldívar: Silencio tras aviso y oreja con aviso.
Incidencias:
El banderillero Diego Martínez saludó en el tercio pues destacó pareando al tercer toro.
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