miércoles, 29 de julio de 2020

CURRO GIRÓN, FIGURA DEL TOREO Por Víctor José López EL VITO



 
Un grupo de amigos
Si me preguntaran quien entre los que he conocido en mi vida profesional ha tenido desde su inicio el perfil de figura del toreo, habría respondido sin reparos que Curro Girón.
Lo encarnaría de las zapatillas a la castañeta, sin necesidad de improvisados ajustes. Todo en él, era natural.
Además, propio.
Se distinguió siempre entre sus competidores porque Curro Girón vivió como figura del toreo en Europa y en las plazas más importantes de América.
Tenía simpatía natural, gracia genuina sin necesidad de ser gracioso.


Hablar de toros con Curro era una delicia, además del ingrediente de su experiencia sabía intercalar en la conversación interesantes anécdotas vividas.
Cuando Curro Girón entró en el escenario del toreo universal, teatro de su brillante carrera encontró un impresionante escalafón de matadores de toros anunciados en la marquesina los nombres de Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez, Luis Miguel Dominguín, Manolo González, Rafael Ortega, Pepín Martín Vázquez, Antonio Ordóñez y su hermano César Girón como capitanes de la fiesta. Con ellos, reconocidas figuras del toreo tal era el caso de Pedrés, Litri, Aparicio, Antoñete, Manolo Vázquez, Paco Camino, Diego Puerta y Curro Romero.
En Venezuela Curro dejó a sus espaldas tres nombres que, agregados al de u hermano César, muchos consideran fue el momento estelar del toreo nacional. Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”, Joselito Torres y César Faraco.
México vivía la época de Manuel Capetillo, el tapatío marcaba el paso entre grandes figuras como Fermín Espinosa “Armillita” con el que toreó en Aguascalientes y otros que comenzaban a hacer mutis en el teatro de sus grandes tardes como el consagrado por Madrid Juan Silveti.
En Colombia lo esperaba un gran torero, que sería su más encarnizado rival en ruedos neogranadinos y, en especial, en su natal Maracay: Pepe Cáceres. Además, los hermanos Zúñiga, Joselillo y Manolo. Su tarjeta de visita en Colombia fue de tarde de cuatro orejas y un rabo en Cali y una pata en Manizales.
Portugal tenía presencia tanto en Madrid como en Sevilla, con grandes toreros como estas dos fieras:  Manolo dos Santos y Paco Mendes.
El menú desplegado en la marquesina del teatro del toreo universal impedía tragar sin atragantarse a quien ambicionara o tuviera aspiración de figurar entre aquellos impresionantes nombres. Curro no, más bien llegó tuteándose con los grandes maestros y cuando visitó Las Ventas por primera vez, lo hizo la tarde de la confirmación de su alternativa. De novillero no fue a Las Ventas. Aquella tarde de confirmación, con toros de Antonio Pérez de San Fernando, Curro Girón abrió por vez primera la Puerta Grande de la Monumental.
Le esperaban otras tardes grandiosas en Madrid, tardes de Puerta Grande como aparecen en el registro de los notarios del toreo, porque un día como el de hoy registran los libros de la presentación de los niños en Maracay que el 28 de julio de 1938 nació el torero más importante nacido en tierras de Aragua,  Curro Girón. Figura del toreo.



   

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