*Redefinir el concepto 'figura'

Jorge Gutiérrez
Ganadero de Reses de Lidia
Dosgutierrez, Manizales Colombia

Estoy plenamente convencido de que si ustedes conocieran el devenir de las negociaciones que preceden a la presentación de los carteles de los principales abonos de la temporada, y los que no lo son tanto, su opinión de las actuales figuras del toreo y sus apoderados cambiaría radicalmente. Personalmente, estoy hasta más arriba de la coronilla de sus infinitas imposiciones y quiméricas estrategias. Y de sus extravagantes caprichos. Tanto que, en vez de continuar enriqueciendo a Movistar a costa de la ridícula "averiguación" de carteles, este año he preferido darme "mus", para así disfrutar de mi arenal.

No se pueden imaginar la encarnizada disputa de las figuras del toreo por lidiar la corrida de Victoriano del Río en Vitoria y la de Zalduendo en Bilbao. Poco importa que en la capital alavesa las alternativas al encierro de Victoriano fueran los toros de El Pilar, Núñez del Cuvillo y Puerto de San Lorenzo o que en Bilbao, además de los astados propiedad de Fernando Domecq, existieran las opciones de El Ventorrillo, Ganaderías del Tajo y La Reina , Puerto de San Lorenzo, Fuente Ymbro y Alcurrucén -ni se me ocurre sugerir los encierros de Victorino Martín y José Escolar, faltaría más-.

Todos ellos, los considerados figuras, querían ser anunciados, por encima de todo, con los dichosos encierros de Victoriano del Río y Zalduendo. Que estoy seguro que embestirán, del mismo modo que lo harán los toros de El Pilar y El Ventorrillo -menudas fueron las corridas de la feria de Abril-, Núñez del Cuvillo -el petardo "fallero" ha sido redimido con creces en Madrid y Bilbao-, Alcurrucén -necesito los dedos de las dos manos para contabilizar los notables ejemplares lidiados en Valencia, Sevilla y Madrid-, Puerto de San Lorenzo -sin olvidar los dos excepcionales "atanasios" enlotados en Sevilla, hasta el momento suyo es el más completo encierro isidril-, Fuente Ymbro -los morlacos de Ricardo Gallardo reverdecen en 2010 los éxitos que jalonan su corta pero encastada historia- y... de verdad, cada día entiendo menos a los toreros. Y en particular a las figuras del toreo.
Urge redefinir el concepto de figura del toreo para poner a cada cual en su sitio. Y los que tengan que mandar que manden y el resto a aguantar el tirón como todo hijo de vecino

Las mismas que se resisten con uñas y dientes a abrir cartel. Las mismas que conforman e imponen herméticas ternas. Las mismas que impiden el paso a toreros revelación y emergentes. Las mismas que nos sustraen la rivalidad de los ruedos. Las mismas que reducen la baraja ganadera a un monótono: sota, caballo y rey. Las mismas que propician un impune "quita y pon" en el campo bravo. Las mismas que huyen de los exigentes "núñez" como alma que lleva el diablo. Las mismas que, salvo tres honrosas excepciones, imponen idéntico patrón lidiador a todos los toros.

Las mismas que comprimen las suertes del toreo a docena y media de lances. Las mismas que se desdicen de sus originales compromisos, reventando a los empresarios -no siempre van a ser los malos de la película-. Las mismas que exigen unos honorarios que, a la vista del cemento, no se corresponden con la realidad. Las mismas que se resguardan en los abonos -cautivos en su mayor parte- y en el "tirón" de los días grandes, de faroles o clavel en la solapa. Las mismas que... Urge redefinir el concepto de figura del toreo para poner a cada cual en su sitio. Y los que tengan que mandar que manden y el resto a aguantar el tirón como todo hijo de vecino