José Antonio Salas, ahora anunciado como José Pírela/ Foto: Carlos Lugo |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Tiene radicado en España para dos años. Se fue con la ilusión de hacerse torero, labor que ya había cumplido acá en Venezuela, tras varios años haciéndose en nuestros ruedos, en especial por los andes, donde dejaría estela de su buen concepto, en especial actuaciones de llamar la atención como lo fueron en San Cristóbal y Mérida.
Su padre fue novillero, y actualmente uno de los aficionados prácticos de mayor solera. Leonardo Salas “Sopita” lleva la afición por los poros, y ha querido que ese legado a su hijo, no quede en vano su esfuerzo, de allí que gracias a las gestiones de numerosos aficionados, viajaría a suelo ibérico donde estos meses se ha ido curtiendo en torería, poso, técnica y madurez, esa que le está dando los primeros cimientos como novillero a llamar la atención en no mucho tiempo.
Es José Antonio Salas, novillero emeritense quien bajo la asesoría del ganadero y matador de toros en retiro Carlos Aragón Cancela, propietario del hierro santacolomeño de Flor de Jara, se está haciendo con el nombre de José Pírela. Razones las tendría para mutar en un nombre más seco, y que recuerda al matador de toros venezolano Rafael Pírela, quien sería a comienzos de la década de los 80’ triunfador de la Feria del Sol par de ocasiones, y uno de los más importantes en su momento.
El pasado sábado ya José Antonio Salas, “José Pírela” en los carteles, dio su primer y claro toque de atención. Toreo en la Plaza de Toros de Valencia, ruedo de suma importancia por su historia y trascendencia, ante la mirada de muchos aficionados quienes comprobaron los detalles y sentimiento de un novillero sin caballos, a llamar la puerta de otras plazas. Despachó en el tercer y último festejo del Certamen de Escuelas Taurinas de la Diputación de Valencia con media plaza de aforo cubierto, reses del hierro de José Cruz, nobles y manejables en su conjunto, sobresaliendo 2º, 4º y 6º, este último (lidiado por Pírela) premiado con la vuelta al ruedo, al lado de los también novilleros sin caballos Álvaro Martín (de Madrid): silencio; Arturo Gilio (de México): oreja; Miguel Polope (de Valencia): oreja; Antonio Magaña (de México): silencio; Nino (de Nimes): oreja y José Antonio Salas “José Pírela” (de Colmenar Viejo): oreja.
Todas las crónicas han señalado los recursos desplegados de “José Pírela” para hacerse con las embestidas del exigente y más cuajado utrero, muleteando con determinación y asentamiento a pesar de que sufrió una fea voltereta, donde primó la pulcritud del temple con la que le despachó por ambos pitones.
Esperemos que sea este el comienzo de una gran apuesta, esa que tiene la afición taurina merideña en un joven que ha destinado su sueños, ilusión y anhelos en destacar en una profesión tan dura como apasionante como es la de ser torero. Condiciones y aptitudes ha venido demostrando.
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