SE AMPLÍA LA VITRINA
EN EL APARADOR GANADERO
EL VITO
La Temporada Grande en la
Plaza México nos ha servido de bálsamo a los venezolanos gracias a las transmisiones de la televisión azteca, ya que innombrables circunstancias
nos han arrebatado las corridas de toros.
Festejos con sus luces y sus
sombras, como ha sido siempre en la fiesta de sangre, seda y sol.
Aparte del disfrute del
espectáculo hemos gozado de la variedad de sangres que hoy sostienen la cabaña
brava mexicana.
Hasta hace poco el hato de ganado bravo de México tuvo un espectro
reducido en sus encastes.
El toro en un gran porcentaje
tenía de fundamento la sangre de Saltillo en sus vertientes Llaguno de San Mateo y González de
Piedras Negras. Los hierros padres de la muy admirada ganadería mexicana.
Hubo excepciones importantes
como fue el caso de la familia Madrazo, con los toros de La Punta. Hay otros, pero no nos desviemos, continuemos el camino
de la temporada que, insisto en esto, gracias a un esfuerzo de la TV mexicana
cada domingo disfrutamos intensamente.
Hablamos de los Teófilos de
la primera tarde, los Barralva luego, la mezcla de Teófilos y Barralvas el
tercer cartel y ahora, ayer domingo 10,
los santacolomas de Xajay.
Aquí deseaba que nos detuviéramos, pues si flagelamos los resultados del llamado “toro artista” del
primer día, hemos sido testigos de nuevos encastes con procedencia española con
la importación de Atanasios (Conde de La Corte) que se encontrarían en
competencia de una misma sangre con los condesos que en su día importaron los
hermanos Madrazo para formar La Punta … Y si para muestra, basta un botón ¿Qué
tal el toro Bienvenido que rescató a Arturo Saldívar la segunda tarde?
Fue de impacto, no dudarlo.
Al extremo de la empresa revolver Barralva con Teófilo, para con el mezclote
tapar el hueco de desgana sembrado la primera tarde. La que con un toro muy
aburrido salvó el genio de Enrique Ponce…
Y llegamos a los Santa
Colomas de ayer domingo. Ocho para ser exactos; y, como en botica, hubo de todo.
Xajay que desde los lejanos
días de su formación nos cuentan que trae sangre de Piedras Negras, ha cubierto
un extenso camino para llegar a lo que hoy es.
En mi memoria de aficionado
la primera vez que vi lidiar una corrida de Xajay. Maestranza de Maracay 1959.
Ocho toros de Xajay para Joselito Huerta, Diego Puerta, Rafael Girón y Carlos
Saldaña que recién llegaba de México donde hizo campaña muy recordada en
Tijuana por Amalia Mendoza La Tariacuri.
Saldaña fue el triunfador de
aquella tarde, tarde de grandes faenas de Huerta, de Puerta y de Girón. Carlos
cortó un rabo y Manolo Chopera, entusiasmado por su descubrimiento le firmó un
porrón de corridas. Hay aparte otra historia que explica porqué no se hizo la
gran figura que pudo ser; pero nos estamos distrayendo en el camino emprendido.
Más finos estos saltillos con
sangre de Ibarra, menos aparatosos, aunque emotivos cuando cumplen en bravura, reservados
para los grandes momentos. El frío de ayer en el Embudo de Insurgentes impidió
que reverberara la sangre de Santa
Coloma que, seguro estoy, en Xajay nos guarda, como siempre lo ha hecho, tardes
de muchas emociones.
El francés Sebastián Castella, Sergio Flores y
Luis David Adame dejaron grato sabor de boca en fría tarde polar, mientras que
Ginés Marín, de Badajoz, buen torero que pasaba de puntillas escuchando pitos
que reprobaron su segunda actuación en la Temporada Grande de la México.
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