Y yo me quedé en Madrid
Rosa Jiménez Cano
Toros Blogs EL PAÏS, Madrid
Fue un triunfo apoteósico de este mesías nacido para revolucionar el toreo, aunque él prefiera que pase de largo ese comprometido cáliz; y una ocasión propicia, también, para comprobar con deleite la extraordinaria metamorfosis de este torero.
Ya no es el loco que parece despreciar la vida cada tarde, y sobrecoge y estremece con un valor temerario y escalofriante; ya no es el hombre que parece atropellar la razón, ni un loco, ni un tremendista que desparrama angustia. José Tomás ha ganado en madurez, en concepción artística, en oficio, en gracia y en sabor torero. Su toreo ha pasado del estremecimiento al embelesamiento. Adiós al dramatismo y al morbo; bienvenido sea el arte puro.
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