lunes, 11 de diciembre de 2017

ASÍ VIO EL VITO LA TARDE DEL DOMINGO EN LA MÉXICO:


SE AMPLÍA LA VITRINA
EN EL APARADOR GANADERO

EL VITO


La Temporada Grande en la Plaza México nos ha servido de bálsamo a los venezolanos gracias a las transmisiones de la televisión azteca, ya que innombrables circunstancias nos han arrebatado las corridas de toros.
Festejos con sus luces y sus sombras, como ha sido siempre en la fiesta de sangre, seda y sol.
Aparte del disfrute del espectáculo hemos gozado de la variedad de sangres que hoy sostienen la cabaña brava mexicana. 
Hasta hace poco el hato de ganado bravo de México tuvo un espectro reducido en sus encastes.
El toro en un gran porcentaje tenía de fundamento la sangre de Saltillo en sus vertientes Llaguno de San Mateo y González de Piedras Negras. Los hierros padres de la muy admirada ganadería mexicana.
Hubo excepciones importantes como fue el caso de la familia Madrazo, con los toros de La Punta. Hay otros,  pero no nos desviemos, continuemos el camino de la temporada que, insisto en esto, gracias a un esfuerzo de la TV mexicana cada domingo disfrutamos intensamente.
Hablamos de los Teófilos de la primera tarde, los Barralva luego, la mezcla de Teófilos y Barralvas el tercer  cartel y ahora, ayer domingo 10, los santacolomas de Xajay.
Aquí deseaba que nos detuviéramos, pues si flagelamos los resultados del llamado “toro artista” del primer día, hemos sido testigos de nuevos encastes con procedencia española con la importación de Atanasios (Conde de La Corte) que se encontrarían en competencia de una misma sangre con los condesos que en su día importaron los hermanos Madrazo para formar La Punta … Y si para muestra, basta un botón ¿Qué tal el toro Bienvenido que rescató a Arturo Saldívar la segunda tarde?
Fue de impacto, no dudarlo. Al extremo de la empresa  revolver  Barralva con Teófilo, para con el mezclote tapar el hueco de desgana sembrado la primera tarde. La que con un toro muy aburrido salvó el genio de Enrique Ponce…
Y llegamos a los Santa Colomas de ayer domingo. Ocho para ser exactos; y, como en botica, hubo de todo.
Xajay que desde los lejanos días de su formación nos cuentan que trae sangre de Piedras Negras, ha cubierto un extenso camino para llegar a lo que hoy es.
En mi memoria de aficionado la primera vez que vi lidiar una corrida de Xajay. Maestranza de Maracay 1959. Ocho toros de Xajay para Joselito Huerta, Diego Puerta, Rafael Girón y Carlos Saldaña que recién llegaba de México donde hizo campaña muy recordada en Tijuana por Amalia Mendoza La Tariacuri.
Saldaña fue el triunfador de aquella tarde, tarde de grandes faenas de Huerta, de Puerta y de Girón. Carlos cortó un rabo y Manolo Chopera, entusiasmado por su descubrimiento le firmó un porrón de corridas. Hay aparte otra historia que explica porqué no se hizo la gran figura que pudo ser; pero nos estamos distrayendo en el camino emprendido.
Más finos estos saltillos con sangre de Ibarra, menos aparatosos, aunque emotivos cuando cumplen en bravura, reservados para los grandes momentos. El frío de ayer en el Embudo de Insurgentes impidió que reverberara la sangre  de Santa Coloma que, seguro estoy, en Xajay nos guarda, como siempre lo ha hecho, tardes de muchas emociones.
 El francés Sebastián Castella, Sergio Flores y Luis David Adame dejaron grato sabor de boca en fría tarde polar, mientras que Ginés Marín, de Badajoz, buen torero que pasaba de puntillas escuchando pitos que reprobaron su segunda actuación en la Temporada Grande de la México.


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