jueves, 17 de agosto de 2017

HUGO DOMINGO MOLINA TOMA LAS RIENDAS DEL TOREO

LOS HIJOS DE TÁRIBA
LE SALVAN LA FIESTA 
A SAN CRISTÓBAL... Y A VENEZUELA

HUGO DOMINGO MOLINA en la foto con dos becerristas que en su día eran pura ilusión y  que hoy son grata realidad convertidos en dos de los mejores toreros de América: el limeño Andrés Roca Rey y el tartibense Jesús Enrique Colombo ... Ahora, como Empresario de San Cristóbal por los próximos cinco años, Hugo Domingo podrá presentarlos como entonces lo hizo en un  mano a mano, pero en mano a mano de figuras del toreo ahora.
EL VITO

La municipalidad de San Cristóbal aprendió la lección; y lo hace gracias a las lecciones de muchos fracasos, y  decidieron seguir la máxima de Albert Einstein:
“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
Y es que, como ha ocurrido en Maracay, y sucedió en Valencia como en muchas otras plazas de Venezuela, mezclaban lo político con lo taurino para saciar la gula de la corrupción.

Los resultados están a la vista: Cierre en la plaza  Monumental de Valencia, abandono de la  Monumental de Maracaibo, convertida en una casa de fantasmas y de malos recuerdos, el bastión del Nuevo Circo dejó de ser orgullo capitalino de nuestra  Fiesta para convertirse en guarida de malhechores y ejemplo de la corrupción y la Maestranza de Maracay dejó de ser de ser la hornilla en la que se quemaba el corazón de Sevilla transformada en  fétido rastrojo.

¿Qué han hecho los andinos para seguir dándonos lecciones? Pues simplemente han sido obedientes a lo que dice el maestro Einstein: No volver a contratar piratas ni recurrir a la fiesta de los toros como elemento populista que sirva para enriquecer a unos cuantos bandidos.

Reunidos en la ciudad de Táriba, la plaza donde nacieron las ferias tarinas más antiguas de Venezuela, tal vez inspirados por Nuestra Señora de La Consolación en estos días festivos, decidieron salvar la Fiesta de los Toros en Venezuela. Y han iniciado el camino por donde se debe empezar: la Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo.
Así que se ha refrendado un tratado por cinco años con  un grupo de aficionados, la mayoría de ellos socios de la C.A. Plaza de Toros de San Cristóbal, todos aficionados taurinos y cien por cien militantes de la causa nacional en la más hermosa de las fiestas.

De probada militancia, vale subrayar, ya que lidera el grupo el Licenciado Hugo Domingo Molina Colmenares, empresario de valiosa experiencia, hombre de palabra, solvencia y contactos valiosos en el universo de los toros que además es ganadero puntero en Venezuela y permanente ductor en la formación de toreros en Venezuela.

Le acompañan a Hugo Domingo dos grandes aficionados: Manuel Ordóñez, especie de “Cid campeador de la Fiesta” con su indeclinable defensa de la Escuela Taurina “César Faraco” y Pablo Duque, aficionado a profundos conocimientos en la historiografía de la fiesta.
Vigilante de la hermosa plaza, reducto de la más exigente afición venezolana, el Arquitecto Eduardo Santos quien junto a su hijo, también Arquitecto ha de convertirse  en “Ángel de la Guarda” del sentido funcional y estético de la arena tachirense. Con ellos el ganadero Astolfo Núñez, aficionado y representante apasionado de la afición taurina que, con toda seguridad, encontrará en el un custodio infranqueable.


El Táchira,  Táriba y San Cristóbal, además de las satisfacciones que nos brindan a los vehementes aficionados venezolanos con los triunfos que casi a diario nos llegan allende nuestras fronteras de los diestros Manolo Vanegas y Jesús Enrique Colombo, nos regalan hoy, en las Fiestas de la Consolación la ilusión de vivir soñando en la gran tarde de toros que nos pretenden arrancar de las entrañas mismas del corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario