lunes, 23 de septiembre de 2013

ACHO SUFRE POR ABANDONO Y EL TOREO SIENTE EL DOLOR POR LAS HERIDAS DE SU PLAZA

 EL VITO
Fotos  Afición Perú



Es una noticia dolorosa, por terrible. El santuario taurino de América, la plaza de toros de Acho que como escenario ha marcado pauta histórica en el toreo de América se cae a pedazos.
Al parecer la incapacidad de los administradores de la plaza y su propietaria, la Sociedad Benéfica de Lima que depende de la Municipalidad de Lima no han impedido por dejadez, corrupción, descuido, quien sabe que ingrata causa,  que esta joya histórica se convierta maltratada en un muladar.
Acho, en realidad la admirada Lima, desde tiempos inmemoriales mantiene una sintonía con los venezolanos. Desde aquellos días del alba de la Libertad, cuando nuestros Libertadores, Simón Bolívar, José de San Martín y José Antonio de Sucre recibieron homenajes taurinos en sus arenas, en respuesta admirable de un pueblo agradecido por su libertad. Ha sido Acho para los venezolanos referencia de excelencia, primero por los triunfos en su ruedo alcanzado por el caraqueño Eleazar Sananes "Rubito", y más tarde cuando los hermanos César y Curro Girón se ganaron el corazón de la exigente afición limeña con sus incuestionables triunfos en competencia con lo más granado de la torería universal.
El simple registro notariado por los historiadores de la Fiesta, como el más grande logro alcanzado por torero alguno como fue el de la temporada de 1954 por el gran César Girón, cuando 1l 17 de octubre superó a Antonio Bienvenida y a Carlos Corpas  cortando dos orejas. Superándose a la semana al cortarle dos orejas y un rabo a un toro de Carlos Gallece el 24 de octubre encartelado con  Rafael Ortega, el gran torero de la Isla de San Fernando, y el terrible Manuel Jiménez "Chicuelo II". Rematando el primero de noviembre de aquel glorioso 1954 con Antonio Bienvenida, Rafael Ortega y toros de Huando para triunfar apoteósicamente al cortar cuatro rejas, dos rabos y una pata.


Además del acta de triunfo histórico del caraqueño, Acho engalana las páginas de su historia con los relatos del triunfo de don Juan Belmonte, la única donde se presentó en América el genial José Gómez Ortega "Gallito", la faena del bicentenario realizada por el rondeño Antonio Ordóñez, la gran tarde de Rafael Puga Castro que provocó el grito !Viva Perú!, mientras se escuchaban en sus tendidos los sones de una marinera. Hablamos de la joya, el escenario de las grandes faenas de Enrique Ponce, la que tanto nos dio.
Hoy Acho nos necesita, a los aficionados del Perú, a los agradecidos venezolanos, a toda la América Taurina y a la misma Madre Patria, cuna del toreo, porque no podemos ser mezquinos y darle la espalda siendo indiferentes.
 ¿Dónde está nuestra afición?


La Plaza de Acho merece nuestra entrega, todos unidos, individualmente, podemos sacarla adelante ante la incapacidad de sus propietarios y su actual administración, pidamos tan sólo por ahora que esté limpia, ese será un pequeño gran paso.
Las fotos que les muestro, enviadas por el hermano periodista Manuel González,  hablan solas, sería un éxito o un gran paso ver una pancarta de una peña pidiéndole a la propietaria que tome acciones correctivas, un bocinazo, algún detalle o gesto de protesta. La Plaza de Acho es todos nosotros, es nuestro templo taurino, no la abandonemos por favor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario