sábado, 7 de noviembre de 2009

HOY COMIENZA LA TEMPORADA




Valencia esta tarde apertura su feria en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro, con la actuación de una terna de espadas venezolanos: Da Silva, Zapata y Rivera, ante toros de Tierra Blanca. Foto: Jacinto Oliveros


Ruben Dario Villafraz
rubenvillafraz@yahoo.com
Especial para Meridiano


En una época fue grande. Ahora lo es a cuesta de una moneda venezolana hecha polvo, y con elementos de interés muy distintos a los de antes. Hubo una época que los toreros hacían de America su lugar de grandes retos, grandes fortunas, y lo realizado en España era trampolín y recompensa para estar en las más encopetadas ferias americanas.
Ciudad de México, Quito, Caracas, Mérida, San Cristóbal, Bogota, Cali, Manizales, Medellín, Lima eran referencias ineludibles para las más grandes figuras. En la actualidad, su paso es mero trámite para no perder rodaje a lo que depara el año taurino en tierras ibéricas, con extensas campañas acreditadas por un público y “caché” de mayor trascendencia.
Esta tarde se puede decir que literalmente la temporada americana da su comienzo. Tres plazas de solera abren sus puertas y con ella en las próximas fechas otras más que conforman el circuito de ferias en suelo del Nuevo Mundo. Y en cada una de las naciones que sienten y vive el ambiente del toro bravo, diversas emociones se desperdigaran. México, con su singular y autóctona “fiesta brava” con un toro al modo y forma de sentir se prepara para acoger la mayoría de figuras hispanas que hacen viaje transatlántico, donde la meta suprema es triunfar en el coso de la Avenida Insurgentes. Por su parte Venezuela, con Valencia y Maracaibo como prolegómeno, da cuenta de toreros conocidos, asegurando con ello el éxito artístico, que este año estará en la responsabilidad de una mayor presencia y demanda de toro bravo venezolano como protagonista principal. Colombia no se queda atrás en reunir una amplia y lujosa pléyade de grandes toreros en citas de enorme cartel como lo es la ciudad capital u otros destinos igualmente elementales a lo largo de su variopinta cartelería taurina.
Bajando un poco más en la geografía, damos revista a una afición como la de Quito entendida y agraciada, el cual hace de su fiesta más nacional y con personalidad propia. Y si de señorial hablamos, Lima y su marco inconmensurable que es la bicentenaria plaza de Acho reúne la historia y tradición de una afición como pocas, quien vive un dulce momento tras el buen ambiente que vive el rito del toro en un país, que en su singular concepción alberga un buen numero de festejos a lo largo del año en toda su escarpada geografía.
En fin, las puertas del toreo se abren a la America Taurina, esa misma que ofrece una visión personal en distintas facetas, de lo que es el más bello y colorido de los espectáculos, como lo es el enfrentamiento del hombre y la bestia en pos de hacer de este encuentro arte. A ello definimos Tauromaquia.

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