martes, 12 de diciembre de 2017

CUANDO VISITAMOS “TORREÓN DE CAÑAS”, LA GANADERÍA DE LA CORRIDA PARA EL DOMINGO EN LA PLAZA MÉXICO.


 
Los ganaderos Uribe, de Torreón de Cañas


https://www.youtube.com/watch?v=siSQSBgEWg4




 EL VITO


Fue un viaje tempranero el que hicimos el 9 de febrero de 2016, cuando salimos de la Ciudad de México casi de madrugada, con las claras de la aurora. El monstruo dormía y las calles de Mixcoac lucían más anchas y arrulladas con el trinar de los sinsontes. Pronto iban a ser arropadas por el ruido de los motores y  la algarabía del pueblo trabajador.
Son las mismas calles que Luis Castro “El Soldado” cruzaba para buscar a su compañero de faenas camperas, Andrés Blando, aquellas madrugadas cuando juntos se iban muy al norte, a su cita en los tentaderos de don Antonio Llaguno.
Salimos de Mixcoac, junto a Jorge Ramos, Juez de la Plaza de Toros Monumental México, del ganadero español de Flor de Jara y matador de toros Carlos Aragón Cancela, los matadores de toros Alfredo Gómez “Brillante”, torero de este torerísimo barrio de Mixcoac y del muy apreciado  Juan Antonio Cobos “El Garbancito” de Almodovar del Campo, Córdoba.
Todos, rumbo a la ganadería de Torreón de Cañas.
Días atrás recordábamos el nombre de esta divisa ganadera porque Antonio Velásquez , aquel "León de León" que relata en el libro Memoria de Arena, la epopeya que vivió la noche del 28 de febrero de 1945 –hace ya 70 años. La noche cuando le cortó el rabo al toro Cortesano de Torreón de Cañas en la Corrida de la Oreja de Oro en El Toreo de La Condesa. Un triunfó que le abriría el camino a convertirse en figura del toreo tanto en México como en España y de grandes momentos en Venezuela como el de la tarde que cortó cuatro orejas y un rabo en el Nuevo Circo de Caracas: 11 de diciembre de 1949.
Este grupo de profesionales de la Fiesta, agrupados en Los Amigos del Toro, viajamos  a la tierra de Paquito Ortiz, Apan, Hidalgo, para acercarnos a la Hacienda de Cuautlatilpan en el término de Almoloya, Hidalgo, donde nos esperaban el ganadero don Julio Uribe Barroso y su hijo Julio Uribe Cum.
Tentadas las vacas por “El Brillante” y “El Garbancito” y reunidos en el amplio comedor de la casa ganadera, evocador museo de Torreón integrados “Los Amigos del Toro” y servidos sabrosos platillos hidalguenses, don Julio, voz cantante en la reunión, expresó ideas que nos parecieron novedosas y que ahora compartimos con ustedes, amables lectores.

-      Dada la transformación urbana de la urbe, cada día estamos más apartados de lo que es y han sido los valores del campo en la formación del aficionado. Hoy, agrega el ganadero anfitrión, sentimos el peso de una organización, los Antitaurinos, con poder económico, poder de comunicación,  que convertidos en una red homogénea se presentan violentos y agresivos frente a los taurinos.
-      Por otra parte tenemos que los nuevos aficionados se inician en la plaza de toros. Inicio que se hace frente a un espectáculo anacrónico tal vez, confuso hasta para los expertos, que les es difícil asimilar como lo asimilamos nuestras generaciones cuando el toreo era más tradición de pueblo, de familia.
-      La solución, propone el ganadero, estaría en incorporar a los niños y a los jóvenes al campo bravo. Niños viendo los becerros, las vacas, siendo observadores de las faenas camperas y, por supuesto del tentadero.
-      Así llegarían a la plaza con conocimientos elementales de la faena, del proyecto de lo que es una faena en la lidia de reses bravas.

Escuchándole a don Julio Uribe pensamos en Venezuela, por supuesto. Imaginamos incorporar en cada una de nuestras ganaderías uno o dos días al año un tentadero para los niños de las escuelas. Esas escuelas cercanas a la finca, las escuelas de los pueblos cercanos a la ganadería y, estamos seguros, ocurrirán muchas cosas, todas ellas buenas por positivas. De esos niños surgirán aficionados a la fiesta de los toros. Los habrá con inclinaciones más serias, y se convertirán en propagadores del arte taurino. Los habitantes del pueblo, padres de los niños y de las niñas que fueron a su fiesta campera, sentirán como suya la ganadería, como los locales vibran y sientes sus equipos deportivos en el fútbol, básquet y el beisbol.
Ese día en la Hacienda de Cuautlatilpan nos sentimos muy felices al descubrir, gracias a los señores ganaderos de Torreón de Cañas que hay otros caminos para salvar la Fiesta de los Toros y que estas veredas están en manos de los ganaderos y también de los periodistas que quieran descubrir esos horizontes que, con violencia pretenden los “antis” extinguir.

Mientras y durante la reunión,  Los Amigos del toro en mesón presidido por don Julio Uribe disfrutamos de condumio las sabrosas quesadillas de flor de calabaza hidalguenses, tamales de frijol, tlacoyos de alverjón enchilados y entremeses de huitlacoche más los famosos Mixiotes de pollo regados con frescos vinos de Baja California.
¡Buen provecho!


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