OTRA TARDE SIN ROMPER
Zabala de la Serna | Madrid
El gran Feliciano López se acercó a Las Ventas después de ver al Cid vestir de torero. Feli venía con la ilusión tan intacta como toda la afición de Madrid por contemplar la Resurrección de Manuel Jesús, pero en el primero no pudo ser. Empezó por el pitón izquierdo y se le quedó debajo; no volvería a esa mano. A derechas el toro, noble, no terminó nunca de emplearse, falto de un tranco. O dos. La estocada se le resistió al Cid hasta el tercer intento.
Uceda abrió plaza malamente o con mala suerte: blandeó el toro pero lo picaron horriblemente en el costillar en la querencia y luego en la contraquerencia. Fue devuelto con un par de banderillas y una lidia descuidada. El sobrero de El Torreón, grandón y alto, un tío, derribó por la grupa en el caballo. Leal sin fijarle ni fijarse se puso pronto a muletear, tan a la defensiva como el toro.
El cuarto, un colorado cornalón, volteó, al meterse por dentro, al peón Antoñares. La impresión fue de que le había fracturado el brazo izquierdo. Uceda Leal, al margen de la escasa colaboración del toro de Alcurrucén, que no rompió, como toda la corrida, estuvo frío como la tarde. Desangelado. Estocada desprendida y otro silencio.
El tercero había sido un toro de redonda barriga. Negro bragado. Las manos por delante en el capote. Blandeó pero se agarró bien al piso, que desgraciadanmente, en otro sentido, era lo que hicieron sus hermanos: no rompía ninguno hacia adelante. Tendero cuando le llegó al hocico con la izquierda tiró de él en un par de series. Pero faltaba el ritmo del toro, anclado por tónica natural.
El Cid estuvo firme con el quinto. Encastado y un punto violentito. Pero se lo quiso hacer todo por abajo. Dos series en serio por la derecha de un torero con mucho más sitio. Otra por la izquierda. Y otra se le paró más el toro. La gente muy dura con el matador cuando no le ganaba el paso. Lo mató de un bajonazo. Fue el toro que más se desplazó.
El sexto sale haciendo cosas de estar reparado de la vista. Se cruza con los capotes. Es un tío, por cierto. En la muleta tiene dos tandas buenas en la mano derecha de Tendero. Pero se viene abajo.
Ficha:
Monumental de las Ventas. Viernes, 14 de mayo de 2010. Novena de feria. Lleno de "no hay billetes". Toros de Alcurrucén, desiguales de presentación dentro de la seriedad; muy agarrados al piso, sin romper; destacaron el más encastado 5 y el 6, sin finales, y un sobrero de El Torreón (1 bis), serio y a la defensiva.
Uceda Leal, de rosa y oro. Estocada (silencio). En el cuarto, estocada desprendida (silencio). El Cid, de azul pavo y oro. Dos pinchazos y estocada trasera y tendida (silencio). En el quinto, bajonazo (silencio).
Miguel Tendero, de azul pavo y oro. Dos pinchazos, pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). En el sexto, media estocada atravesada y descabello (silencio)
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