Apoteosis en la Feria de Quito

Albán indultó un toro de Triana y salió a hombros con El Fandi, Castella y el ganadero

ABC / QUITO


Tarde triunfal en el coso de Iñaquito. Y todo gracias a la bravura, en especial la de "Forzador", un jandilla con el hierro de Triana, que mereció el indulto. Le correspondió en suerte al ecuatoriano Guillermo Albán, que se dobló con poder y lo llevó largo. Se fue centrando con tan bravo animal, que pedía una muleta decidida y segura que acompasara y luciera muy por abajo sus entregadas embestidas por ambos pitones. Tan bravo fue el toro que, ya concedido el indulto y para llevarlo a chiqueros, su lidiador le toreó exactamente igual que al inicio de faena: doblándose muy poderoso y con trazo largo, a lo que el toro, después de más de cincuenta pases, respondió embistiendo al mismo son que al principio, con la misma profundidad, según informa burladero.
Albán paseó las dos orejas y rabo simbólicos y se marchó a hombros junto con El Fandi y Sebastián Castella, que cortaron tres orejas cada uno gracias a pasajes de valor y temple. Por la puerta grande se fue también el ganadero José Luis Cobo.
Con lleno de no hay billetes, se lidiaron cuatro toros de Huagrahuasi y dos de Triana (4º, “Forzador”, que fue indultado; y 6º, “Jaquimero”, premiado con la vuelta al ruedo; de buena presencia en conjunto y de buen juego, salvo 1º y 3º. Guillermo Albán, palmas y dos orejas y rabo simbólicos. El Fandi, oreja con petición de la segunda y dos orejas. Sebastián Castella, oreja y dos orejas.
Al terminar el paseíllo se rindió homenaje en el ruedo a Manuel Benítez “El Cordobés”, mientras que a la muerte del tercer toro se cortó la coleta el banderillero local Paco Muñoz.

Gran debut de Silveti

En la jornada anterior, el novillero Diego Silveti tuvo un impactante debut y cortó tres orejas a los novillos de Trinidad en una tarde en la que el rejoneador Andy Cartagena paseó un trofeo y Hernán Tapia oyó dos avisos. En la goyesca nocturna, Miguel Abellán cortó la única oreja gracias a su entrega y después de llevarse una fea voltereta.