viernes, 14 de diciembre de 2018

AQUEL DOMINGO ONCE DE DICIEMBRE DE 1949

 
ALFREDO SADEL era ya un ídolo de multitudes consagrado en Venezuela, cuando escribió la letra del pasodoble "Domingo Once". Un homenaje a otro ídolo, Diamante Negro, que aquella tarde del digo 11 de diciembre de 1949  junto a Luis Miguel Dominguín y Antonio Velasquez escribió sobre la arena del Nuevo Circo histórica tarde con los toros de Vistashermosa . 


Nuevo Circo, 11 de diciembre de 1949
Antonio Velásquez, Luis Miguel Dominguín y El Diamante Negro

Víctor José López
EL VITO

         El año de 1949 fue el  año del despertar venezolano. Su  riqueza petrolera y una inmigración europea importante convirtieron la nación venezolana en tierra de promisión.
 Era el amanecer de una tierra que se incorporaba a la modernidad, y su perfil de sociedad requería paradigmas sobre los cuales debía sentar las bases de su perfil.
  Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”,era el ídolo de las multitudes en Venezuela, el torero de Ocumare del Tuy había coronado una brillante carrera de novillero en España la temporada de 1948, misma que culminó con una brillante alternativa en Granada de manos de Manolo González con toros de Félix Moreno Ardanuy. 

Esta  alternativa en Granada y sus  presentaciones en Madrid y Sevilla además de los triunfos logrados en su reaparición en Venezuela le convirtieron al torero de los Valles del Tuy en un ídolo sin precedentes en los escenarios nacionales. 

El empresario de la plaza de toros de Caracas, don Horacio Carrasquero, al tener en sus manos el valor del torero criollo como principal atracción, organizó una gran temporada a finales de año, Abrió un abono de tres corridas de toros con reses de Colombia, dos encierros de Mondoñedo y uno del sevillano Francisco García que se estrenaba como ganadero. García fue mayoral de Mondoñedo,  luego que las propiedades de don Ignacio Saenz de Santamaría, fundador de Mondoñedo fueran embargadas por la Corporación de Fomento.

Carrasquero  colocó a Diamante Negro en dos de los tres carteles del abono. La primera  con Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín, y la segunda, tercera del abono,  la tarde de del 11 de diciembre de 1949 con el mexicano Antonio Velásquez y Luis Miguel Dominguín. 

 El cartel, debido a circunstancias ajenas a los toros, tenía miga había rivalidad entre los alternantes ya que el ambiente político internacional enfrentaba al México de la revolución con la España del franquismo, y la Guerra Fría encendía sus hogueras con los anuncios de la URSS de tener la Bomba Atómica, y de Mao Tse Tung al declarar la República China Popular.

Ídolo de multitudes, Diamante Negro


La plaza de Caracas, el Nuevo Circo, vistió sus mejores galas para el acontecimiento. La boletería agotó sus más de 11 mil asientos y la barrera fue ocupada casi íntegramente por Embajadores y Plenipotenciarios de las naciones acreditadas en Venezuela. No fue tarde de decepción aquella del 11 de diciembre, los toros de Vistahermosa, como distinguía Francisco García su ganadería, fueron de gran calidad. Velásquez, a quien por su valor y gentilicio llamaron “El león de León” cortó dos orejas y un rabo al cuarto de la tarde, Luis Miguel tres orejas, una al segundo y el rabo al quinto, mientras que el venezolano Luis Sánchez Olivares se alzó cortando cuatro orejas y un rabo.

Los tres diestros, y el mayoral de la ganadería colombiana de Vistahermosa, abrieron la Puerta Grande del Nuevo Circo, y fueron llevados a hombros hasta la plaza Bolívar de Caracas, que dista a unos dos kilómetros de la plaza de toros.

Por años la corrida del 11 de diciembre de 1949 fue el festejo del siglo para los caraqueños. Al extremo fue una referencia que el tenor Alfredo Sadel la recordó en el pasodoble “Domingo 11” de su autoría e interpretación, considerado una de las joyas de la música taurina venezolana. 
La letra, que popularizó la canción de inmediato invitaba al mundo vivir la Fiesta de los Toros como se vivía, entonces en Venezuela: "Que vengan del mundo entero, 
que vengan a ver toreros...
que en Venezuela tenemos
un rey moreno que es el rey de los toreros"
Exaltado en triunfo de Luis Sánchez, un ídolo nacional como jamás ates había existido en los toros, las artes o el deporte en Venezuela.
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