viernes, 21 de noviembre de 2014

SE REVUELVE LA CANTERA ENTRE ARENAS MOVEDIZAS



EL VITO


Freddy Girón en Caracas el 6 de mayo de 1973 con William Cárdenas y Jorge Herrera. Aquella tarde se lidiaron novillos de Felipe Rocha Gómez de “El Aceituno” 
Pocos han sido los matadores de toros venezolanos que tuvieron la preparación y formación profesional de Freddy Girón en España. La que se adquiría en la sola proximidad de convivir con César Girón, como lo hizo aquel grupo de toreros que en se colocaron el en escalafón de los profesionales del toreo en España.
Fueeon cinco años de exitosa participación en la temporada de novilladas europea, con triunfos muy destacados en Granada y en Valladolid, donde Freddy logró cortar en cada tarde cuatro orejas y un rabo. Inolvidable su competencia con Antonio José Galán y Antonio Porras en La Chata de Carabanchel de Vista Alegre que le proyecto como torero de interés para la afición española, llegando su fama a Rota, Cádiz, donde Rocío Jurado, apenas niña, le entregó la pasión de su corazón.
Luego de una destacada campaña como novilleros prolongada hasta 1978, su hermano Curro Girón le dio la alternativa en San Felipe, Yaracuy, con toros de Tarapío. El del abrazo con el maestro atendía al nombre de “Pilandero”, lo que puede atestiguar Luis de Aragua, que fue el testigo de la importante ceremonia.
Podríamos hacer una panorámica de su actividad profesional desde que en 1966 vistió por primera vez el traje de luces ante novillos de Camelo en la Concordia, San Cristóbal, hasta que en 1972 renunció a las doradas charreteras de los matadores de toros y tropezaremos con tardes de apoteosis en el Nuevo Circo de Caracas o la Maestranza de Maracay superando en triunfos a muchos matadores de toros que brillarían con resplandeciente fulgor más tarde.

LAS PROMESAS DE HUMO
Hoy Freddy Girón es el Maestro de la Escuela Taurina de Maracay. La institución académica del toreo con mayor jerarquía histórica de todas las que existen en Venezuela. Hablando con “el quinto de la dinastía”-  César, Rafael, Curro, Efraín, Freddy y Pepe Luis-,  sobre el tema nos informa que llegó a esta posición hace dos años “…cuando la Escuela Taurina de la Plaza de Toros de Maracay se encontraba absolutamente abandonada, corrompida de palabra por promesas no cumplidas por aquel grupo que le  ofreció a la escuela capotes y muletas, televisores de pantalla plana y DVD´S, pizarrones, tiza, cuadernos, creyones y lápices, mesas de trabajo y hasta vaquillas que un día dicen que habían comprado con un dinero muy generoso donado por el Gobernador Didalco Bolívar a uno de sus amigos dirigentes del gremio taurino”.
Celia Gámez, “La Carmela” se encargó de la administración de la Escuela Taurina de Maracay, una institución que es “puro humo”, pues aparte del privilegio que tiene para la exoneración de las entradas para los espectáculos taurinos que organice no le quedó ni el recuerdo de anteriores organizaciones.
Freddy y La Carmela ha sido amenazados con ser destituidos, tienen nombres. Nombres de toreros, matadores y novilleros, que ya han pisado el camino como dirigentes, de ida y vuelta de diferentes gremios y grupos taurinos sin que se les pueda encender un solo cirio.

NI EL ALCALDE Y MENOS EL GOBERNADOR
Se entiende que el Alcalde de Girardot en Maracay ha manifestado públicamente su desafecto por los toros; y el Gobernador Tarek, de la noche a la mañana convertido en la más poderosa de las fichas políticas del régimen militar, jamás ha manifestado simpatía por la fiesta como en su día lo hicieron gobernadores que le antecedieron en exitosas administraciones públicas, como fue el caso de doctor José Casanova Godoy, inolvidable como amigo, ciudadano y sobre todo como taurino.
Un grupo breve pero desde hace tiempo identificado con el movimiento exterminador de la nacionalidad que confunden con revolución, es posible ignore la historia de la Escuela Taurina de Aragua, la que a la muerte del General Juan Vicente Gómez, cuando ocurrió el éxodo de los niveles más elevados en su escala social y se produjo una retracción de las actividades taurinas  los toros quedaron en manos del estrato más popular de la ciudad.
 El que despachaba en el abasto o trabajaba como albañil, mesonero en la fonda, el sastre, el barbero, el camionero, el encargado de las mudanzas, los toros en las manos más humildes se apropiaron con todo derecho de pueblo de la fiesta de los toros impidiendo se fueran de la Ciudad Jardín.

LAS SEIS ESTRELLAS DE LA BANDERA TAURINA VENEZOLANA


LA ESCUELA DE PEDRO PINEDA
Entre los se quedaron había un muchacho que había sido arenero de la plaza de El Calicanto la tarde de su inauguración. Era Pedro Pineda, quien en su desarrollo encontró decidido apoyo y respaldo de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, los hijos del general y los hombres que le dieron inusitado apoyo a la fiesta de los toros en Venezuela.
Pedro Pineda  desarrolló oficio en los tentaderos de las ganaderías de los Gómez, La Soledad y Guayabita y viendo torear a las figuras que contrataban Juan Vicente y Florencio para aquellas históricas temporadas de Maracay aprendió los secretos de la lidia del toro bravo. Fue un torero valiente, se le anunciaba como El torero de Aragua. Hizo carrera por los andes venezolanos, se fue a la sierra del Ecuador e hizo campañas por ciudades colombianas como Medellín y Bogotá. Cuando El torero de Aragua sintió que sus facultades físicas le impedirían seguir toreando, decidió dedicarse a instruir a los jóvenes aspirantes,  e hizo de la Maestranza la sede de Escuela Taurina, sin pizarra, tizas ni aulas. Sencillamente trazando rayas y dividiendo espacios en la arena del redondel.
Los primeros alumnos que tuvo Pineda fueron los hermanos Oscar y Ricardo Martínez. Oscar, el mayor, fue un torero poderoso, Ricardo, artista y bullidor. Oscar tuvo importancia, trajo a Venezuela con el éxito de sus temporadas en España mensajes de esperanza que entusiasmaron a los jóvenes toreros venezolanos. Más tarde ingresaron a la escuela de Pineda dos muchachos, César Girón y Moreno Sánchez, que sembraron una candente rivalidad
Siendo César Girón primerísima figura del toreo en España, sus hermanos  Rafael, Curro y Efraín Girón se formaron en la Escuela de Pedro Pineda que puede ufanarse de haber “graduado” el mayor número de toreros que cualquiera de las escuelas taurinas en Venezuela. La lista,  que iniciamos con Oscar Martínez, tiene como graduados de gran éxito, entre otros, a los cuatro hermanos Girón, Eduardo Antich, Carlos Saldaña, Sérbulo Azuaje, “Chiquito “Sánchez, Joselito López, Maravilla, Lucio Requena, Adolfo Rojas, Jesús Narváez, El Mito, Rafael Ponzo, Rayito, Luis de Aragua, Pepe Cámara, Morenito de Maracay, Rodríguez Vásquez y El Victoriano…
La influencia de esta escuela fue tan importante que en España llegaron a considerar la expresión de su influencia técnica y artística como una escuela. La escuela venezolana, a pesar que toreros procedentes de otras como Caracas, Valencia, Mérida y San Cristóbal se destacan en ruedos internacionales.
Antes de 1940 no había en Maracay una Escuela Taurina como tal, los muchachos aprendían viendo, escuchando y toreando junto a profesionales que eran contratados, durante sesiones de entrenamiento. Como ocurrió con Ginés Hernández, un banderillero madrileño, padre de Rafael, José y Ángel que llegaron a ser destacados toreros subalternos, pero por su afición se encargaron de instruir en la técnica del toreo a los muchachos de Aragua.  Entre los que más destacaron estuvieron Teodoro Tovar, Félix Mujica y Eusebio Rodríguez “El Exquisito”.
Al morir Pedro Pineda el 2 de enero de 1985 la escuela, sin aulas ni pizarrón quedó en manos del matador de toros Lucio Requena, que había sido su alumno. Hombre de recio carácter Requena, muy estricto en su enseñanza y dirección. Eduardo Arcila acompañó en la enseñanza a Requena cuando destacaban alumnos como los hoy matadores de toros Erick Cortés y Leonardo Coronado y los novilleros Miguel López y El Yoni.
En 1985 el  Concejo Municipal de Girardot dio el paso a la creación oficial de la Escuela Taurina Municipal “Don Pedro Pineda”,  cuyo primer maestro con remuneración fue Eduardo Arcila, ex novillero, recientemente jubilado de la institución. Efraín Girón fue, hasta hace dos años el Maestro de la escuela.
Tras la jubilación de Arcila y el fallecimiento de Girón, la escuela se mantuvo inactiva por la desidia del concejo municipal y aunque varios nombres de matadores fueron postulados ante la Cámara Municipal, actualmente está e manos de Celia Gómez “La Carmela”, sin proyectos conocidos y mucho menos apoyo oficial y la sola ayuda del matador de toros Freddy Girón que de lunes a viernes, en la mañana y por la tarde por pura vocación se ha convertido gracias a su conocimiento de la lidia del toro bravo en el Maestro de la Escuela.
¿Qué pretenden quienes han corrompido la fiesta de los toros,  con sus palabras repletas de mentira, echando la Escuela Taurina al foso de las arenas movedizas?


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