Y QUE EL MUNDO
SE ENTERE,
QUE EN VENEZUELA
¡ HAY UN TORERO!
Al llegar a San Cristóbal don Juan Lamarca López fue recibido por Jesús Colombo padre, organizador del festejo del sábado en el que su hijo Jesús Enrique india con pie firme la temporada de 2018 |
EL VITO
¡Que vengan del mundo entero!
Que vengan a ver un torero…
¡De pie la plaza, que un
muletazo está dando Oscar!... Decía la letra que pregonaba el tenor favorito
por las cuatro esquinas de la fiesta, su fiesta de los toros exaltando el arte
de aquel torero que, después de Sananes y del Diamante fue el que trajo esperanzadores
mensajes de triunfos venezolanos por tierras ibéricas.
Uno de ellos, me contaba Curro Girón, el de jun
carro último modelo y poder contar con un picador en su cuadrilla …Ese picador
llegó a ser apoderado de Curro Girón, la temporada cuando el de Maracay lideró
el escalafón de matadores de toros en
España: Curro Chávez “Chavito” es su nombre. Un picador estrella que Curro
Girón bajó del caballo para que cabalgara por los espacios de las empresa,
cuando le dijo:
-Quiero que me apoderes.
- Pero si no sé hacer la “O”
ni con un canuto, Curro de “mi arma” ¿como quieres que te apodere?
-Tu firma que yo lo arreglo
en la plaza.
Esa es la brevísima historia
de un antecedente de un acontecimiento a punto de ocurrir en San Cristóbal este sábado 27 de enero en la segunda corrida
de la Feria Internacional de San Sebastián 2018 : Jesús Enrique Colombo, con la
misma edad, año más año meno, que tenía Curro Girón cuando comenzó su brillante
carrera que culminaría con el grado de Maestro admirado por figuras del toreo
como el mismo Dominguín con quien rivalizó una temporada , o Aparicio rival en la Valencia del Levante y de Madrid con reñidero de este par de gallos en Las Ventas.
Vienen del mundo entero a ver
a Jesús Enrique Colombo, como de México fueron a Lima para verle la tarde de su
alternativa, de Madrid llegó a San Cristóbal don Juan Lamarca, gran impulsor de
la carrera de Colombo desde el día
cuando todos creímos había perdido la
guerra Lamarca lo sacó de una injusta batalla para convertirlo en un héroe de
una desesperada nación, tierra que fue de hombres libres, hombres y mujeres que
hoy ven en el torero su propia redención.
Juan Lamarca, fundador en
América de capítulos del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, abrió
caminos como si el mismo fuera el turbulento Orinoco, invadiendo tierras yermas
secas de esperanza, para darle a Venezuela lo que de un gran torero esperamos.
Algo como aquello que en su día nos regalaran Rubito y Mendoza, Luis Sánchez y
los Girón.
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