AQUELLOS DÍAS CUANDO CUCHILLEROS ERA LA SEDE DE LOS AMIGO DEL TORO Por Víctor José López EL VITO

Pedrucho, Juanito Campuzano y Parrita, los Tres Caballeros fundadores de la tertulia  en El Mesón del Toro. Tertulia que se trasladaría a Los Cuchilleros en La Candelaria con el nombre de Los Amigos del Toro

Al final de los años sesenta la fiesta de los toros crecía en Venezuela con gran vigor. La inyección de temporadas de novilladas y abonos en las plazas del Nuevo Circo y de la Maestranza de Maracay estimularon el nacimiento de peñas, coloquios, reuniones que animaron un ambiente nunca antes visto y que como una pavesa fue apagándose en el tiempo. El Mesón del Toro se convirtió en el centro taurino más importante de la ciudad. Manolo Sierra introdujo en la carta del restaurante un exquisito Cocido Madrileño, del que era un fanático César Girón. 
Con cierta regularidad me reunía con César, casi todos los lunes, que era el día que el gran torero venía a Caracas para atender sus asuntos privados. Solía llegar a la casa de su primo César Perdomo en Maripérez. Curro aún no se establecía en Venezuela, y cuando venía a Caracas iba mucho a casa de Manolo Sierra, con Efraín, su hermano, y su gran amigo Oscar Aguerrevere, "Pajarito Aguerrevere", que ocupaba un importante cargo en la Junta Directiva de la Aerolínea Viasa. Sergio Flores casi siempre acompañaba a César o a Curro,  junto a Carlos Saldaña que tenía intenciones de reaparecer como matador de toros por aquellos días. Sin embargo, la médula de la tertulia eran Juanito Campuzano, Avelino Rivero “Pedrucho de Canarias” y Manuel Vílchez "Parrita", quienes fueron los fundadores de una tertulia que al paso de los meses se bautizaría como la de Los Amigos del Toro. Esta peña, integrada por muy destacadas personalidades, toreros, empresarios, matadores, ganaderos fue instituida en el mesón de Pedrito Campuzano en la Esquina de Candilito, en La Candelaria. Pedro era hermano de Juanito y de Pepe, de jóvenes fueron novilleros y que ya establecidos como ciudadanos se ocupaban de las cosas de matadores de toros españoles como mozo de espadas, o representantes de apoderados y de toreros. La sede estaba en el Bar Los Cuchilleros, Avenida Urdaneta, propiedad de los hermanos Pedro y de Juan Campuzano, nos reuníamos con frecuencia un grupo de taurinos que integraban Alberto Ramírez Avendaño, Tobías Uribe, los propios hermanos Campuzano, Pedruchito de Canarias, reuniéndonos cada martes porque ese era el día que el doctor Ramírez Avendaño, ganadero de Los Aránguez venía de Maracay para tratar sus asuntos profesionales en la Asociación de Pasteurizadores de Leche, Avepal. A la reunión se agregaban algunos aficionados, diría que los mejores aficionados de Venezuela como César Dao, Vicente Lozano, Tobías Uribe entre los que representaban Valencia y Maracay,  convirtiéndose al poco tiempo, Los Cuchilleros, en la gran tertulia capitalina.

La primera visita que hizo José María Manzanares en Caracas fue a Los Amigos del Toro, como consta en esta foto del gran Roberto Moreno.  En el centro, los ganaderos don Santiago Dávila y Felipe Rocha de Colombia y a  la derecha el ganadero mexicano José Antonio Garfias de los Santos y el joven maestro José María Manzanares a su derecha que a los días debutó en el Nuevo Circo realizando una faena cumbre a un gran toro de Pepe Garfias.

Juan Campuzano recién se había asociado con su hermano Pedro en la administración de Cuchilleros y solicitó le ayudara en la promoción. Lo que fue una experiencia comunicacional maravillosa, única en los taurino, por lo menos en Venezuela o cualquier otro país taurino americano. Siempre he asido un gran admirador de Andrés Martínez de León, el gran pintor y humorista sevillano, el mismo pintor y poeta que creó el fabuloso personaje de “Oselito”. Un libro, un folleto, cientos de tiras cómicas, todo un tratado publicó en El Ruedo de Madrid, sobre este personaje de fábula. También creó, en su fantasía, una peña taurina.

Tobías Uribe, Pedro Campuzano, César Dao, Constantino Hernández de Talavera de la Reina y Raúl Izquierdo de México en uno de los muchos festivales realizados en la Maestranza de Maracay. Foto Roberto Moreno.

La peña de “Los amigos del toro” en la caricatura de “Oselito” era un grupo de aficionados andaluces que se reunía con propósito de  discutir, promover, comentar y vivir intensamente todo lo que ocurría alrededor de la fiesta de los toros con la intención de  hacerla respetar por la sociedad y cónsona con las exigencias de los públicos. “La parte sana de la afición”, así rezaba el slogan de los personajes del gran pintor sevillano Martínez de León. La idea, no cabe duda, la tomé con el propósito de crear en Caracas la peña “Los amigos del toro”. En primer lugar, para ayudar en la promoción de la tertulia que integrábamos heterogéneo grupo de aficionados amigos y,  luego,  identificar un reportaje semanal que se nutría de breves noticias surgidas en la charla, entre comensales y contertulios que nos reuníamos en la barra de Cuchilleros y que, imaginamos,  pidieran tener  interés para los lectores de las páginas taurinas de Meridiano. 

Fue siempre una peña en la que cada miércoles se publicaba en el diario  Meridiano el acta de sus reuniones. Sus integrantes eran aquellos que cada martes nos reuníamos en Cuchilleros. El argumento, el tema en boga, ¿los personajes?, los que estuvieran presentes.

La primera reseña apareció el miércoles 18 de junio de 1971; y desde ese día, con periódica regularidad, apareció cada miércoles el acta de la reunión de la peña en Meridiano. Así vivió la peña por muchos años, casi tres lustros, mientras la reseñé y mientras existió cohesión entre los contertulios. Llegó a límites inconcebibles. En ella se trataban temas polémicos de la historia del toreo. Se dirimían conceptos de aficionados. Era una fuente inagotable de noticias. Hubo días que la gente no cabía, y se servían tapas y tragos en las aceras de la Avenida Urdaneta, una de las arterias viales más congestionadas de Caracas.

Rodolfo Serrada "Positivo", un periodista muy destacado en la fiesta caraqueña en compañ+ia de Alberto Ramírez Avendaño, ganadero de Los Aranjuez y Fermín Figueras "El Boris" un torero de una época plena de contrastes cuando en Venezuela se vivía la erupción taurina más importante de su historia.

A Los Cuchilleros concurría lo más granado del toreo universal. En su bar se contrataban toreros y cuadrillas, se planificaron temporada y campañas. Era frecuente ver en la barra a Manolo Chopera conversando con Alberto Alonso Belmonte o José Luis Lozano, a Bojilla con Antoñete o Manolo Escudero con algún ganadero español de visita, como fue el caso de Hernández Pla o Pablo Jiménez Pasquau o el apoderado de Celestino Correa, el recordado Octavio Martínez Nacional. Fue durante mucho tiempo el cuartel general de los ganaderos portugueses, Álvaro Palha Von Ziegler, Pasanha y José Samuel Lupi, el histórico rejoneador, quienes por breve tiempo convirtieron Caracas en su lar del exilio mientras la Revolución de las Rosas intentó encajar en el árbol histórico de Portugal.  Varias veces nos reuníamos con Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Lola Flores, los Pantoja, toda la familia de gitanos que más tarde tendía en Isabel la flor del jardín. Un cartel que más de un empresario teatral habrá soñado.

En la tertulia se reunían en una misma mesa Manolo Escudero, Antoñete, Paco Camino, Niño de la Capea, José Antonio Campuzano, Pepe Luis Segura, su apoderado,Tomás Campuzano, su apoderado Alberto Aleaño el debutante Jose María Manzanares, su apoderado Alberto Alonso Belmont,  que hicieron de Cuchilleros su preferido punto de reunión. 
¡Como para llenar la plaza de Madrid!’.
David Silveti era contertulio frecuente con el maestro Pepe Cáceres, junto a Curro Leal quien en sus primeros días, cuando era poderdante de Fermín Rivera, pasó largas temporadas en Caracas. Temporadas como las que vivió Juan Silveti, quien con mucho orgullo presentó en Venezuela a su hijo David Silveti y fue intermediario entre el ganadero de Reyes Huerta y los propietarios de La Carbonera en la compra de un bravo toro indultadon el Nuevo Circo por Nerio Ramírez El Tovareño. Mariano Ramos visitó la sede de Los Amigos del Toro la tarde de su gran triunfo en Caracas con toros de San Miguel de Mimiahuapam, la tarde aquella aciaga para Francisco Rivera Paquirri quien resultara corneado por un toro de Mimiahuapam cuando encaminaba su faena a un acontecimiento importante. No fallaban a diario Juan Diego de México, Arturo Magaña y Manuel del Prado “El Triste”, un matador de toros y dos novilleros mexicanos, radicados en Caracas, con los que hice gran amistad, pues con ellos acudía casi a diario al Frontón del Centro Vasco, en El Paraíso, o íbamos por las mañanas a entrenar en Los Caobos, sitio donde se reunía la torería para lidiar de salón en aquella época de gran actividad. Ángel Majando, Jorge Gutiérrez, Alfredo Gómez "Brillante", Marcos Ortega eran diarios visitantes a la peña,  encomiaba de muchos de los novilleros nacionales que vivían espectaculares momentos por aquellas temporadas organizadas por Taurivenca, Gregorio Quijano, en sociedad con Jerónimo Pimentel gracias a quien logramos el ganado colombiano que fue base fundacional en la carrera de muchos de los buenos toreros nacionales, como Gonzalo de Gregorio, Luis de Aragua, Pepe Luis Núñez, Jorge Herrera, Enrique Calvos El Cali, estos dos trascendentales figuras del toreo sudamericanos en España.

Los hermanos Galán, Antonio José y Alfonso, Alfonso Ordóñez y Alfonso Barroso, banderilleros y picadores de lujo, torería brillante de toda una época, de aquellas temporadas de los años ochenta cuando Tomás Campuzano se había convertido en la gran figura de la temporada por reiterados y consecutivos triunfos en San Cristóbal, Mérida, Maracay, Valencia y muy especialmente en Caracas. Playa de que atraía como papel atrapa moscas a los aficionados y a los turistas, porque Los Cuchilleros llegó a figurar en listas de recomendaciones que hacían las agencias de viajes.

La peña “Los amigos del toro” fue un verdadero tesoro para la afición venezolana. De ella surgió un grupo de aficionados prácticos que integramos junto a Tobías Uribe, César Dao, Raúl Izquierdo, Víctor Bellino, Vicente Lozano y Pedrito Campuzano. Con el doctor Alberto Ramírez Avendaño organizamos muchos tentaderos y festivales por varios años.

El primero de estos festivales fue en la plaza “Vista Alegre” de Tovar, a beneficio de las obras parroquiales del Padre Juan Eduardo Ramírez, un cordereño pariente del doctor Ramírez. Resultó todo un éxito gracias al ganado de “Los Aranguez” que fue noble y muy cooperador. Aquella tarde fueron como invitados especiales Joseíto Casanova y Marcel Pérez Arias, dos buenos amigos y excelentes aficionados aragüeños que entendían de esta pasión y compartían la gran afición. Surgió de la reunión de “Los amigos del toro” una gira taurina por tentaderos de México, por las frías y áridas plazas de Tlaxcala, tan llenas del calor amistoso y jovial de su gente, por las tierras de los estados de México y de San Luis Potosí, en las ganaderías de Zacatepec, San Martín, Santiago y don Manuel de Haro, San Judas, Morales, Garfias y Tequisquiapan. No nos quedamos cortos en lo que a organización de conferencias respecta, pues hasta al maestro Pepe Alameda invitamos a que diera una charla en la Confederación de Ganaderos de Venezuela, alcanzado un éxito impresionante.

 Estas listas, me perdonarán, son de memoria. Memoria que se gasta y se cansa con el paso de los años, pero que me revive cuando intento de repasarla.

Por varios años duró la efervescencia peñista. Este grupo imaginario adquirió personalidad real al reseñar su existencia la enciclopedia de Espasa Calpe, “Los Toros”, obra que originalmente organizó y planificó don José María de Cossío. Sin embargo, es en las páginas de Meridiano, en el acta semanal que reseñaba, donde se guarda esta bitácora taurina que un día deberá publicarse para conocer la mejor y más activa época taurina vivida en la capital venezolana.