EL TSJ (Inconstitucional) BUSCA RECONOCIMIENTO A COSTA DE LOS TOROS

VANA ILUSIÓN

de LOS TAURINOS

y SU ESPERANZA

 en UNA SOLUCIÓN INCONSTITUCIONAL

Víctor José López

EL VITO

Una de las características del venezolano es el exceso de credibilidad sobre la que se sustenta su ignorancia, un sostén que se crece cuando la oferta, o promesa, es de su conveniencia. Me refiero al servicio del populismo como oferta, como ocurre con los dirigentes sociales. El taurino se ilusiona, ya sea empresario o dirigente, ganadero, periodista o profesional. Es una ilusión vana,  que sirve en la mesa de la esperanza el plato del aficionado de bien.

Con todo respeto para quienes piensan distinto, para quienes en su afán de disfrutar amor y pasión por la Fiesta de los toros, para aquellos que creen en el parapeto del caso de la prohibición de los toros en Aragua y Carabobo y lo hacen  expresando contento, solidaridad y credibilidad – ahí lo peor del mal.

Los que creen en la legalidad de la ANC – hoy el Tribunal Superior de la Nación “por la gracia de la voluntad chavista”, consideran que el inconstitucional Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convertido en brazo judicial del régimen, le salvará la vida a la Fiesta, a pesar de ser toda acción emanada de este una acción fuera de la Constitución y de las Leyes cuando no es mas que una mojiganga jurídica.

Alegato sin fundamento, no hay dudas, cuando la Secretaría de la OEA pide desconocer actos ilegítimos de justicia de Venezuela

Y habrán cambios, no lo dude usted, que desconocerán los actos que como hambriento lobo visten de mansas ovejas y que para salvar la Fiesta de los toros,  impidiendo a muchos aficionados, gente de bien con las mejores intenciones, no se percaten de que trata de un señuelo, una  flagrante añagaza para pescar tontos e inocentes utilizándolos como arma de supina complicidad.

El actual TSJ del chavismo, dada la manera de como se seleccionaron los magistrados, para su estructura violó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 264.  Aquellos ciudadanos que, cumpliendo los requisitos académicos y judiciales,  pretendieron el muy honorable cargo de Magistrado de la Judicatura debieron haber sido seleccionados por la Asamblea Nacional, como lo exige la Constitución. No como hizo el régimen, colocados a dedo por el Poder Ejecutivo y mucho menos por la voluntad de la dirigencia de un partido político.

 Nos referimos a una selección de serviles amigos, la que se hizo sin que se cumplieran  los requisitos exigidos. Este TSJ designado por capricho del Poder Ejecutivo, es el aliado represivo del régimen. Un encubridor utilizado para vestir de legalidad,  validar y cimentar, acciones a espaldas a la Constitución de la República, cercenando derechos fundamentales que los venezolanos colocamos  en el Capitolio de la Nación cuando elegimos con todo el derecho que nos da la Constitución a nuestros representantes.

Me refiero a los diputados que ahora son perseguidos, encarcelados, atropellados, torturados por ejercer del derecho democrático de la disidencia.

No es una institución este TSJ que, por su origen y formación, haya sido reconocida con fundamentos constitucionales. Sencillamente es un parapeto inconstitucional.

El  TSJ es la brújula en la ruta a las violaciones de la Constitución de la República. Aplaudir cualquier acción de esta institución írrita, es reconocer sin fundamento real su carácter de autoridad judicial. El inconstitucional TSJ le ha permitido al Ejecutivo ejercer el poder sin cortapisas, legales o institucionales,  con el evidente propósito de cerrarle el paso a la denuncia negándole acceso a la información pública.

Es amoral e inmoral, lo denuncio como ciudadano y periodista en ejercicio de mis derechos, aplaudir su farsa en defensa de la Fiesta de los Toros, desconociendo lo que no se ha reconocido como es el tribunal de mentira que prohibido en Aragua y Carabobo los espectáculos taurios. Un tribunal que  existió sin otro fundamento que el de haber sido impuesto por el régimen de los gobiernos de Carabobo y de Aragua para imponer caprichos revolucionarios apartados de la Constitución y las Leyes.

 Se trata de  TSJ que ha arrasado con los derechos constitucionales –persecución y encarcelamiento de diputados amparados por derechos constitucionales, subordinándose al mandato de la Asamblea Nacional Constituyente que han convertido  establecidos en los artículos 28   y  19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos rechazando solicitudes de datos de los organismos del Estado que deben ser públicos, como lo consagran el texto fundamental y los tratados internacionales.

El TSJ que construyó el régimen es de origen inválido, nulo, irrisorio desde su nacimiento y entre 2017 y mayo de 2018 desde el mismo momento que escaló en su objetivo  frenar cualquier revisión de información pública, negando todas las solicitudes hechas y retrasó más en el tiempo de respuesta de estos casos. Además es el ente policial que persigue a los representantes de la nación, elegidos por el pueblo y que nos representan en la Asamblea Nacional, la que ahora con el silencio del TSJ ejerce con carácter supraconstitucional la dictadura total en Venezuela.

Me abochornan los aplausos y las ovaciones a lo inconstitucional que escucho en las barreras de nuestra amada Fiesta de los toros …