jueves, 17 de abril de 2014

EL BARDO DE LA TAURINA

                                                           



MUERE PEPE


La casa familiar y el edificio donde vivía Chafik se veían desde las azoteas en los  años cincuenta, cuando la colonia Nápoles aún tenía establos, su nido daba a un parque, verdoso que invitaba al caminadero por la mañana, a las columpiadas  en las tardecillas y por la noche al fajadero  con las ‘gatitas calenturientas’,  el encuentro primero se pudo haber dado en la peluquería de la calle de Nueva York, donde mientras le metían tijera  se daba a notar hablando como siempre hasta por los codos, o a lo mejor nos cuadramos comprando elotes afuera de la panadería en la cuchilla con Dakota frente a la casa de César Costa, o en el taller mecánico en Kansas junto a la casa de Olguita Breeskin el caso es que pronto entró al terruño familiar en esa rutinaria travesía que comenzaba cuando tocaba el timbre y mi menda le acompañaba a disfrutar su helado en Chiandoni que era la nevería de aquel famoso luchador italiano,  de regreso en el bar taurino de la casa sin que hubiera ordeña  sacaba de un cajoncito de la barra el blog donde se  apuntaban los tantos del domino, dibujaba algo como cabezas de toros, hierros,  números  y  alardeaba que él conocía muy bien el toro ideal para el toreo - ¿y dónde está? se llevaba el índice a la sien y decía ¡Aquí! agregaba  que el toro no debía preocuparse por dar cornadas sino por ser autor del arte, mi menda le decía que la fiesta necesita de trapío y cornamentas que  de vez en vez se carguen a un astro de luces pa’ revalidar la fiesta y a esto replicaba con una avalancha de nombres de toros que no habían tenido ostentación de cuernas,  decía que el toreo debía de tener  equilibrio entre bravura, nobleza y trapío, ¿sería por eso que ‘fabrico’ el toro ‘achafikado’? aunque lo justo sería calificarlo como ‘amanolado’ porque aunque a decir verdad, en su última época creo el otro…el de verdad aseguraba que poseería  ganaderías y que refrescaría al toro mexicano con sangre española, también vaticinaba que tendría una dehesa en Iberia y que buscaría un toro  que brindara oportunidad de realizar un toreo de más temple allá, con el tiempo consiguió cristalizar sus sueños.

 Tenía una forma muy personal de pensar de los toreros por ello estoy cierto que si no hubiera existido una pasión por el TORO con Manolo Martínez jamás lo hubiera apoderado pues ese es el vínculo que realmente los unió y a propósito de eso recuerdo un medio día en que el diestro regio y este escribano estábamos en la casa familiar con una botella de Old Parr cuando llego Chafick y dijo ‘Si el whisky fuera bueno para el hombre, en la santa misa se consagraría con whisky y no con vino’, Manolo como pegándole un ‘Desdén’ le clavo con la mirada un ‘Martinete’ que sin mediar palabra el apoderado tomo el olivo, así eran ellos sustanciales en el negocio, distánciales fuera de el.

 Volviendo al retorno de las tardes de charlas de pronto aparecía la señora de la casa exclamando ¡Ya estoy lista! mi querido ‘Pepe’, así entre comillas porque eso de José se lo auto endilgó  pues de origen libanés no lo traía, creo que tenía  fijación por ese nombre, al grado que Paco Laguna me platicó que fue el propio José Chafick el que le cambio a Mauricio Moret su taurinísimo nombre por el de ‘José Mauricio’, menos mal que al  de Galapagar no lo rebautizo como ‘José José II’, ‘El Príncipe de la Escena’,  la señora  envuelta en Chanel # 5 decía  
¿ ‘Pepe’ nos vamos  al rezo ?, luego regresaban, esperaban  al cura con cuernos de diablo    y tomaban camino rumbo a un merendero que estaba en la colonia Escandón ahora todo eso ‘se finí’, pues doblo un hombre que desde mucho antes de palmarse empezó a escribir su propia leyenda,  la de  un grande en la lidia de ganadero y/o apoderado  y hasta ‘amigo’ de muchos que no lo fueron de él y es que ‘Pepe’ toreaba con la izquierda como figura, y con la derecha movía los hilos de quien le interesaba, como diestro, R.I.P.








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