viernes, 24 de abril de 2015

ZABALA DE LA SERNAS: VICTORINO, FERRERA Y...¡SEVILLA!


Victorino vuelve a conquistar Sevilla por calidad y... ¡Ferrera!

  • El veterano matador extremeño cuaja una gran e inteligente faena y pierde las orejas por la espada de un cuarto toro que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; Escribano corta el único trofeo a cara o cruz.


Ferrera templa la superior embestida de 'Mecanizado'...
Ferrera templa la superior embestida de 'Mecanizado' premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre TOROMEDIA


     
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Victorino conquistó la Maestranza de nuevo con un toro de superior calidad. ¡Anda! Un tanto altón, largo, generoso el cuello, clara la cárdena capa de 'Mecanizado', que era de todo menos un mecano vulgar. Como el torero que encontró con alma espléndida: Antonio Ferrera lo lució en el peto más allá incluso de la afición por el caballo de 'Mecanizado', que acudió en largo pero... en la segunda vara se fue con ese punto mansito que sería lo que en la muleta le entregaría la suprema calidad de abrirse a los vuelos y planear. Ese punto que le pone a las embestidas entregadas el tamiz de la clase y el temple que 'Mecanizado' poseía en su maravillosa humillación por las afueras. Hasta casi irse para siempre volver.
Ferrera le hubiera cortado las orejas -salvo en un pequeño bache con la zurda- si no lo pincha. Porque bordó el ritmo cuando cuajó al toro, y no lo soltó, sobre la mano derecha en una serie de redondos descomunal. Un rugido de Sevilla. Y allí, de los medios ya hacia chiqueros, basculó la faena con veteranía dorada e inteligencia madura -¡qué listo, coño!- en adornos de torería y esa forma de andarle a los toros tan añeja. Para cerrar se dobló con la embestida de las rayas hacia dentro con una muñeca izquierda que apuraba la soberbia humillación. La vuelta en el arrastre cayó para la calidad de Mecanizado; y otra, que es más que una vuelta, para Ferrera por su faena y su cabeza privilegiada, Victorino.
Vuelta para el supremo cuarto con su punto mansito; ovaciones para el encastado tercero y el bravo quinto.
Provoca enorme satisfacción ver lidiar a Antonio Ferrera los toros. Sucedió el otro día, aunque pasara desapercibido por la vaciedad de los torrestrella, y ocurrió ayer con el primer victorino tan atacado de kilos. Rondaba los 600 su oronda y honda presencia. Ferrera se lo sacó a los medios jugando templadamente los brazos a la verónica por un sendero que desembocó en espléndida media. Por encima de las banderillas -compartidas con Escribano- con las que se queda la gente, la lidia, el quite, el sordo hacer de una revolera suave como una ola. Después, el noblón lado derecho del victorino se hundió con su tonelaje y su escasa potencia. AF dejó templados y sentidos pasajes.
Costó un mundo y parte del otro pisarle el terreno y lanzar la moneda con el tercero de don Victorino Martín a la vieja usanza. Su pitón izquierdo merecía la pena la apuesta de la colocación y tragar porque cuando no se le dudaba el victorino respondía con profundidad. Sevilla empujaba a Manuel Escribano más que su propia convicción a veces. En esas veces de aflicción se perdía un tiempo preciso y precioso, porque el toro de bajas hechuras lo había dicho en el prólogo de la faena cuando Escribano le voló la zurda. Pero se puso por la derecha para empezar. Vale. Y enseguida al natural. Hallar el sitio pesaba en el alma, mas al encontrarlo se sucedieron tres naturales superiores. Miraditas previas incluidas. Esas miradas en la siguiente tanda trajeron precauciones y una ventana que el de Victorino aprovechó para asomarse a los muslos del torero. ¡Uy!
La lucha interior por superarse se hacía terrible. Manuel Escribano optó por el camino equivocado y la mano derecha; por ahí el toro se metía por dentro y rebañaba. El matador se refugiaba en los costillares para evitar la cornada que le buscaba los gemelos.Minutos de gresca perdidos. Otra vez apretó los dientes para hacer de tripas corazón, ya con el toro con la cara entre las manos, y volvió a trazar otro trío de naturales interminables. Crujió la plaza. Se lo creyó de nuevo. Le ganó el pitón contrario para apurar lo que ya casi no había: un natural más. Como una vela se tiró a matar. Un cañonazo rinconero. La oreja, como el toro, de cara o cruz. Según se vea.
Manuel Escribano le expuso al alto y largo sexto una enormidad en un par por los adentros, que es como su especialidad. El victorino se amagó en su listeza encogida en lugar de colocar la guinda en la emotiva tarta.
El Cid se estrelló con un toro bizco que se frenó sobre las manos quedándose siempre por debajo desde el capote. Y luego, con el bravo quinto -el de mayor empleo en el peto-, y carbón de verdad, la plaza se decantó por el toro repetidor, o reponedor a falta de mando y entrega, y señaló a Cid como culpable. No sé. Pero le esperan seis en Madrid. Tela.

FICHA DEL FESTEJO

  • Plaza de toros de la Maestranza. Jueves, 23 de abril de 2015. Octava de feria. Tres cuartos de entrada. Toros de Victoriano de Martín, de muy diferentes hechuras en su rematada seriedad; de extraordinarias calidad y humillación con un magnífico punto mansito un 4º premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; encastado de importante y exigente pitón izquierdo el 3º; atacado de kilos y parado el noblón 1º por el derecho; frenado un 2º que se quedaba por abajo; bravo y con carbón de verdad un 5º repetidor; alto y largo el manso y listo 6º9+.
  • Antonio Ferrera, de verde esmeralda y oro.Estocada desprendida (silencio). En el cuarto, dos pinchazos hondos y descabello. Aviso (vuelta al ruedo).
  • El Cid, de negro y oro. Cuatro pinchazos y estocada. Aviso (silencio). En el quinto, pinchazo y media estocada (silencio).
  • Manuel Escribano, de verde botella y oro. Estocada rinconera. Aviso (oreja). En el sexto, estocada (silencio).

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