Fotos Afición Perú
Es una
noticia dolorosa, por terrible. El santuario taurino de América, la plaza de
toros de Acho que como escenario ha marcado pauta histórica en el toreo de
América se cae a pedazos.
Al parecer
la incapacidad de los administradores de la plaza y su propietaria, la Sociedad
Benéfica de Lima que depende de la Municipalidad de Lima no han impedido por
dejadez, corrupción, descuido, quien sabe que ingrata causa, que esta joya histórica se convierta
maltratada en un muladar.
Acho, en
realidad la admirada Lima, desde tiempos inmemoriales mantiene una sintonía con
los venezolanos. Desde aquellos días del alba de la Libertad, cuando nuestros
Libertadores, Simón Bolívar, José de San Martín y José Antonio de Sucre
recibieron homenajes taurinos en sus arenas, en respuesta admirable de un
pueblo agradecido por su libertad. Ha sido Acho para los venezolanos referencia
de excelencia, primero por los triunfos en su ruedo alcanzado por el caraqueño
Eleazar Sananes "Rubito", y más tarde cuando los hermanos César y
Curro Girón se ganaron el corazón de la exigente afición limeña con sus
incuestionables triunfos en competencia con lo más granado de la torería
universal.
El simple
registro notariado por los historiadores de la Fiesta, como el más grande logro
alcanzado por torero alguno como fue el de la temporada de 1954 por el gran
César Girón, cuando 1l 17 de octubre superó a Antonio Bienvenida y a Carlos
Corpas cortando dos orejas.
Superándose a la semana al cortarle dos orejas y un rabo a un toro de Carlos
Gallece el 24 de octubre encartelado con
Rafael Ortega, el gran torero de la Isla de San Fernando, y el terrible
Manuel Jiménez "Chicuelo II". Rematando el primero de noviembre de
aquel glorioso 1954 con Antonio Bienvenida, Rafael Ortega y toros de Huando
para triunfar apoteósicamente al cortar cuatro rejas, dos rabos y una pata.
Además del
acta de triunfo histórico del caraqueño, Acho engalana las páginas de su
historia con los relatos del triunfo de don Juan Belmonte, la única donde se
presentó en América el genial José Gómez Ortega "Gallito", la faena
del bicentenario realizada por el rondeño Antonio Ordóñez, la gran tarde de
Rafael Puga Castro que provocó el grito !Viva Perú!, mientras se escuchaban en
sus tendidos los sones de una marinera. Hablamos de la joya, el escenario de
las grandes faenas de Enrique Ponce, la que tanto nos dio.
Hoy Acho
nos necesita, a los aficionados del Perú, a los agradecidos venezolanos, a toda
la América Taurina y a la misma Madre Patria, cuna del toreo, porque no podemos
ser mezquinos y darle la espalda siendo indiferentes.
¿Dónde está nuestra afición?
La Plaza de
Acho merece nuestra entrega, todos unidos, individualmente, podemos sacarla
adelante ante la incapacidad de sus propietarios y su actual administración,
pidamos tan sólo por ahora que esté limpia, ese será un pequeño gran paso.
Las fotos
que les muestro, enviadas por el hermano periodista Manuel González, hablan solas, sería un éxito o un gran
paso ver una pancarta de una peña pidiéndole a la propietaria que tome acciones
correctivas, un bocinazo, algún detalle o gesto de protesta. La Plaza de Acho
es todos nosotros, es nuestro templo taurino, no la abandonemos por favor.
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