jueves, 18 de diciembre de 2014

El torero mexicano que en menos de un mes se ha situado como el más importante de la baraja taurina actual, es Octavio García “El Payo”.

“El Payo”, la historia de mi vida

Foto: Archivo
Foto: Archivo
POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
DIARIO ESTO, México 
TAN claro como el agua. El torero mexicano que en menos de un mes se ha situado como el más importante de la baraja taurina actual, es Octavio García “El Payo”. Diez años de arriba abajo, de fracasos y triunfos, de cornadas y sinsabores. Una década después, Octavio llega a la callada y se pone en los cuernos de la luna, obteniendo tres salidas a hombros en una semana de las plazas más importantes de México: la plaza capital, Guadalajara y Aguascalientes. Sería injusto decir, ¿por qué hasta ahora? La carrera de Octavio, aunque suene extraño, ha sido igual de importante antes que ahora, tomando en cuenta que su toreo siempre ha sido de gran potencial. Tal vez las formas en cómo se había manejado es la diferencia, pero su toreo, ese siempre ha estado repleto de valor, de verdad. Las cornadas sin duda han sido un freno lamentable de su trayectoria, pero que jamás lo frenaron. El tiempo, la inmadurez, los errores y percances han hecho de este individuo un señor torero con toda la barba. Con la edad y la experiencia necesaria para hoy encarar un reto colosal, porque en sus manos puede estar la fiesta de toros mexicana. Es algo real, no es un invento, no es un sueño: “Payo” lo trabajó durante 10 años y hoy, de la manera más segura, ha llegado el momento de cosechar.
De esto puede dar cuenta su apoderado Alberto Elvira, tan mexicano como español, que llegó hace diez años para aportar al proyecto de Tauromagia cuando éste inició, desde entonces conoce a Octavio, siendo éste de los primeros alumnos. Luego se hizo su apoderado y desde entonces ha cargado la misma cruz que el torero. Pero más que una relación de trabajo apoderado-torero, los lazos que se han tejido, de igual forma con Renato Martínez, mozo de espadas de Octavio, van más allá de lo pensado, la fraternidad ha jugado un papel vital para conseguir una armonía en todos los sentidos: torero-apoderado-mozo. 
MÁS QUE UN APODERADO
“La evolución y lo que ha pasado es trabajo de mucho tiempo atrás y de buscar cosas puras en cuanto al toreo se refiere, sin buscar nada artificial. Es la consecuencia de lo que buscan los toreros delante del toro, mejorar sin mirar nada más, sin esperar más orejas. Al final, como que a la callada, está saliendo todo este trabajo, pues también ha sido muy ingrato para nosotros muchos años atrás, pues ver que muchos toreros se iban por delante es amargo. Pero nosotros buscamos lo difícil, lo que es la esencia del toreo, pasar al toro muy cerca y matarlos bien. Luego de muchos años buscando estas cosas se está teniendo el premio. La racha de México, Guadalajara y Aguascalientes es más bien el día a día, tratamos de que sea así todos los días para estar bien avalado el trabajo”, indicó Alberto bajo una visión distinta a lo que resulta una entrevista directa con el matador.
“Los toreros mentirosos torean de mentiras y buscan cosas fáciles, el carácter de Payo es muy sincero, muy honesto y así ha sido en su vida en general. A la hora de ponerse delante de un toro expresa exactamente lo mismo, algo que no es de mentiras, no engaña a nadie, siempre se pone de verdad. Y cuando no está bien, pues no más no está a gusto. Tal cual es él como persona que está resultando ahora más que nunca en las plazas”, añadió.
“Llevo 10 años con él, imagina la paciencia que hemos tenido que echar; tantas veces hemos fracasado, pero es de donde hemos aprendido mucho, lo mismo de las cornadas fuertes que ha tenido. La paciencia y el tiempo han sido la clave, sin dejar de buscar lo mismo: el torear perfecto, mejorar siempre, no importa si no se cortan orejas. Hoy la gente lo está valorando mucho, pero en otros tiempos no ha sido tan así, ahora es todo al revés, la gente nos trata fenomenal, pero no ha sido sencillo, la confianza en nosotros ha jugado un gran papel”, apuntó.
“La historia de Payo es de igual forma la historia de mi vida, me atrevo a decir. Pero como el torero, hoy disfruto mucho lo que está pasando. Pero hay momentos que de verdad son desgarradores, como las cornadas, el verle postrado, sobre todo aquella vez en Querétaro, sin saber si podría volver a caminar ha sido lo más duro. Y luego los fracasos en las plazas, que te digo, pero de igual forma sabía que eran temporales, por que sabía de sus capacidades, jamás tuve duda”, expresó Elvira.
“El vínculo con ‘Payo’ es muy grande, son muchos años de no separarnos (desde 2007) y hemos traspasado la relación profesional. ‘Payo’ es otra cosa para mí, (hermano, hijo, etc) no solo es un torero. Ahora que nos va muy bien estamos disfrutando más que nunca”, comentó.
-¿Qué hace a un torero grande ante la gente?
“La mejor publicidad es el boca a boca, eso perdura y puede más que cualquier campaña publicitaria a todos los niveles, por que es real en los ruedos. Nuestra publicidad es así, la que dicta el toro”.
-¿Sin duda esta Noche Buena será muy diferente a otras?
“La verdad que será de muchas anécdotas, seguro este año lo vamos a disfrutar mas”, concluyó.

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