Camina por
las redes una carta que está dirigida a mi persona, que de haberse identificado su autoría pudiera
haberla respondido; pero se trata de una entelequia, un documento anónimo carente de humana responsabilidad en su autoría, es así, lamentable, así el papel lleve el sello de la Comisión Taurina de Mérida.
No sé si la
autoría es de un fantasma, o de un
simple cínico que asevera haber visto lo inexistente: toros bravos, lustrosos, con peso y sobre todo con edad.
No es mi
costumbre, no lo he hecho y tampoco lo haré, hacerle caso a anónimos y menos en esta oportunidad.
Esta no es
una respuesta a la incoherente reseña que habla de honorabilidad y de otras
monsergas, sin identidad y sin dar la cara o atacar identificado directamente el asunto, mencionando nombres y
situaciones.
Lo hago
porque hay quien se ha tomado la molestia de opinar, de terciar en una situación epistolar donde una entelequia,
anónima pretende abrogar del derecho de palabra, en defensa de una mancillada
afición taurina como lo es la venezolana cuando las autoridades asumen la
defensa de lo indefendible cuando la Ley sus Ordenanzas exigen representen y
defiendan al público aficionado.
A quien
pueda interesar:
VÍCTOR JOSÉ
LÓPEZ
“El Vito”
CNP 900
CI 1748990
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