"...Nos vamos a acodar mucho del Canal Toros, al tiempo. De él no olvidaremos a los magníficos profesionales liderados por Víctor Santamaría, que convirtieron cada corrida televisada en un espectáculo..."
Elegía por el Canal Toros
Paco Cañamero
Glorieta Digital/15 febrero, 2023
Desde primeras horas de la mañana de ayer, desde el mismo momento que Zabala de la Serna daba la exclusiva en las páginas de El Mundo, de la desaparición del Canal Toros corría por las redacciones y redes, como una mecha encendida. La noticia, lamentable, de alguna manera y tras los últimos acontecimientos, junto al pasotismo de Telefónica se veía venir, aunque queda una esperanza a la que aferrarse, especialmente por la inmensa labor realizada por el Canal Toros, dueño del mejor archivo taurino –junto al de TVE y el de Gan- que existe, de haber realizado durante tantos años unos reportajes fantásticos y de tener en su nómina a brillantísimos profesionales. Por esas razones, con la que estaba cayendo y las gentes de la Fiesta mirando para otro lado, la noticia es muy triste.
En ocasiones fui crítico con el Canal Toros, especialmente cuando demandaban más trofeos a los palcos, negaban la evidencia de flojas entradas o se justificaban estocadas indecorosas, pero es lo menos. Porque lo bueno superó infinitamente a lo criticable y, en cuanto llegaba a hora de la corrida, todos los aficionados ya estábamos detrás de la pantalla. Ellos nos acercaron los toros con una tecnología sorprendente, tan distinta a la habitual en TVE, innovaron con cámaras súper-lentas, repetición y era todo un acontecimiento, además de la calidad en los reportajes.
Nos vamos a acodar mucho del Canal Toros, al tiempo. De él no olvidaremos a los magníficos profesionales liderados por Víctor Santamaría, que convirtieron cada corrida televisada en un espectáculo. Y ahí alzo mi brindis por dos personas. Por un periodista integro, un todo-terreno de la comunicación taurina, apasionado de la historia, con exquisita capacidad de análisis y brillante comunicador llamado Alfonso Santiago, aunque estoy seguro que pronto volverá al sitio relevante que se merece y como testimonio, en el particular canto del cisne nos ha dejado esa serie titulada Memoria de los 80, que ha sido todo un lujazo y lo mejor que se ha hecho para conocer a todos los grandes toreros de esa época. El otro es Maxi Pérez, sabio aficionado de Colmenar Viejo, que almacena en los archivos de su memoria todos los datos del toreo –su particular maxipedia– y la sabiduría que le sirvió para hacerse un huevo tan importante. Las puntualizaciones de Maxi han sido una auténtica escuela para los aficionados y también, ojalá, pronto esté en el sitio que merece. A esos dos excelentes profesionales y personas los vamos a echar de menos.
Dos magníficos profesionales y excelentes personas
También nos quedará el inmenso vació de los debates posteriores al festejo, donde el maestro Fernando Fernández Román sabía poner siempre el punto sobre la í; o Luis Francisco Esplá, con su manera de ver una tarde de toros. Una pena que se ha ya perdido y ya tenga escrito su réquiem, también por la desidia de Teléfónica, que no quiso competir en ningún momento con la nueva plataforma y prefiero morir, algo que nadie puede entender con su capacidad económica y el inmenso legado del Canal Toros, al que va a ser muy difícil igualar. No quiero ser agorero con los que llegan, pero me mosquea que sean alemanes y venidos del mundo del fútbol, que carece de la sensibilidad y cultura del taurino. Ojalá me confunda y no se aburran, pero me temo que enseguida van a buscar un alto rendimiento. Y a ver si no se asustan por los coletazos políticos contra la Fiesta, como sí hicieron tantas cabeceras.
Mientras tanto mi gratitud al Canal Toros por sus años de fidelidad.
La brillante serie Memoria de los 80,
ha sido el canto del cisne del canal temático
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