martes, 26 de octubre de 2010

PACO CAMINO EN MEXICO





JARDINERO DE SAN MATEO
A Jesús Solórzano, el temple es vitalicio¡


Habría que preguntarle al maestro Paco Camino, quizá en febrero próximo, cuando se le rinda un homenaje en la Plaza México por sus 50 años de alternativa, si la faena más completa de su vida la lidió en México o en su tierra nativa. Hoy, muchos se dividen.
Recibe los trastos de Jaime Ostos, vistiendo un terno blanco y oro, como testigo Juan García Mondeño, el toro “Mandarín” de Urquijo, el 17 de abril de 1960 en Valencia. Corta una oreja en cada toro y sale en hombros. Convence a la crítica más exigente que dice, sabe torear, es pinturero y quiere ser. Otros señalan un defecto, propiciado por su obsesión de cortar orejas, pide el cambio con demasiada prisa, a más de liarse con los toros a patadas. Prosigue su campaña ya bautizado con el sobrenombre de “Niño Sabio de Camas” y cuando se le pregunta si vendrá a México dice que le gustaría, dado que tiene una afición muy buena, pero que “el lío existente con los mexicanos se lo impedirá”. Le empieza a llover el dinero y en su primera campaña está a la cabeza del escalafón, con su amigo Diego Puerta. Le queda Madrid para la confirmación pero antes será Sevilla con Antonio Ordoñez en una actuación no afortunada. Es en San Isidro en mayo de 1961 que Julio Aparicio le cede los trastos para una tarde obscura. Vuelve y es herido, otra más, muy grave en Bilbao. Llega a España el empresario Alfonso Gaona y al salvarse el compromiso con los toreros españoles, Camino viene a México para presentarse el 1° de enero de 1962. Pesaban en la memoria de los aficionados nuestros los éxitos de Julio Aparicio, José María Martorell y Antonio Ordoñez. El cartel sería apoyándose en la experiencia de Alfonso Ramírez “El Calesero” y de Antonio del Olivar, en su mejor momento, con ganado de Pastejé. Decía ESTO que a Camino se le había visto su capacidad de muletero y que si entusiasmó con un toro malo, qué hubiera hecho con uno bueno. Volvió a El Toreo el 7 de enero, con Manuel Capetillo y Felipe Rosas, le cortó dos orejas a “Papelero”, maravillando con la muleta y la gran estocada. Continuó otras tardes en el ruedo del Estado de México, alternando con Juan Silveti y Alfredo Leal, quien triunfó con “Tejón”, en marzo tuvo un incidente con Joselito Huerta por un quite y también estuvo en la Oreja de Oro que ganó el de Tetela de Ocampo. Más cuajado, volvió a fin de año para su confirmación de alternativa y de paso continuar su romance con Norma Gaona. Llenó La México alternando con Antonio Velázquez y Humberto Moro, llevándose una cornada. Al iniciar el ´63, Huerta le dio un baño y otros toreros españoles triunfaron, Santiago Martín “El Viti” y Joaquín Bernadó. Su primer gran éxito vino con un toro de Mariano Ramírez, “Novato”, de regalo, que brindó al presidente López Mateos, al que pinchó y luego dio gran estocada para llevarse todos los trofeos. Rodolfo Gaona dijo “no se puede torear mejor”. El mismo cartel se repitió en Guadalajara sin éxito, Camino, Silveti y Leal. Volvió a Guadalajara en la Corrida del Siglo, alternando con Capetillo, Joselito y Bernadó con toros de San Mateo. El torero catalán brindó a Armillita y tuvo una de las mejores tardes de su vida pero Camino ejecutó dos faenas de corte distinto que le merecieron las dos orejas y el rabo de sus dos enemigos. Fue la apoteosis, decía ESTO. (allí estuvimos). Pero quizá llegó Camino a la cumbre en nuestras tierras con un encierro de toros berrendos de Santo Domingo. Fue tal el júbilo que alguien cometió una herejía: “Es mejor torero que Manolete”. Camino reconocía que el público mexicano era duro, porque sabía, pero admirable para aclamar lo que se hace con el toro. Fue el tiempo en que el Cordobés se apoderó de El Toreo, ambos apoderados por Chopera, Camino lo hacía en La México. La afición mexicana vio con pena que los problemas de Camino influían en su carrera haciéndole retirarse de los toros. Vuelto al fin en 1970 después de siete años de ausencia en nuestras plazas, encontró un enemigo superior, Manolo Martínez y otros toreros de triunfo como Eloy Cavazos y Curro Rivera. En 1976 se presentó en la plaza en la que más veces toreó, Querétaro, no le acompañó el éxito, pero en 1977, volvió a alcanzar el éxito allí. Dijo después del triunfo que era el día que mejor había toreado en su vida. Los tiempos cambiaban y había que pensar en la despedida, ocurre en La México en abril de 1978, toros de Mimiahuapam con Martínez y Cavazos, nada en la lidia ordinaria y tampoco en el de regalo. Chopera le quitó el añadido. Los españoles no vieron con agrado que la despedida hubiera sido en México. Volvió en 1981 con resultados modestos.
He aquí un breve recuento de lo fundamental de Camino en México. Sus enemigos lo atacaban por no haberle presentado un frente valeroso a El Cordobés; sus partidarios, lo consideraban una de las grandes figuras de la década de los ´60´s. Con nosotros dejó plasmado lo mejor de su tauromaquia.

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